El Escolta (En Edición)

Capitulo 7

El trafico estaba terrible, por suerte ya solo faltaban unas pocas cuadras para llegar a la casa de mi amiga. Al menos por un mes o algo así no me pediría ir de compras. Luego recordé que en unos días sacan una nueva línea de ropa. No quería pensar en mas cosas así que me puse mis audífonos y seleccione a "The 1975" normalmente escucharía otra cosa pero el álbum no lo escuche completo la semana pasada.

Cuando fiablemente llegamos a la entrada de su casa, Abraham tubo que ayudarme a bajar las cosas que Addison había dejado, realmente eran muchas bolsas llenas de ropa y zapatos. Me preguntaba cómo iba a llegar de cargada la tarjeta de crédito, me estremecí en cuanto imagine muchos ceros en el papel. Toque el timbre. Nadie salió, es obvio que Addison estaba en la cama lloriqueando del dolor, la verdad es que la entendía, la belleza cuesta y mucho. Lo mas raro es que no sintió nada cuando me llamo.

Toque el timbre nuevamente.

Nadie salió, acaso no sabia que ya estaba en su entrada. Opte por llamarla. Por suerte si me contesto el celular.

—Addison, ya estoy aquí.

—Entra.

—Esta cerrado con llave —recalque.

—Puff, la llave esta en la maceta de florecitas rojas.

Busque con la mirada la maceta, estaba casi enfrente de mi. Comencé a buscar la llave, en concreto, si estaba ahí. ¿Que peculiar? Acaso eso no solo pasaba en las películas policiacas o esos programas que suele ver mi padre. En cuanto le dije que ya la había encontrado me colgó inmediatamente. Creo que lo del dentista si le había afectado, comenzaba a pensar que era mala idea haber venido.

Metí todas las bolsas cargadas de sus cosas. Fue muy difícil, pero finalmente lo logre. Con mucha tardanza, pero al menos si podía hacerlo sola. Cada escalón se hacia mas largo e interminable. Continúe exigiendo a mis piernas y brazos que no se rindieran. Ya falta poco, me anime a mi misma para no caer o tirar algo. Me cobrare esto después con Addison.

Cuando ya estoy a unos cuantos pasos para entrar a su habitación, desde afuera, noto que esta llorando. Cielos, ¿tan mal se siente por lo que le hizo el dentista? Decido dejar todas las cosas en la entrada. Quiero creer que ella acomodara todo después. Me quedo en la entrada de la puerta, parada mientras la observo. Addison me mira y se seca lo más rápido posible las lagrimas. El maquillaje ya se le corrió un poco. Esta no es la Addison que conozco.

—Addison, ¿cómo te sientes?

—La verdad es que no me siento bien. Esto cada vez peor. Maldita sea.

—Ya. Pronto pasara —la consuelo.

La abrace, no sabía exactamente que se sentía ese dolor, pero por su cara me daba la respuesta: esas cosas si duelen, bueno la verdad es que yo nunca eh usado mucho tiempo cosas como esas. Pero bueno, no importa mucho, supongo que lo que importa ahorita es que se vuelva a sentir bien y vuelva a ser la chica loca que era hace un día.

—¿Tienes hambre?

—Un poco, sabes. No estaría mal. Que mi mejor amiga me preparara una rica sopa de pollo y un delicioso té.

Puse los ojos en blanco. Addison volvía a ser la de antes.

—Vamos, Brooklyn. Ten piedad de mi.

—Esta bien. Pero me debes una.

—Si, lo que tu digas. Y mientras tu vas a hacer eso yo puedo acomodar todo esto en mi armario.

—Esta bien. No me tardo.

Bajé de la cama de un salto y me dirijo directamente a la cocina. Estaba más espaciosa y con un acabado moderno. Estaba bien. Hacia tiempo que no entraba a su cocina, recuerdo que la última vez que entramos las dos fue para preparar pastelillos. El resultado termino siendo algo desastroso. Me estremecí al recordar todo lo que habíamos hecho esa noche. Ella casi quemaba unas cortinas. Y lo peor fue que al final si se quemaron y los pastelitos no se cocieron bien. Saque lo que iba a utilizar, estaba todo lo necesario. No es que sea una cheff perfecta, pero al menos si sabia lo básico. Y para mi lo básico era una sopa o ensalada. Después de todo si sirvieron esos veranos de cocina.