Ángeles sin alas

Parte 9

El lunes, cuando Vera y yo llegamos al comedor y nos sentamos en la mesa de siempre, vimos que ni Lucas ni Lisel estaban.

-¿Lucas y Lisel?- pregunté a Rafa.

-Pues a lo mejor se están liando en algún baño- contestó.

-De eso nada- dijo Alex malhumorado.- Los he visto en la puerta del director.

-¿Y que hacen allí?- preguntó Vera.

-Pues no lo se...- dijo Alex justo cuando Lucas y Lisel llegaron a la mesa corriendo e hiperventilando.

-Hola chicos- saludó Lisel con su habitual sonrisa, todavía muy acelerada.

- Tenemos una buena y una mala noticia- prosiguió Lucas.

-Primero la buena- sentenció Vera.

-¡Vamos a celebrar un baile de invierno!- gritaron lo dos a la vez.

-¿Como los de las películas americanas? ¿Cómo habéis conseguido que hagan eso? Si aquí no se celebran.

-Bueno, mis padres han donado mucho dinero a este instituto desde que mi hermana estudiaba aquí- explicó Lucas.- Pensaron que podía ser divertido y que con el dinero que cuestan las entradas podrán pagarse las cosas que hagan falta. Además, mi hermana tuvo uno, y he dicho que como no me lo hagan suspenderé todas.

-Buena táctica - río Alex.

- Espera un momento, ¿y cuál es la mala noticia?- pregunté.

- Bueno... que lo tendríamos que organizar nosotros seis- dijo Lisel.

Todos nos quedamos callados, sería muy divertido por supuesto, pero llevaría un montón de trabajo. Además, si lo hiciéramos, tendríamos que empezar ya. Y justo mientras pensaba eso, como si me leyera la mente otra vez, Vera dijo:

- Arriba todos, vamos a preparar un baile.

Todos dejamos nuestras bandejas a medias y salimos corriendo al patio para poder hablar con tranquilidad.

- Sabes que hay que ir por parejas,¿no?- me dijo Lucas poniendo su jodidamente bonita sonrisa ladeada.

-¿Me estás pidiendo que sea tu pareja?- me aventuré a preguntar.

-No lo sé, tendrás que ganártelo. Esto -dijo señalándose- es un premio, nena.

Entonces salió corriendo para alcanzar a los demás mientras yo me reía desvergonzadamente.