Capitulo 32

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Anastasia

Abro los ojos de apoco y las ganas de dormir otra vez siguen, me levanto y veo a mí costado, Christian no está y afuera hay mucho ruido.

- Christian – golpeo la puerta y no responde nadie, se abre de apoco pero tampoco está, no me preocupo mucho ya que sé que debe de estar entrenando.

Miro a la mesa y un nuevo buffet aparece ante mis ojos, dioses se ve tan apetitoso, iba a comer pero alguien golpea la puerta, al principio me asusto porque Christian me advirtió sobre las personas de aquí pero luego pienso que debe de ser algún soldado, pero no es ninguna de las 2.

– Valla este lugar da miedo, no te recomiendo que vallas afuera mí reina – Kate entra con elegancia.

– Kate ?

– No la princesa Leila – ella rueda los ojos pero yo me río, ella tampoco se lleva bien con la princesa Leila.

– Qué haces aquí ? Pensé que no ibas a venir – antes de estar aquí le pregunté a Kate si me quería acompañar pero ella me dijo que tenía mucho trabajo, según Gail.

– Si, bueno la vieja me dejó venir – se escucha la puerta dando contra la pared muy fuerte, tanto así que nos hace saltar.

– Podré ser vieja pero aún así puedo mandarte – entra una Gail enojada pero se pone pálida al verme – oh mis dioses, mí reina no la vi, perdone por entrar así – ella hace una reverencia haciendo que me sienta incomoda.

– Está bien Gail, me hicieron reír en realidad – le doy una sonrisa sincera pero ella solo asiente.

– Kate, me dijiste que era aquí nuestra casa – la reta.

– Bueno en realidad tu me seguiste, yo no dije nada –

– Nos vamos ya mismo – toma el brazo de Kate pero habló rápido.

– Enrealidad me gustaría que se quedarán, Christian no parece venir muy pronto.

– Pero mí reina...

– ¡ Ya escucharon a su alteza ! Siempre hay que obedecer a aquellos que tienen la corona, ¿ O no Gail ? – Kate le da una mirada ganadora y Gail solo pone en blanco los ojos – muy bien reina, valla que buen buffet – Kate va hacia la comida y se sienta.

– Perdone la majestad, Kate aveces muy....Kate

– Está bien Gail, la verdad es que sin Kate me ubiera sentido más sola, la considero una amiga, y por favor llámame Ana – ella iba a decir algo pero la interrumpo – Christian no está y tampoco alguien más, solo nosotras – Gail asiente – ahora por favor a comer – me siento al lado de Kate.

– Esto es muy lindo, siempre y cuando sea adentro, afuera da miedo, por cierto esto es de los dioses.

Y así pasamos la cena, entre ocurrencias de Kate, regaños por parte de Gail, yo de vez en cuando digo algo y risas. Siento que estar con ellas hizo que me olvidé por un momento todo lo que va a pasar mañana y el miedo de estar en un lugar que no conozco y las razones de porque es peligroso. Gail se tiene que ir ya que mañana tiene que levantarse muy por la mañana y Kate en cambio se queda ya que le rogué a Gail que la deje, pareciamos niñas.

– ahora que se fue... Mejor no lo digo siempre aparece cuando le digo así, Ahora que se fue Gail, ¿ Qué tal la estás pasando con esto de que tú esposo va a pelear contra la muerte ?

– Valla que Directa – ella solo se ríe, Kate en la única amiga que tengo aquí así que si puedo decir lo que siento – Miedo, nervios, mí corazón duele cada vez que me acuerdo de los sueños dónde todo termina mal, perdiendolo, trato de tranquilizarlo pero la verdad es que a la vez trato de converserme a mí misma de que todo va a estar bien. Que no va a arriesgar su vida por hombres que solo ven por ellos mismos, no quiero que por esos reyes él termine perdiendo la vida –me sinceró – lo perdí una vez, no quiero volver a perderlo – una lágrima rebelde se me escapa. Kate se para y se sienta a mí lado para darme una abrazo.

Entre Caballeros y EsperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora