Capitulo 9

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El restaurante estaba muy bien iluminado, había mesas tanto en la plata alta como en la plata baja, todas estaban ocupadas ¿tan bien a de estar la comida? Supongo que por un simple platillo a de ser una fortuna. La verdad es que jamás he venido a un restaurante lujoso. Son lindos y tienen todo, pero hay ocaciones en las que me siento un poco incomoda. Por lo regular no vengo a menos que sea con mi familia. En la entrada había una señorita, quizá ella es la encargada de guiar a los demás a sus mesas. La chica tiene el cabello negro, lleva una excelente trenza detrás y su uniforme es negro con rojo.

–Hola, buenas noches caballero, ¿tiene reservación? –Preguntó un poco nerviosa la chica.

–Sí.

Mientras Cameron daba su nombre y la señorita buscaba nuestra mesa me desconecte por un momento de esa conversación y pase mi mirada por todo el restaurante, esta muy lujoso sinceramente. Cuando vuelvo a repasar el lugar por segunda vez noto a alguien que no esperaba encontrar, ahí estaba, el nuevo escolta. Ni si quiera se su nombre. Estoy completamente segura de que no me lo dijo. ¿Pero qué esta haciendo ahí? Un momento, lleva el mismo uniforme que la señorita ¿también trabaja ahí?

–Vamos Brooklyn. –Dice Cameron.

Parpadeo varias veces para recuperar la noción del tiempo. Creo que esta cita va a ser un poco extraña, la verdad es que no me esperaba encontrar a mi nuevo escolta. Nos dirigimos a nuestra mesa, por suerte esta en la planta alta, bien, él estaba atendiendo en la planta baja. No creo que nos crucemos.

El lugar esta abarrotado de personas, todos hablan, ríen, comen, es muy espacioso. Me muero por comer lo que nos vayan a servir. Noto que en nuestra mesa de alado hay un grupo de amigos, todos ríen y bromean, ahora me arrepiento de no haber invitado a Addison a la cita, podría haber sido una cita doble, nunca hemos tenido una cita doble ¿por qué? Lo tomare en cuenta. Pero después.

–¿Te gusta? –Preguntó Cameron.

–Sí –asentí.

El sonríe, estira la cabeza para ver sobre mi hombro y alza la mano para llamar a un mesero. El chico nos da las cartas. Y cuando voy a aceptar la carta del menú me doy cuenta de que es el. Supongo que el no me reconoce, pero yo lo reconozco inmediatamente. Cielo santo. Bajo la mirada lo mas rápido posible para que no se de cuenta de mis mejillas rojas. No se supone que ya tenía el trabajo de escolta, ¿qué diablos esta pasando? ¿Acaso es otra jugada del karma o algo así? Bien mientras no me reconozca, todo esta bien, todo bien, todo bien, todo bien. Ok eso no funciona. Nada esta bien. 

Cameron es el ultimo en pedir porque no se puede decidir en que platillo pedir, al final pide otra cosa muy distinta. A mi apenas y me da tiempo de ver bien el menú y me decido por una lasaña. Genial. Espero que no sea gigantesco el platillo.

–Me gusta como vas vestida Brooklyn –sonríe.

–Gracias, tu también te ves bien.

No se me ocurre otra cosa que decirle, los nervios pueden conmigo en situaciones así. Necesito ir al baño. No puedo seguir pensando en el nuevo escolta.

–Oye, ¿en dónde está el baño?
–Al fondo, el de mujeres es el de la izquierda.

–Gracias.

Paso por la mesas. Todos me miran, las chicas con el ceño fruncido y los chicos con los ojos como platos. Cielos, esto es extraño. Sigo caminando, no quiero encontrarme en medio del camino a mi nuevo escolta cuyo nombre no tengo ni la menor idea. Al fin llego a los baños para las mujeres, que suerte de no haberlo encontrado en el trayecto, me miro en el espejo. No quiero echarme agua, así que optó por lavarme las manos, el jabón tiene una esencia de vainilla. Ja ni siquiera sabia que existía. No me esperaba su presencia, ¿por qué no mencionó que trabaja aquí?

El Escolta (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora