Parte 8

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Después de ver la película y de que Lucas admitiese que le había encantado, bajamos a ver la televisión. Somo unos vagos, lo sé, pero es que teníamos falta de sueño. La madre de Lucas se había ido hace rato y nos habíamos quedado solos con su hermana, pero ella estaba en su habitación. 

Estábamos viendo bob esponja cuando mis tripas rugieron.

- Lucas, me muero de hambre-dije poniendo morritos.

-Yo también,¿pedimos una pizza?- me preguntó Lucas.

- Vale.

- Voy a preguntarle a mi hermana si quiere pizza. - dijo levantándose del sofá y subiendo las escaleras.

Cuando bajó Lucas, Lucy venía detrás de él.

-Si el repartidor es guapo abro yo la puerta.- dijo Lucy sentándose a mi lado.

-¿Tú no tenías novio?.- le preguntó Lucas alzando una ceja.

- Sí, pero está en Australia y además que tenga novio no significa que no pueda alegrarme la vista.- dijo giñándome un ojo.

Me reí ante su comentario. En cambio Lucas no, no creo que le haga mucha gracia que coquetee con chicos.

- Tranquilo Lucas, es una broma- dijo Lucy leyéndome el pensamiento.

¡¿Porqué todo el mundo me lee el pensamiento?!

-Reiros, pero no os voy a dejar abrir la puerta.- dijo Lucas señalándonos con el dedo.

-¿A mí tampoco? Quiero alegrarme la vista también- dije poniendo un puchero.

- No, tendrás que conformarte con lo que tienes delante- dijo señalándose el cuerpo en plan "I'm sexy and I know it"

Yo hice me tapé los ojos y puse muecas de asco como si estuviese viendo lo más desagradable del mundo.

Lucas abrió la boca en señal de ofendido y salió de la habitación susurrando lo que hay que oír.

En media hora llegaron nuestras pizzas y Lucy y yo salimos disparadas hacia la puerta.

Cuando abrimos la puerta nos quedamos en blanco. Era un hombre gordo y calvo, tirando a desagradable.

Lucy y yo intercambiamos miradas mientras Lucas intentaba no reírse.

- Gracias- dijo Lucy pagando y cerrando la puerta rápidamente.

- Deberíais haber visto vuestras caras- dijo Lucas riéndose de nosotras.

- Los repartidores van perdiendo calidad.- dije negando con la cabeza.

Me comí la pizza rapidísimo, tenía muchísima hambre.

A las cuatro me llamó mi madre preguntándome dónde estaba.

* conversación *
- Lisa ¿dónde estás?

-En casa de Lucas, vas a venir a por mí o cojo el autobús.

-¿Cómo has acabado ahí?  Bueno, da igual, si no te puede traer nadie coje el autobús. Yo estoy agotada, me voy a dormir.

- Vale, te quierooo- dije con tono de niña buena para que no se enfadase por haberme ido de casa de Vera sin avisar. Colgué antes de que me llamase pelota.

* fin de la conversación *

-Lucas,¿ cuándo pasa el autobús? - le pregunté.

- No lo se,¿por?

- Porque tengo que irme a casa y no se conducir.

- Seguro que te puede llevar Lucy.- me dijo yéndose a buscarla.

- Lucas no, no quiero molestarla.

Pero ya era tarde, ya estaba subiendo las escaleras.

Estábamos ya montados en el coche, Lucas y Lucy delante y yo detrás.

-Esto, Lisa.- me llamó Lucy.

- ¿ Si?

-No sé donde vives.

-Ah , eso, te voy guiando.

Quince minutos después estábamos emfrente de mi portal.

- Te acompaño- dijo Lucas saliendo del coche.

-No hace falta- dije yo, pero, como no, pasó de mí y fue hacia el portal como si fuese su casa.

-Me lo he pasado bien, enana- dijo Lucas mientras llamaba yo por el telefonillo.

- ¿ Enana?- dije cruzándome de brazos y alzando una ceja.

- Te saco una cabeza,  eres súper enana.

Nos abrazamos y me metí en el portal.

Posiblemente haya sido el mejor fin de semana de mi vida.

Ángeles sin alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora