Yo soy amor de verdad

CAPÍTULO 34

—Quiero pausar el proceso, me quiero cerciorar de que todo quede completamente perfecto, sin errores — dije mientras me sentaba en una postura recta, entrelacé mis manos sobre el blanco mantel esperando una respuesta del abogado 

—¿Está usted completamente segura? el proceso puede dar una espera, claro, pero si dura mucho tiempo en pausa se dará por cancelado pues las cantidades de bienes y capital aumentan a menudo con todo su trabajo señora Gloria —sacó de su maletín algunos sobres con documentos —Léalos y si no se encuentra de acuerdo con algo o sí decide cancelarlo por completo, llámeme —finalizó, en el sobre habían unas cuantas hojas llenas de texto, en otras algunos estados bancarios y miles de números 

—Gracias, se lo haré saber —sonreí al mismo tiempo en que me levantaba de mi asiento, luego me retiré del lugar. 

Al llegar a casa me recosté sobre la cama y hablé unos minutos por teléfono con mi madre, sabía que Armando estaba por llegar a la casa por lo que cociné algo sencillo para cenar, pues sabía que llegaba con hambre y yo también la tenía.

Saqué del tostador las rebanadas de pan y les unté mantequilla y jalea, aunque era algo sencillo,  hacía parte de mis platillos favoritos. Me senté en el mueble del salón con mi teléfono en una mano y las tostadas en la otra mientras esperaba a Armando, quien luego de unos minutos llegó a casa.

— Hola mi vida —expresó con una amplia sonrisa en su rostro, dándome un ramo de rosas y un beso que intenté esquivar 

—Hola Armando —sonreí, no pretendía enojarme, mi día había estado lo suficientemente tranquilo como para arruinarlo por un detalle como ese —Hice algo de comer, está en el horno, junto a los estantes, indiqué mientras recibía las flores e iba por un jarrón. 

—Está delicioso, como todo lo que haces —sonreí mientras me sentaba a su lado. 

Charlamos acerca de trabajo el resto de la cena, trataba de evitar el tema del divorcio o todo lo que sucedería, pues aún no quería contarle acerca del proceso.

—Gloria, quiero hacerte una pregunta —me dice mientras charlamos en el sillón más grande del salón. Asiento con el pensamiento de lo que está por venir —Hace poco me dijiste algo acerca de un divorcio —suspira —Quiero que entiendas y me escuches —toma mis manos y evito mirarlo a los ojos, solo veo el lugar —Entiendo que estés enojada conmigo, dolida —dice lo último con arrepentimiento en su voz, noto como se  tensa su mandíbula —Pero también quiero que veas que he estado intentando dar lo mejor de mí, quiero cambiar por ti —veo en sus ojos esperanza, también buscan una respuesta, simplemente escucho, últimamente me limito a escuchar y comprender, quiero buscar una solución que no lastime a nadie, quiero pensar en mí. 

Ante el ensordecedor silencio Armando da una sonrisa vacía disimulando su dolor —No tienes que responderme ahora, más bien sonríe y vamos — se levanta del sillón y me extiende su mano —¿Qué? ¿A dónde? —preguntó con curiosidad, también sonrío —Estoy en pijamas —ahogo una carcajada nerviosa y Armando me lleva con su mano afuera de la casa, se limita a reír como tonto todo el trayecto.

 Subimos al auto y aún no responde a mi pregunta —¿A dónde me llevas? —cuestiono en la puerta del automóvil, a punto de bajar —Vamos a divertirnos un poco, te noto estresada —¿A mí? Dime para dónde vamos o me bajo —salgo del auto —Sube, vamos a comer —Pero si —me calló al ver una expresión de disgusto en su rostro —Gloria —me interrumpe —Sólo ven conmigo —subo de nuevo al auto y pongo música para evitar hablar del tema de nuevo.

Cuando llegamos al lugar me emocioné bastante, pues era un tipo de restaurante con temática prehistórica, algo muy rustico y con diseños de dinosaurios y animales de la selva. Según uno de los encargados de día era un restaurant y de noche ubicaban el lugar y llenaban de luces y música para volverlo un antro. 

Subimos a la segunda planta y nos ubicamos en una de las mesas del centro. Al entrar por completo en el lugar algunas personas se me quedaban viendo y no sabía el por qué, por lo que le lance una mirada seria a Armando, quien también se percató de lo sucedido —Vienes con ropa no muy casual —me dice luego de unos segundos, no puedo evitar reír, pues había olvidado por completo lo del pijama, por lo que me tranquilizo y me incorporo por completo en el lugar.

Después de cenar bailamos por horas y horas, gritos y risas no faltaron pues el ambiente era demasiado acogedor. Incluso estando solos los dos. 

—Viste que te divertirías —me dice Armando mientras bajamos las escaleras —Gracias —respondo con una sonrisa y un abrazo. Siento la helada brisa de la noche pues era casi de madrugada, el cambio repentino de temperatura y el roce de esta moviendo con fuerzas mi amplio pijama, hace que la fría seda se tope con mi piel causando que esta se erice y haciendo que me estremezca, me froto los brazos con las palmas y Armando se despoja de su chamarra negra para ponerla sobre mis hombros. Sonrío, pues hace mucho no actuaba de una manera tan caballerosa conmigo y eso hace que me sienta importante. 

Vamos al auto y volvemos a casa, en el camino, hacemos bromas acerca de todo lo que acababa de suceder e incluso planeamos volver con nuestros hijos —A Miguel le encantará el lugar —dice con una sonrisa en la cara, la cual devuelvo con una expresión vacía en mis ojos, pues me temo que se alargarán algunos planes.

Al llegar a casa Armando comienza con su indirecto dilema de insinuar —o intentar — que durmamos juntos, que aparentemos que nada pasó o simplemente que sigamos nuestra vida igual que antes. Aparto ese pensamiento de mi mente y vuelvo al estado de felicidad en el que me encontraba hacía ya unos minutos. Salgo del cuarto de baño y me dirijo al salón principal, él se encontraba y yo sabia que no quería que terminara la noche. Yo tampoco quería que terminara.

—Te ves más relajada —me dice mientras lanza su cabeza hacía atrás en el respaldo del sillón 

—Lo estoy, es más, me veo feliz —digo con una sonrisa en mi rostro, pues no pude evitarla —Así quiero que estés siempre —responde levantando su rostro de nuevo. Se acerca a mí y toma mis mejillas con sus manos acercando su cara a la mía, luego se queda a escasos milímetros de mi rostro esperando una señal para avanzar, pidiendo permiso para hacerlo, asiento y nuestros labios se juntan en un cálido beso. 

HOLA A TODXSSSS!!! QUIERO DARLES LAS GRACIAS POR LOS 2K 😭😭😭 ESTOY MUY FELIZ! LES AMO