Parte 20

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- Damas y Cabelleros, abróchense los cinturones. Vamos a realizar el descenso hacia Sydney en breve- dijo una azafata en español, inglés, alemán y francés.
-Os habéis perdido el desayuno, dormilones- me dijo Lucy, que estaba fresca y radiante como una flor. "No parece que llevara 10h en un avión" pensé.
-Estaba muy cansada, apenas dormí nada con lo del baile y eso- contesté. -Y lo que pasó después del baile, querrás decir- dijo Lucas con una media sonrisa aún con los ojos cerrados.
Lucy abrió los ojos como platos, su madre giró la cabeza de golpe hacia nosotros y su padre, bueno, él estaba escribiendo un documento en su ordenador así que nos hizo poco caso.
- No pasó nada después del baile- dije apresuradamente. Estaba roja como un tomate.
-¿Habréis usado condón, verdad?- preguntó su madre. Vale, ahora sí que estaba roja.
-¡Mamá!-grito Lucas. - Era una broma.
Yo me quería morir, todos en el avión nos miraban así que me separé un poco de Lucas.
-Bueno, ya sabéis que hay que ir con condón siempre, solo por la seguridad de Lisa- dijo su madre muy tranquila.
Oh Dios, la madre de Lucas me estaba dando la charla del sexo. ¡Mi madre ni siquiera sabe que sé cómo se llama el miembro masculino! Que familia más loca.
"Familia" pensé. No había caído en la cuenta de que, a parte de pasar las vacaciones con los padres y la hermana de Lucas, también tendría que conocer al resto de su familia y amigos. Y no solo eso, sino que ahora me presentaría formalmente como su novia. Sin presión.
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Cuando llegamos los primero que sentí fue el calor. "Soy idiota, tenía que haberme traido cosas cortas. Y yo que pensaba que aquí haría tanto frío como en España..."
-Después vamos de compras- dijo Lucy leyéndome el pensamiento, ya me estaba acostumbrado.
-No puedo, no me he traido dinero para eso.
-Tranquila, invito yo. Considéralo un regalo por todo lo que vas a tener que pasar. Además, así puedo invitar a algunas amigas con nosotras y seguro que te llevas bien con ellas.
- Bueno, muchas gracias. Pero te lo devolveré toodo cuando volvamos- dije decidida. Solo pensaba comprarme unos pantalones cortos y un par de camisetas básicas. -Por supuesto- dijo poco convencida.- Por cierto, ¿que tal se te da el inglés? Mi familia habla español, pero fuera tienes que saber defenderte.
-Perfectamente- dijo Lucas rodeándome con su brazo.- Le di un par de clases antes de que..., bueno, de que nos enfadáramos, y lo hablaba perfectamente.
- De acuerdo, todo perfecto. Mañana nos vamos de compras- sentenció Lucy.
-Vamos chicos- dijo su madre llegando a la puerta.
Cuando salimos por la puerta me di cuenta de algo.
-¡Nuestras maletas, no las hemos cogido!
-Tranquila, querida, ya nos las llevarán a casa.
Y entonces llegó a la puerta de la terminal una limusina plateada en la que podía caber perfectamente un equipo de rugby.
-¿Vamos en eso?- pregunté sin acabar de salir de mi asombro.
-Si, es mejor que te acostumbres, ya verás la casa- contestó Lucas.
Y vaya si tenía razón.
Paramos delante de una mansión enorme. Tenia un patio delantero inmenso y la entrada estaba bordeada de setos para que no se pudiera ver el interior, aunque el tamaño de la casa sobrepasaba a los setos de 5 metros de sobra. Sabía que la familia de Lucas tenía dinero, pero esto es demasiado.
Bajamos de la limusina y el padre de Lucas abrió la puerta. Habia un caminito de piedras que llevaba a la entrada principal de la casa, a la derecha estaba la entrada al garaje, y a la izquierda un laberinto de rosales. Según nos íbamos acercando a la puerta pude ver que nuestras maletas estaban apoyadas contra una de las columnas de la entrada.
- Vaya- dije la con la boca abierta.
-Cierra esa boca querida, o te entrarán moscas- dijo una señora mayor apareciendo por uno de los laterales de la casa.
-¡Abuela!- gritaron Lucas(bueno, debería llamarlo Luke ya que estamos en Australia) y Lucy mientras corrían hacia ella.
- Oh por Dios, mis bebés, ya no sois unos bebés - dijo ahora en inglés. Entonces ella reparó en los padres de Lucas y fue a abrazarlos sobresaltántolos.
-Mamá- dijo su padre.
-Cariño, qué viejo estás. Deberías taparte esas canas con algo, al menos con una gorra.
- Eso mismo digo yo - contestó la madre de Lucas sonriente.
-Pero bueno, y ¿quién es esta chica tan guapa?- preguntó mirándome con sus ojos cálidos y acogedores.
- Me llamo Lisa- contesté.
- Y es mi novia- añadió Lucas colocando una de sus manos en la base de mi espalda.
- Ay madre mía. ¡ Ya tienes novia! ¿Pero que edad tenéis?- dijo emocionada. - Sabéis qué, da igual. Si es tu novia ahora es de nuestra familia. Eso si, habitaciones seperadas hasta que la muchacha tenga un anillo de compromiso en el dedo- sentenció mientras todos reíamos.
Nos condujo por un lado a la parte trasera de la casa. Cuando llegamos al jardín casi me infarto. En resumen: tres piscinas con una cascada y un tobogán cada una, pista de tenis, fútbol y frontón, una terraza enorme, una zona de baile donde supongo que organizaran fiestas, y mucho, mucho campo con un césped verde natural precioso y perfecto para hacer picnics.
En la terraza, en una mesa, estaba sentada una mujer de unos cuarentaypico años hablando muy animadamente con una pareja joven, de unos veintipocos los dos, que no dejaban de abrazarse.
- ¡Tia Alice, Maggie, Jordan!- gritó Lucy sonriente.
-Hola cielo - saludó la mujer con un ligero aire de borracha, pero aún así muy sofisticada. Iba vestida de traje,como los padres de Lucas, parecía que trabaja en una oficina. Iba muy maquillada y peinada. Tenía pinta de ser la directora de una revista de moda o algo así.
- ¡Prima Lucy , primo Luke!- dijo la chica saltando de golpe de su silla. Tenía una melena larga de un castaño claro y unos ojos increíblemente verdes.
El chico que estaba con ella también se levantó a saludar. Era fuerte, alto y también muy guapo: moreno con los ojos almendra y una piel aceitunada muy típica de pasar tardes en la playa.
Ambos llevaban anillos parecidos. "Recién casados" pensé.
-Vaya primita- dijo Lucy fingiendo decepción.- Ya no estás en el mercado. Ya no podemos ir por ahí hacer locuras.
-Claro que podemos- contestó ésta risueñamente.- Nadie se tiene que enterar.
Mientrar tanto los chicos estaban hablando de playa, sufear y de que Lucas se apena por no poder haber estado para la despedida.
Parece ser que notóque lo estaba mirando demasiado porque se acercó a mí.
- Esta es Lisa, es mi novia- dijo presentándome al resto de su familia.
- Encantada- contesté. Todos vinieron a abrazarme como si nos conociéramos de siempre y yo les devolví el abrazo.
De repente escuché dos voces que estaban gritando a lo lejos. Bueno mejor dicho, se estaban acercando.
- ¡No Lily, espérame, te odiaré si le abrazas tú antes!- gritó una voz infantil.
-Voy a ganarte Ty, siempre lo hago- contestó otra.
Y de la nada aparecieron un niño y una niña de unos 9 años corriendo como balas hacia Luke.
-¡Primo Luke!- gritaron a la vez mientras saltaban y lo tiraban al suelo.
-Hola chicos, ¿que tal habéis estado sin mí?- preguntó éste sonriendo.
-Mal- sentenció el chico.- Nathan es cada vez más insoportable.
-Jajaja, dime algo que no sepa- contestó Luke.- Bueno, chicos, esta es mi novia Lisa. Lisa, estos son Lily y Ty, los gemelos- dijo señalándolos. Eran iguales pero de sexos diferentes. Ambos eran rubios de ojos super, super azules (¿Qué le pasa a esta familia con la intensidad en el color de los ojos?), bajitos y con pinta de liantes.
-Hola- saludé sonriente.- Oye,¿quién es Nathan?- pregunté.
- El hermano mayor de los gemelos, tiene nuestra edad y es infumable- contestó Lucas.
- ¿Entonces Maggie, los gemelos y Nathan son todos hermanos?- pregunté confundida. Lucas tenía una familia enorme mientras que yo solo tenía a mi madre.
-¿Te lo resumo?- preguntó Lucas acercándose a una silla de la terraza.
-Por favor- contesté mientras me sentaba.
-A ver: mi abuela se casó con mi abuelo John(en paz descanse) y tuvieron a mi tío Sam, a mi tía Alice y a mi padre, en ese orden. Mi tío Sam se casó con la tía Lindsey y tuvieron a Maggie, que se casó hace un par de meses con Jordan. Luego mi tía Alice se casó una vez y tuvo a Nathan, se divorció, se casó otra vez y tuvo a los gemelos y se divorció. Y al final están mis padres que nos tienen a Lucy y a mí.
-Ahh, vale.
- ¿Todavía estáis aquí?- preguntó la abuela.- Anda Lucas, lleva a tu novia a saludar a Nathan y a tus tíos que están dentro.
-Vamos-dijo Lucas en seguida.
-Según nos íbamos acercando a la puerta noté que Lucas se ponía muy nervioso.
-¿Que te pasa?- pregunté.
-Es Nathan. No le he visto en tres años, desde el funeral de mi abuelo. Ten cuidado, ¿vale? Es un ambaucador. Siempre consigue lo que quiere. Desde que éramos pequeños siempre ha intentado quitarme todo. Me paré en seco antes de entrar:
- ¿ Eso me incluye a mí?
- En mi familia él es conocido por conquistar chicas.
- A mi ya me han conquistado- dije sonriendo. Lucas también sonrió.
-Vale, pero que no te engañe. Además, es muy guapo.
-Vaya- dije sorprendida.- Has llamado 'guapo' a un chico que no eres tú.
-Es en serio. Es modelo y todo.
-¿Modelo?- pregunté asombrada.
- Si, por eso no viven aquí en Australia. La tía Alice y sus hijos viven en Londres- dijo ya un poco menos nervioso.
- Bueno, modelo o no yo ya tengo novio, y te aseguro que es mejor que ese Nathan- dije acercandome lentamente a Luke. Íbamos a besarnos cuando una voz que me era desconocida dijo:
-¿ Quién es mejor que yo?
Miré hacia la puerta y ahí estaba, apoyado en el marco con aire descarado. No voy a mentir, no me extrañaba para nada que fuera modelo. Era muy guapo: tendría al rededor de 16 años, era un poco más alto que Lucas y tenía unos ojos muy azules, pero como de un azul oscuro y gélido. Bueno, y aparte tenía el pelo plateado. Cuando digo plateado me refiero a totalmente plateado teñido.
Me le debí quedar mirando muy fijamente porque me dijo:
- Vengo de una sesión de fotos, nena. En realidad soy rubio natural.
"¿Nena? Será imbécil" pensé. Solo había dicho dos frases y ya me caía mal.
Se hizo un silencio sepulcral durante unos segundos, hasta que ambos primos cruzaron la mirada.
- Hola Luke- dijo Nathan con un tono burlón.
-Hola Nathan.

Ángeles sin alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora