Como piezas de jade

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El médico más joven esbozó una sonrisa más expresiva que la del mayor, Wei Wuxian solamente los observaba con intriga, cuando la voz del mayor llamó su atención.

—Maestro Wei lo felicito, ahora lleva a un nuevo joven maestro, me aseguraré de brindarle todo mi conocimiento para un término adecuado.

Wei Wuxian se quedó en blanco, simplemente escuchó pero su mente no procesó al mismo ritmo que las palabras saliendo de la boca del médico, como una estatua de piedra se quedó en su lugar y no realizó movimiento alguno, un pitido similar a cuando todo ruido cesa en el ambiente llegó a sus tímpanos, sintió como su pecho se oprimía levemente siendo seguido por una especie de liberación placentera que le permitía respirar, su garganta se hizo un nudo, como en momentos de tristeza, pero no provocaba dolor, sus ojos adquirieron un brillo acuoso de lágrimas que amenazaban con salir sin control, todo eso le impidió escuchar el resto del discurso de ambos hombres que le acompañaban, cuando por fin volvió en sí cubrió su rostro con sus manos y sonrió para sí mismo. Los doctores permanecieron ahí, temiendo que se desmaye por el shock o la debilidad que mostraba últimamente.

Temiendo haber mal interpretado aquellas palabras preguntó —¿Usted está diciéndome que yo por fin... por fin puedo...?

—Así es, usted tendrá un hijo —respondió el doctor con orgullo.

Sus mejillas con un tono rojizo que le hacían ver dócil se inflaron en un pocero sin sentido, después habló —No le digan nada, absolutamente, yo quiero decirle, si les pregunta inventen algo, pero yo quiero decirlo —Aunque sus ojos brillaban en humedad no dejó salir ni una solo lágrima de felicidad, aguantó porque esas lágrimas ya las compartiría con su esposo.

Los doctores le ayudaron a acomodarse de nuevo en la cama y se retiraron, en cuanto se quedó solo pudo exclamar desde su lugar— ¡Esta! —gritó con alegría— Estas aquí —dijo tocándose el vientre— Estás aquí, un hijo mío... mío y... de Lan Zhan —Su radiante sonrisa podría eclipsar el sol de mediodía, sin embargo quería disfrutar de esa sensación de gozo, se llenó de energía y vitalidad desbordándose por cada poro, sintió que no se podía quedar quieto, pero sabía que Lan Wangji volvería en cualquier momento, por lo tanto se sentó junto a la ventana y comenzó a tocar su tan preciada flauta.

Aunque Lan Wangji solo avisaría a su tío sobre su ausencia en el camino de regreso se encontró con su –en aquel momento- triste hermano, quien le pidió que por favor se encargara de la supervisión de los entrenamientos vespertinos, a lo que tuvo que negarse, por lo tanto dicho retraso le impidió encontrarse con los doctores al regresar.

Cuando ingresó al Jingshi vio cómo su esposo interpretaba Wangxian con delicadeza, se sintió aliviado de verlo con más energía, sonrió desde el fondo de su corazón y soltó un leve suspiro de satisfacción.

Antes debido a su miedo Wei Wuxian había hablado con los doctores para evitar terminar en cinta, entonces cuando llegó el momento, cuanto más que lo intentaba, no lo lograba, se sintió frustrado y culpable, se preguntó varias veces si podría ser que esa única oportunidad la había desechado, después de la desilusión que le provocó saber que no estaba esperando un hijo comenzó a sentirse cansado, a sentir sueño y a disfrutar menos de las cosas, como si una nube gris le cubriera, todo el asunto de su sobrino Jin Ling y Sizhui lo habían mantenido ocupado pero ya que fue solucionado no sabía qué hacer, sin la insistencia de Lan Wangji él nunca habría ido a una revisión y ese descuido sobre su salud posiblemente le habría traído consecuencias. Temblaba al pensar en eso, afortunadamente los cuidados de su fiel y dulce esposo siempre le regresaban la alegría y en esta ocasión fue más que necesaria y oportuna.

Cuando Lan Wangji regresó él ya estaba en las últimas notas de la canción, por lo que se puso de pie y lo recibió con un fuerte abrazo, se quedó en esa posición por un buen rato.

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