Something About Us

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—Me ayudaría mucho si dijeras que me golpeaste para saber su dirección. -dijo Denki a Izuku.

—No creo que deba decir eso. -objetó Kirishima sentado en el suelo.

—De cualquier forma no se te ocurra decir que rogaste ante nosotros. Aún soy muy joven para morir. -reprochó el rubio haciendo un puchero.

Izuku sonrió finalmente.

—No creo que se moleste con ustedes... De nuevo, perdón por ocasionar tantos problemas.

—¿Irás a verlo ahora? -le preguntó el pelirrojo.

—Sí.

—Bien... Pero si me entero que lo lastimaste otra vez no me voy a detener, ¿Lo entiendes?

—Lo entiendo. -afirmó con seriedad, aceptando lo que merece. —Gracias.

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Izuku llegó al apartamento de Katsuki, se sentía nervioso a diferencia de minutos atrás.

A pesar de que estaba ahí, no había llevado nada consigo, y más importante aun, no sabía qué decirle al pelicenizo.

Sin embargo, tocó la puerta esperando pacientemente alguna respuesta del otro lado.

Ya que Katsuki se encontraba enfermo, bien podría estar dormido o simplemente tardaría en llegar a la puerta, pensó.

—¿Quién es? -se escuchó desde adentro segundos después.

La garganta de Katsuki lo estaba matando y se notaba con solo oírlo.

“Está despierto, muy bien. ... ¿Pero ahora qué digo?”

—Amm... ¿Yo? -instantáneamente golpeó su frente con la palma de su mano.

¿Cómo pudo haber dicho algo así?

Katsuki seguro pensaría que es un ladrón y terminaría cerrando hasta las ventanas.

Pero en lugar de eso, el cenizo abrió la puerta.

Tan pronto como pudo confirmar que se trataba de Izuku, la volvió a cerrar.

—Kacchan... -le llamó decepcionado de sí mismo.

Era obvio que Katsuki no iba a querer verlo.

—Vete.

—... Solo quiero saber cómo estás. -contestó Izuku, dándose cuenta de que el cenizo se había sentado cerca de la puerta, pues su voz se escuchaba más desde abajo, por lo que él también se puso a esa altura para hablarle.

—Estoy bien. Vete.

—No mientas. -esperó, pero no recibió respuesta, e intentó de nuevo. —Kacchan, ¿Podrías abrir la puerta? Por favor...

—No.

Katsuki, quien, en efecto, estaba sentado de espaldas a la puerta recargado en esta, con las piernas casi pegadas al pecho y su cabeza entre estas mismas, se preguntaba qué hacer en tal situación inesperada para él.

El chico con el cual ha estado soñando toda su vida, pero que ahora trata de superar, viene hasta él y pareciera diferente a lo que le mostró la última vez.
No quiere hacerse ilusiones, no quiere mirarlo a los ojos y pensar “Es como antes”, porque lo más probable es que no sea así, y solamente va a salir más herido.

Si bien abrió la puerta, fue solo para cerciorarse que era justo la persona que suponía, y no estaba escuchando mal a causa de la fiebre, pero al confirmarlo hizo que su corazón titubeara ante su anterior decisión.

Shingou / SIGNAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora