Parte 15

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Las siguientes semanas fueron bastante normales: exámenes, alguna que otra quedada, un montón de gente desesperada buscando pareja para el baile...

Luego, a mitad de noviembre me puse mala. Me dio una gastroenteritis horrible y pasé una semana sin ir a clase. Ese fin de semana mi madre tenía que ir a una reunión en Barcelona para preparar su viaje a Japón, así que me quedé sola. Vera y Alex fueron a visitarme el sábado por la tarde para intentar animarme, a pesar de que todo me daba pereza y estaba prácticamente en un estado vegetativo.

-Es que no te mueves, así no te vas a curar nunca- se quejó Vera.- Vente mañana con nosotros al cine, porfa.

-Es que no sé, me da pereza.

-Vas a morir en ese sofá- comentó Alex.- Tengo hambre, busquemos algo de comer.

-Bff, ya ves. Hay un McDonald's aquí abajo. ¿Quién se ofrece a ir?

De repente se hizo un silencio sepulcral. Éramos todos unos vagos.

-Voy yo-dije.-Tenéis razón, tengo que moverme. Una cosa, ¿que sabéis de los demás?

-Pues Lisel está en clase de piano y Rafa está estudiando, de Lucas no sé nada- dijo Alex.

"Luego les mandaré un whatsapp" pensé.

-Bueno, me voy a cambiar, no puedo salir en pijama, hacer lo que queráis menos asaltarme la nevera.

Me cambié y bajé al McDonald's. Me puse la ropa más cómoda que encontré: una sudadera verde, unos vaqueros viejos y unas deportivas. Ni siquiera me peiné, en vez de eso opté por hacerme una coleta de camino.

Cuando llegué había poca gente, así que prácticamente no tuve que hacer cola.

La verdad es que eso de salir me había sentado muy bien, ya no tenía tantos retortijones en la tripa. Bueno, no los tuve hasta que, según estaba pidiendo giré la cabeza y vi a Lucas sentado en una mesa con Raquel. La asquerosa de Raquel. Y lo peor no era eso, sino que parecía que se lo estaban pasando bien, reían y se miraban mucho. De repente me entraron arcadas.

-¿Quiere algo más, señorita?- dijo la chica que me estaba atendiendo sacándome de mis pensamientos.

-No, gracias.

-De acuerdo. Espere un momento.

Me aparté un poco para que otros pudieran pedir y les seguí observando. Entonces Lucas me vió y se le borró la sonrisa. Se puso de pie y se encaminó hacia mí.

-Hola, no sabía que estarías aquí- dijo un poco avergonzado.

-Ya lo veo, pero al parecer tienes buena compañía- dije mirando hacia Raquel, la cual estaba distraída mirando su movil.

-Bueno, es mejor que estar solo.

-Podías haber venido a mi casa, están Alex y Vera-dije ligeramente ofendida.¿Cómo podía el pedirme que confiara en él y luego pasar de nosotros?

-No te voy a mentir, no me apetecía hacer eso hoy.

-¿Y eso por qué?

-¿Acaso importa?-dijo ofendido.- No has parado de mirar a Raquel,¿acaso te importa que esté aquí con ella? Porque la verdad es que nos hemos encontrado, no habíamos quedado.

-No, no me importa, como si quieres ir al baile con ella- contesté despectivamente.

-Quizás lo haga-dijo mirándome fijamente, ligeramente enfadado. Nunca creí que llegaría a ver al bueno de Lucas enfadado.- Estoy harto de lanzarte indirectas que pareces ignorar. Si simplemente no te gusto podrías decírmelo.

Ángeles sin alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora