Capítulo 44

1.4K 107 22
                                    

Anastasia

Sus manos estaban por todo mi cuerpo, hasta que sentí como tomo mi cadera y me dio vuelta para luego levantarme y estar sobre mis rodillas y manos, montandome, al principio estuve algo insegura y avergonzada de estar así pero luego se me olvido cuando la mano de Christian estuvo en mi pezón y tiro con fuerza pero en ese tirón sentí dolor y placer. Gire mi cabeza y el estaba sonriendo, su mirada era una depredadora, el se relamió sus labios de una manera en la cual sentí ese fuego en todo mi cuerpo.

- Eres MIA - con solo eso hizo que mi diosa interior se remueva y lo quería loco por mi, lo quiera ver perder la razón.

- Soy tuya - el me sonrió y me dio un golpe en mis nalgas.

Chillé cuando toco y chupo mi zona hasta que solo dejo un dedo, pero luego sentí lo que mas quería, su pene contra mi entrada y solo pude gemir cuando empujo con fuerza hasta dejarme sin aire. De esta forma lo sentía mas, me sentía mas llena hasta sacudirme entera, podía sentir como palpitaba dentro de mi y me seguía dando golpes, cosa que hacia que gimiera de gusto y de dolor. El se hundió mas hasta que sentí su boca en mi oído.

- Así es como me tienes mi diosa.

- Mas....mmm...mas - me penetro mas fuerte haciendo que me arquee y no pienso en nada. Quería todo de Christian, quería eso que solo el podía darme, quería que me llene más. Enterré mis manos en las pieles cuando me penetro sin piedad alguna.

- Pídeme Anastasia - su orden por alguna razón hizo que me caliente mas - pídeme que te llene - se detuvo, dejo de envestirme solo para que le ruegue pero estaba tan caliente por el que mis caderas empezaron a moverse pero me detuvo y gemí de la frustración - pídeme que te llene - me susurro al oído.

- Chris...Christian por favor...lléname - dije casi lloriqueando por la desesperación y el simplemente sonrió de satisfacción agarrándome del pelo.

Apretó mis nalgas y comenzó a penetrarme de una manera salvaje la cual no quedaba mas rastros de piedad, el sonido de nuestras pieles chocar era algo lo cual me calentaba cada vez más. Sus manos sujetaban mi cadera con fuerza sabiendo que dejaría marcas y no me importaba. Sus envestidas eran rápidas y sin compasión, violento, apenas podía gemir porque con cada envestida sentía como ese punto que me gustaba era cada vez más tocado, no quería que se detenga, sentía como ese calor me recorría todo mi cuerpo pero en mi vientre era algo que me encantaba y sabia que estaba apunto. Sus penetraciones fueron mas rápidas y fuertes y mis gemidos también, tanto así que seguro que escuchaban fuera pero ya no me importaba nada.

- Chris....mmm...ahh ahhh- gemí cuando me penetro mas fuerte.

- Lo se mi diosa - siguió con sus embates y solo sabia que lo quiera, quiera esa sensación liberadora, mi cuerpo ardía por dentro por tener eso, estaba apunto de explotar y Christian solo seguía mientras simplemente solo sentía como iba a llegar de una manera la cual sabia que me dejaría sin respirar - Hagámoslo juntos - beso mi espalda.

Me penetro mas fuerte y no pude contenerme mas y me vine y el también, llenándome de una manera la cual hasta en mis muslos se salía. Todo mi cuerpo callo cuando di mi último gemido liberador en el cual mi cuerpo se sintió tan bien que no pudo mas, caí entre las pieles y sabanas.

- Descansa mi diosa - me susurro Christian para luego darme un beso los labios y caer dormida.














Christian abrió sus ojos de a poco ya que la intensa luz del sol le daba justo en su rostro y supo que fue ese solo un impedimento para seguir durmiendo. Miro lo que le impedía poder moverse y lo que vio juró ser lo mas hermoso y irreal que jamás halla visto, a parte de perfecto, Anastasia estaba casi arriba suyo pegada como si fuera un cachorro de lobo a su cuerpo, sonrió al ver su cuerpo de diosa desnudo arriba de el, sabia que la extrañaba a su lado cada vez que se despertaba y no estaba abrazándolo cuando aun dormían justos, pero no supo explicar esta vez todo lo que le hacia sentir con sus cuerpos justos después de lo que había pasado la noche anterior.

Entre Caballeros y EsperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora