Cuando desperté me di cuenta de que Lucas todavía estaba a mi lado. Me levanté y lo miré. "Que postura más incómoda" pensé.
-Creo que le gustas - dijo Vera, la única que estaba despierta a parte de mi.-Eso debe doler, tiene el brazo rojo.
- Tienes que dejar de hacer eso - repliqué refiriéndome a que siempre supiera que estaba pensando.
- Eres predecible, no puedo evitarlo - dijo con las manos abiertas en señal de rendición. Ambas reímos.
- Callaros, por favor. Habláis demasiado alto- se quejó Rafa como si estuviera sufriendo y calló rendido de nuevo.
Vera se acercó a mi y dijo:
- Son unos vagos, estarán durmiendo hasta las tantas por lo menos, ayúdame a arreglar el desastre de ayer.
- Voy.
Primero recogimos las cosas que habían quedado en la habitación con mucho cuidado para que nadie se despertase. En una esquina estaba Lisel con su cabeza apoyada contra la pared y a su lado estaba Alex, que le cogía la mano.
-Vera, ¿ellos están...?
-No, mi hermano no es lo suficientemente hombre como para decirla nada. Le habrá dado la mano después de quedarse dormida -contestó después de leerme el pensamiento, otra vez.
-¿Pero a Lisel le gusta él?
- Nadie lo sabe, ni siquiera yo. Lisel es bastante cerrada en eso - contestó. Fuimos a la cocina para recoger la Nocilla de ayer, que estaba por toda a encimera.
-¿Y tú?-pregunté inocentemente.- Tampoco sabemos nada de ti - le reproché.
-No he conocido a nadie que merezca la pena- dijo riendo.
Entonces sonó su movil. Cuando lo leyó su cara era un poema.
-Mierda, son mis padres, estarán aquí en 30min.
-Espera,¿qué? ¿por qué?
-No se, ¡vamos, hay que despertar a los demás!- grito mientras volvíamos a la habitación - ¡Arriba todos!
- ¿ Qué pasa?- dijo Alex separándose de Lisel mientras ésta se desperezaba.
- Vienen papá y mamá - dijo Vera.- Recoged vuestras cosas, como sepan que os hemos invitado sin su permiso nos matarán.
- Voy a cambiarme, no podemos salir en pijama. Ven conmigo Lisel - dije.
Nos cambiamos a la velocidad de la luz, literalmente. Cuando salimos nuestras cosas, Lucas y Rafa estaban en la puerta.
-He hecho tu mochila, bueno, básicamente lo he metido todo a presión - me dijo Lucas dándome mi bolsa.
- Gracias, ¿ te has echado mi colonia de vainilla? - dije riendo.
- Huelo a ti , es lo que pasa cuando duermes con alguien, y no me arrepiento, es un olor muy masculino si sabes llevarlo- dijo poniendo su jodidamente maravillosa sonrisa.
- Nada de noñerías, fuera, el resto lo arreglamos nosotros - dijo Vera cerrando su puerta en nuestras narices.
Lisel y Rafa llamaron a un taxi y se fueron a casa. Lucas me acompañó a mi piso y mientras buscaba la llave me acordé:
-Mierda, la llave la tiene mi madre.
-¿Qué pasa?
- Como nos mudamos hace poco solo tenemos una llave, no hemos hecho copias, y mi madre no ha llegado todavía de trabajar. Se suponia que saldríamos más tarde de casa de Vera y Alex, ahora me tendré que quedar en la puerta unas 3 horas.
- Si quieres puedes venir a mi casa y pasar allí el rato - propuso Lucas levantado pícaramente la ceja y poniendo su media sonrisa irresistible.
Como soy predecible, le dije que sí. Además, solo íbamos a hablar y pasar el rato,¿no?

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Ángeles sin alas
Teen FictionLisa es una chica de catorce años que vive con su madre en Madrid desde hace unas semanas. Hoy es su primer día en el instituto, en el cual conocerá a seis nuevos amigos que le harán ver la vida de distinta manera y disfrutar de cada momento, y, aun...