Entre Caballeros y Esperanzas

Capituló 46

Hace unos días

Desde hace un día estoy esperando a que el gran hombre aparezca pero por lo que veo no se a dignado aparecer, o almenos que su barco se halla hundido y la verdad es que no me molestaría.

- Princesa Leila ?

- Si - digo algo insegura, el hombre que me llamo era malditamente gigante, daba miedo.

- El señor la espera entre los arboles - dice señalando el bosque - esta al lado de una piedra gigante entre los arbustos - muerdo mi labio por el enojo que tenia, porque no me lo dijo antes de estar esperando en este lugar.

- Gracias - le digo al hombre y empiezo mi caminata.

El camino fue largo pero puedo ver la gran piedra y ahí estaban los arbustos, podía escuchar los silbidos y algo cortándose.

- Y yo pensaba que no le tenias miedo a nada, pero mírate, escondido entre los arbustos como un cobarde - le digo al verlo, el se levanta con una sonrisa que la verdad da algo de miedo.

- No soy un idiota, Princesa, se en que situación estoy y no estoy en una en la cual saldría para recoger flores al lado del castillo - ruedo lo ojos - en fin vine aquí para decirte dos cosas - se sienta a afilar su cuchillo.

- Qué es ? - me mira con superioridad

- Tu padre esta muerto, iba con oro y unos hombres en los cuales confiaba...bueno lo traicionaron.

Mi garganta se había cerrado y no tenia saliva para hablar, me sentía ahogada en agua. No podía moverme de la impresión y sin sentirlo las lagrimas ya estaban en mi rostro y recién las pude notar cuando Jack pasaba sus dedos sucios por mi rostro para sacarlas.

- Ssshh tranquila ex princesa, no tienes que ponerte así - me da un beso en la cabeza, podía oler su oler a licor saliendo de su boca y me causaba asco - lo segundo que quería decirte es que tu padre, en sus ultimas palabras, me dijo que quería que siguieras con el plan - como puedo asiento. Mi padre no era el mejor padre, hombre o esposo, pero era lo único y ultimo que me quedaba y a lo que me aferraba - si recuerdas cual era, verdad ? - asiento - necesito que estés concentrada, desde ahora y mas yo seré quien te guie a partir de ahora - niego - o si princesa.

- No, lo único que harás es que todo sea mas difícil, lo hare yo he estado sola durante mucho tiempo en esto se lo que hay que hacer - cuando quise darme vuelta para irme el ya tenia su cuchillo en mi cuello.

- Escúchame princesa, harás todo a mi manera o créeme que como sea llegare a Christian y le contare todo y te pudrirás del lugar de donde vengo, haces esto conmigo o mueres - asiento sin pensarlo - bien - baja su cuchillo - seguiremos con el plan y lo lograremos, necesitamos entrar a ese lugar.

- Christian esta mas cerca de Anastasia que nunca, será imposible separarlos.

- No no, ese maldito recién esta empezando con Anastasia, solo necesitamos que la vea como antes. Solo es una pequeña piedra en el camino.

- Y como haremos eso ?

- De eso te encargas tu, si tu padre tenia razón, no solo sirves para un cuerpo, sirve para otra cosa - me trago mi enojo y asiento - ahora sigamos con el resto, sácate ese vestido.

- Debo volver al castillo si no...

- Nadie te extraña, ahora solo me tienes a mi así que se buena y obedece - asiento, él tenia razón, ya no tenia a nadie mas por ahora, pero luego de que esto terminara tendría un marido y personas que gobernar, ya no estaría sola.

Ni cuando tuvo que luchar o estuvo cerca de la muerte estuvo tan preocupado por su vida, se sentía solo y sin vida; pero ahora no solo estaba vivo si no que sentía como su cuerpo estaba unido a Anastasia, sabia que desde ahora, quería aprovechar cualquier momento para estar a su lado, cosa que parecía que en estos días se volvería imposible. Su cabeza estaba tan metida en que pasaba con Ana que por poco se olvida que tiene un reino que gobernar, se tenia que encargar por ejemplo de encontrar buenos consejeros ya que desde que mando a matar a ese viejo los otros viejos renunciaron a su cargo y ahora estaba buscando entre cada reino a buenos hombres o algo que se les acercara.