Después de ver la película y de que Lucas admitiese que le había encantado, bajamos a ver la televisión. Somo unos vagos, lo sé, pero es que teníamos falta de sueño. La madre de Lucas se había ido hace rato y nos habíamos quedado solos con su hermana, pero ella estaba en su habitación.
Estábamos viendo bob esponja cuando mis tripas rugieron.
- Lucas, me muero de hambre-dije poniendo morritos.
-Yo también,¿pedimos una pizza?- me preguntó Lucas.
- Vale.
- Voy a preguntarle a mi hermana si quiere pizza. - dijo levantándose del sofá y subiendo las escaleras.
Cuando bajó Lucas, Lucy venía detrás de él.
-Si el repartidor es guapo abro yo la puerta.- dijo Lucy sentándose a mi lado.
-¿Tú no tenías novio?.- le preguntó Lucas alzando una ceja.
- Sí, pero está en Australia y además que tenga novio no significa que no pueda alegrarme la vista.- dijo giñándome un ojo.
Me reí ante su comentario. En cambio Lucas no, no creo que le haga mucha gracia que coquetee con chicos.
- Tranquilo Lucas, es una broma- dijo Lucy leyéndome el pensamiento.
¡¿Porqué todo el mundo me lee el pensamiento?!
-Reiros, pero no os voy a dejar abrir la puerta.- dijo Lucas señalándonos con el dedo.
-¿A mí tampoco? Quiero alegrarme la vista también- dije poniendo un puchero.
- No, tendrás que conformarte con lo que tienes delante- dijo señalándose el cuerpo en plan "I'm sexy and I know it"
Yo hice me tapé los ojos y puse muecas de asco como si estuviese viendo lo más desagradable del mundo.
Lucas abrió la boca en señal de ofendido y salió de la habitación susurrando lo que hay que oír.
En media hora llegaron nuestras pizzas y Lucy y yo salimos disparadas hacia la puerta.
Cuando abrimos la puerta nos quedamos en blanco. Era un hombre gordo y calvo, tirando a desagradable.
Lucy y yo intercambiamos miradas mientras Lucas intentaba no reírse.
- Gracias- dijo Lucy pagando y cerrando la puerta rápidamente.
- Deberíais haber visto vuestras caras- dijo Lucas riéndose de nosotras.
- Los repartidores van perdiendo calidad.- dije negando con la cabeza.
Me comí la pizza rapidísimo, tenía muchísima hambre.
A las cuatro me llamó mi madre preguntándome dónde estaba.
* conversación *
- Lisa ¿dónde estás?-En casa de Lucas, vas a venir a por mí o cojo el autobús.
-¿Cómo has acabado ahí? Bueno, da igual, si no te puede traer nadie coje el autobús. Yo estoy agotada, me voy a dormir.
- Vale, te quierooo- dije con tono de niña buena para que no se enfadase por haberme ido de casa de Vera sin avisar. Colgué antes de que me llamase pelota.
* fin de la conversación *
-Lucas,¿ cuándo pasa el autobús? - le pregunté.
- No lo se,¿por?
- Porque tengo que irme a casa y no se conducir.
- Seguro que te puede llevar Lucy.- me dijo yéndose a buscarla.
- Lucas no, no quiero molestarla.
Pero ya era tarde, ya estaba subiendo las escaleras.
Estábamos ya montados en el coche, Lucas y Lucy delante y yo detrás.
-Esto, Lisa.- me llamó Lucy.
- ¿ Si?
-No sé donde vives.
-Ah , eso, te voy guiando.
Quince minutos después estábamos emfrente de mi portal.
- Te acompaño- dijo Lucas saliendo del coche.
-No hace falta- dije yo, pero, como no, pasó de mí y fue hacia el portal como si fuese su casa.
-Me lo he pasado bien, enana- dijo Lucas mientras llamaba yo por el telefonillo.
- ¿ Enana?- dije cruzándome de brazos y alzando una ceja.
- Te saco una cabeza, eres súper enana.
Nos abrazamos y me metí en el portal.
Posiblemente haya sido el mejor fin de semana de mi vida.

ESTÁS LEYENDO
Ángeles sin alas
Teen FictionLisa es una chica de catorce años que vive con su madre en Madrid desde hace unas semanas. Hoy es su primer día en el instituto, en el cual conocerá a seis nuevos amigos que le harán ver la vida de distinta manera y disfrutar de cada momento, y, aun...