Lookin out for u

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Kacchan y yo éramos buenos amigos.

Después de las primeras clases en preescolar, su madre y él vinieron a mi casa a pasar el rato.
Mientras mi madre y Mitsuki-san conversaban en la sala de estar, yo emocionado le mostraba a Kacchan mi colección de All might.

Mi alegría estaba por los cielos cuando admitió que él también admiraba al grandioso héroe ficticio.

Días más tarde, Kacchan volvió a venir a mi casa, pero ahora solo, y no tenía la intención de siquiera entrar.

En cuanto mi madre abrió la puerta, le pidió permiso para dejarme salir a jugar.

—¿Podemos Izuku y yo jugar en el parque? Mi casa está casi enfrente, no nos va a pasar nada. Mi madre ya me dio permiso. -recuerdo escucharlo decir de forma rápida.

Mi madre no dudó ni un segundo, al verlo actuando tan tímido le sonrió cariñosamente, dando una aprobación.

Y así, Kacchan y yo, fuimos al parque.

Nos encontrábamos jugando a ser superhéroes, todo iba bien hasta que un perro que iba pasando, al vernos correr de un lado a otro haciendo ruido, empezó a ladrarnos mientras nos perseguía.
Con miedo, corrimos en dirección a la casa de Kacchan, que como este había dicho, estaba enfrente del parque.

Me tropecé muchas veces en el casi corto camino, entonces él decidió que lo mejor era tomarme de la mano.

—Izuku, si te caes, yo te protegeré del villano. -me dijo decidido, como si el canino fuera a terminar con nuestras vidas. Aunque en aquel momento sí se sentía de esa manera. —Pero lo mejor es seguir corriendo juntos. -me tomó de la mano y corrimos con más prisa.

Ya estando adentro de su casa, me soltó para cerrar la puerta rápidamente.

Su madre fue a recibirnos.

—¡Hola Izuku! Me alegra verte de nuevo. -me saludó mientras sonreía. Sin embargo... —Katsuki, ¿Por qué azotaste la puerta de esa forma? Te he dicho mil veces que tienes que tener más cuidado. -le llamó la atención a Kacchan por su previa acción.

—Es que el per- villano nos estaba siguiendo. -explicó. —¡Quería llevarse a Izuku! -y luego mintió. En realidad el perro solo quería jugar, o tal vez estaba asustado de nosotros tanto como nosotros de él. —Yo tengo que llevar a Izuku de regreso a su casa, sano y salvo. ¡Si no Inko-san no lo dejará salir conmigo de nuevo! -decía haciendo movimientos con sus manos para exagerar el asunto. —Además, es lo que cualquier héroe haría. -dijo por último, ya más calmado.

Creí que Mitsuki-san incluso estaría enojada conmigo, pero no fue así; al contrario, ella sonrió.

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Era la primera vez que su hijo decía ese tipo de cosas, le agradaba saber que quería proteger a Izuku.

Pensaba lo bueno que era el que aquel pequeño de ojos esmeralda fuera el primer amigo que Katsuki tenía.

—Está bien, solo no lo hagas de nuevo, ¿Entendiste? -reclamó mirando directamente al pelicenizo, quien solo asintió levemente.

—Izuku, vayamos a mi cuarto, te voy a mostrar mis figuras de All might. -dijo Katsuki mientras sonreía y empezaba a caminar dentro de la casa.

—Si quieren cualquier cosa, aquí estaré. -avisó con amabilidad.

El peliverde respondió con un “gracias", siguiendo a Katsuki hasta su habitación.

—Mira, esta es una edición especial, es mi favorita, ¿Te gusta? -preguntó mostrando la figura.

—¡Kacchan, es tan genial! Nunca antes la había visto, claro que me gusta. ¡All might es fantástico! ¡Él es mi héroe favorito! -de lo feliz que estaba no notó el apodo que le puso al cenizo.

Katsuki se puso serio un segundo y le miró fijo.

Fue entonces cuando Izuku se percató de aquello. Cubrió su boca con su mano y antes de poder disculparse, el otro habló.

—¿Por qué me dijiste así? -preguntó con duda, aunque pareciera que estaba molesto, no era eso.

—... Perdón Kac-Katsuki. -se corrigió. —Estaba muy emocionado...  Además, como eres mi amigo pensé que... quizás podía llamarte así... -respondió nervioso.

—Bien. Está bien. Puedes decirme así. -dijo mientras se volteaba hacia otro lado para esconder su ligero sonrojo.

Izuku solo sonrió conforme con la aprobación. No perdió más tiempo y le preguntó a Katsuki si lo dejaba jugar con su figura de All might.

—Sí puedes. Pero no la rompas, es mi favorita. -volvió a decir. —Solo te la presto porque eres tú y eres mi amigo. -recalcó lo último con la esperanza de que Izuku entendiera a qué se refería, mientras le entregaba la figura.

—¡Gracias Kacchan!

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Al principio era como un sueño, o por lo menos así se sentía para mí.

Realmente era muy feliz estando con Kacchan.

Pero inevitablemente empezamos a crecer, y como todo en esta vida, nuestra relación también iba a cambiar.

Ya estábamos en primaria cuando Kacchan empezó a tener otros amigos, yo también hablaba con otros niños, pero seguía prefiriendo estar con él.

A Kacchan no le molestaba presentarme con los demás y así jugar todos.

—Oye bakugo, ¿Por qué siempre invitas a Izuku a jugar? -preguntó un amigo de Kacchan mientras le pasaba el balón a este.

—¿Eh? ¿Por qué preguntas eso? -atrapó el balón deteniendo el juego para así recibir una explicación.

Yo solo estaba algo cerca de ellos mientras jugaba con la arena e intentaba construir algo con ella.

—Porque tú eres muy genial y él es... Raro. -el tono que usó para lo último sonó casi con asco.

Todos voltearon a verme.

Dejé de jugar para poner atención a su charla.

Entonces Kacchan se acercó a mí para tomar mi arenero señalando donde se podía ver mi nombre escrito.

—Como podrás ver “Izuku” también se puede leer como “Deku”. Siendo un deku me necesita, ¿Verdad? Sin mí él no puede hacer nada.

La sonrisa en su rostro la había visto antes, realmente no era maliciosa, no lo creí así.

—No digas eso, Kacchan. -casi rogué. —Ya suéltalo. -dije, intentando quitarle mi arenero.

Pero él no me hizo caso.

Los demás rieron al verme batallar con algo tan simple como tomar de vuelta lo que era de mi propiedad.

No quería, pero no pude evitar llorar.

Kacchan por fin soltó un poco el agarre de mi arenero mientras se sorprendía por ver las lágrimas que salían de mis ojos.

—Eso fue grosero, Kacchan. -me quejé con tristeza. –Yo no soy un deku y tampoco te necesito.

Salí huyendo de ahí, humillado, con el corazón roto, y unas lágrimas interminables.

Y aquello fue solo el comienzo de nuestra rara relación.

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Editado el 7 de agosto del 2022.

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