24. ¿Uno, dos, tres o más?

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"No todos los que vagan están perdidos".
El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien.

Canción recomendación del día: "Grenade" de Bruno Mars.


Aprovechando que ando de vacaciones —que, por cierto, me las merecía—, vengo a ponerme en actualización no solo con el blog, sino también con los pedidos de ustedes respecto a hablar de algunos tópicos que en ocasiones suelo mencionar como acotaciones en mis artículos.

Hoy, en Los Consejos de Sunset... ¿Uno, dos, tres o más?

Hace un tiempo, cuando les hablé de los narradores, les conté que existía  una forma particular de narrar entre sus estilos. Una que yo había utilizado en SONDER, mi primer novela en Wattpad: el enfoque de narración múltiple.

Para ello me gustaría, como siempre, darles las definiciones, los tecnicismos, y luego, contarles un poquito mi experiencia trabajando con este recurso.

El enfoque narrativo múltiple es una de las alternativas para la utilización de varios narradores dentro del relato. Aquí, la historia se aborda desde diferentes personajes que van alternándose en el texto, y ofrecen una versión personal de la trama general.

Los distintos narradores (que no tienen por qué tener el mismo conocimiento de lo que se cuenta), narran los hechos por medio de su propia voz: cada perspectiva puede diferenciarse de las restantes porque lo que los distintos narradores saben, sea opuesto o contradictorio, está sostenido por la convicción y la verdad interior de quien que habla. Tiene el efecto de un caleidoscopio porque los distintos puntos de vista pueden provocar que el lector perciba una realidad distorsionada (que puede ser adrede, si se sabe utilizar, o accidental, si no). 

Por otro lado, no hay un límite en la cantidad de narradores que pueden utilizarse, ni una regla que implique que no puedan, incluso, mezclarse. En ese caso, es estrictamente necesario que cada narrador tenga su propia forma de relatar distintiva, y esté explícito el cambio de narración, de forma que no se generen confusiones al momento de la lectura. Ya les hablé de esto cuando les conté sobre los narradores y los personajes (capítulos N°9, 11 y 22), tienen que tener sus características particulares e identificables, y eso también se ve reflejado en la voz propia del personaje que toma la narración.

La narración con enfoque múltiple brinda una suerte de complejidad al relato, a diferencia de las obras narradas bajo un único narrador, que otorga un tinte más lineal. Pensemos en lo siguiente: en la vida diaria, estamos rodeados de complejidades, donde incluso las realidades, o las perspectivas ni siquiera son las mismas. Ya decía Albert Einstein que todo es relativo, y en este caso no podría ser más cierto. Cómo escritores, al usar este recurso, nos estamos valiendo de esa diversidad para crear una increíble perspectiva múltiple.

Tal como dijo una vez García Márquez: "los relatos de calidad no pueden basarse en simples esquemas, los buenos/los malos. Sino que muestran una historia compleja, donde cada uno tiene razones válidas, verdaderos dramas donde cada uno es el lobo del otro, cada uno su cordero".

Cuando yo estructuré el armado de SONDER, sabía que quería hacer algo distinto a lo que venía viendo. Me puse a investigar bastante en búsqueda de un atractivo que le diese un plus a la idea que iba formando de mi novela, y encontré este tipo de enfoque, del cual me quedé prendida. Me encantó el objetivo de esta narración, ya que iba muy a tono con lo que buscaba transmitir en mi novela, y también era muy acorde a mi propia perspectiva de la vida: muy neutral, de entender blancos y negros como ambas caras de la misma moneda. Tras estudiar la teoría de este enfoque, comencé a armar el relato. SONDER se compone de cincuenta y tres capítulos más un epílogo. Desde el primero hasta el número cincuenta y uno, la narración alterna, en cada capítulo, la perspectiva de los dos personajes principales (Kye y Ragnar). Eso se cumplió a rajatabla, no estaba en discusión hacer dos capítulos seguidos de Ragnar, por ejemplo (pero eso ya es culpa mía, porque también soy medio obsesiva y perfeccionista). Los últimos tres capítulos, elegí que la narración fuese de carácter omnisciente: el objetivo a partir del capítulo 52 fue mantener ambas perspectivas de los dos personajes, pero englobar otros escenarios que era necesario que se presentasen para poder brindar el cierre que yo estaba buscando desde un inicio. 

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