Capitulo 43

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Exactamente hace tres semanas las personas, lacayos, sirvientas y todo tipo de persona que sirva al castillo estaban alteradas, no podía creer que a la señora Grace sé le halla ocurrido hacer un festejo con tan poco tiempo, me volví loca en tan solo esos días, casi no podía dormir ya que quería que todo sea perfecto y no decepcionarla.

Recuerdo cuando las otra reinas vinieron y casi di por hecho que me trataban como un pedazo de carne, me hacían preguntas por Christian, cómo era nuestra intimidad, si no podía tener hijos, qué cómo había hecho para que Christian me saque de lado de las puertas y un montón de preguntas, las cuales la mayoría eran demasiado incómodas; no hace falta decir que estaba demasiado roja pero gracias a los dioses la señora Grace intervino y pude dar mí opinión abiertamente del festejo. Lo cual fue demasiado difícil.

Podía oír a todas las personas debajo de mí lecho, todos los murmullos. Estaba demasiado nerviosa, me iba a presentar por segunda vez ante todos los mayores reyes y reinas de las mejores ciudades, pero está vez con la excepción de que me sentí más segura conmigo misma. Quería demostrarles a todas aquellas personas que me juzgaron de por ser del lado de las puertas que estaban equivocados, hasta aquellas personas que me dijeron puta.

No voy a fingir que estoy bien, como dije estoy nerviosa y por más que quiera que la Ana segura salga, la tímida sigue ahí. Pero sé que miraré a todas aquellas personas a la cara, sin bajar la mirada.

- Míralos a los ojos, cómo la reina que eres - me dice Kate, asiento y tomo un respiro - estaré a tú lado

- Gracias - le digo y la abrazo.

- Estás demasiado....eres una diosa Anastasia...date la vuelta -

Cuando logró verme en el espejo toda la seguridad que tenía explota, por primera vez me veo como una reina.

- Estoy lista - le digo a Kate y ella sonríe.



Christian

- Aún no puedo creer que lo hallas hecho - dice Elliot sin ninguna expresión.

- Créeme hermano cuando te digo que ni yo lo puedo creer, no sé que estaba pensado - cada vez que lo pienso más me arrepiento de está desición.

- Bueno te diré que no estabas pensando, es que.... tú Christian Grey cediste ante una mujer y estás llendo contra tú lado posesivo - se ríe y toma de su vaso - ¿ Ella lo sabe ?

- No, y espero que no llegue - me tocó el puente de la nariz cansado, estás tres semanas me he matado con la misma pregunta y casi no pude enviar la carta, en el momento en la cual la envié quise mandar a los soldados a que la quemen y que nada quede de ella.

- y tú créeme cuando te digo que vendrá y yo disfrutaré de ver cómo tienes una lucha interna contigo.

- Sabes, ya sé porque no dejo que me cubras en las guerras - termino de tomar mí vino, el se encoje de hombros para luego venir hacia mi.

- Suerte hermano, la necesitaras. Estaré abajo esperándote - se va hacia la puerta

- No forniques en mi festejo - le grito

- Y tu hazme tío, ya espere demasiado tiempo - se va.

Solo pienso en que he hecho, si fuera un animal podría decir que he ido en contra de mis instintos, y eso es lo que he hecho, nunca pensé tener que esconder mi lado posesivo y asesino delante de estas personas, todos me conocen y saben como soy pero por su reina tengo que fingir una sonrisa.

Cuando bajo al gran salón todos dejan de hablar y dejan de hacer algo y me miran.

Me siento algo incomodo con tantas personas mirándome, incluso mujeres de mayor edad me devoran con la mirada y los reyes solo saben desear estar en mi lugar. La mayoría de los reyes vienen hacia mi y solo se arrodillan ante mi y me desean lo mejor, hasta aquellos que les saque sus reinos; ya estoy acostumbrado a esto y me desagrada ver como cada palabra que sale de sus bocas en realidad quiere decir: En mis sueños te mato y gobierno tu reino.

Entre Caballeros y EsperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora