No sabría decir que expresión hizo mi rostro al ver todo esto, no me esperaba esto de Armando
—¿Qué es todo esto?— dije titubeando
—Te dije que iba a cambiar por ti— dijo Armando levantándose de la cama y tomando mi mano —Dame una oportunidad— dio un pequeño beso en mi mano y prosiguió a quitar mi chamarra, desabotonó mi blusa blanca y empezó a besar mi cuello, me llevó hacia la cama y quito mis vaqueros negros, luego retiró el suyo rápidamente e introdujo su miembro en mi cuerpo, me deje llevar por el momento y no pensé en nada ni nadie; sus movimientos eran lentos pero cada vez aumentaba más la velocidad, besaba mi cuerpo desnudo dejando huellas por todo el.
Tuvimos sexo una vez más, la relación con Armando no daba flote, así que no podía decir que habíamos hecho el amor, o para mi no lo había sido; aunque debo admitir que todo esto me había sorprendido, si el cambio era real, estaba empezando a notarse, pero obviamente no es sólo por un día o dos, como se lo he dicho a él y lo he dicho públicamente, lo doy todo y quiero recibir todo, conmigo es todo o nada.
—Armando ¿y los niños?— pregunté tomando una toalla para entrarme a bañar
—Los dejé en casa de tu madre— dijo tomando el mando del televisor, si que tenía planeado todo
—Mmm ¿o sea que se supone que donde estamos?— dije sentándome al borde de la cama
—Se supone que fuimos de compras— respondió dejando un beso en mis labios
—Creo que es mejor ir a recogerlos en un rato— dije yendo hacía el baño —No hemos pasado tiempo con ellos-— cerré la puerta.
En la ducha claramente pensé en todo esto, hace unas horas había estado con José pasándola de maravilla, luego viene mi marido y me tiene una sorpresa en casa. Debía solucionar esto lo más rápido posible. Armando estaba intentando cambiar y debía aceptar eso, porque lo hacía por mi, en el otro lado estaba José intentando dejar todo por mí, luchando por un imposible.
Salí de la ducha y me vestí, Armando se había entrado después de mí, así que en unos minutos ya podíamos ir a por los chicos; iba vestida con unos leggins negros y una blusa un poco larga color blanco hueso, unos tenis grises y mi cabello suelto. No llevaba nada de maquillaje. Cuando Armando salió del baño, se vistió pasó a la cocina por un vaso de agua y fuimos rumbo a la casa de mi madre.
Estaba texteando con Ángel cuando Armando dice
—Oye por cierto ¿Dónde andabas está mañana?—
Por obvias razones no le iba a decir donde había estado —Estuve en el centro de la ciudad, estaba buscando unos materiales ¿Por qué la pregunta?— solté mirándolo y arqueando una ceja
—Gloria no quiero empezar a pelear contigo, sólo quería saber, pero veo que andas exaltada— dijo poniéndose rojo, sabía que estaba furioso y trataba controlarse, tampoco quería pelear así que voltee mi mirada hacía la ventana a ver el bonito trayecto que estábamos recorriendo, la ciudad estaba iluminada por las luces de los carros que pasaban a velocidad y uno que otro local que tenía luces de colores.
Llegamos a casa de mi madre, así que bajé del auto tomada de la mano de Armando. Tocamos el timbre y mi madre nos recibió con una gran sonrisa en su rostro
—Hola mijita- dijo saludando y dándome un beso —¿Cómo estas Armando?— sonrió y le dio un abrazo, correspondimos el saludo
—Pasen— dijo haciéndonos entrar a la casa
—¿Cómo has estado mamita?— dije entrando detrás de ella
—Ay muy bien hija— respondió entrando a la cocina
—¿Cómo se portaron los niños?— dije tomando asiento —Ay hijita ellos no son niños, son unos muchachotes— dijo soltando una carcajada
—Para mí, siempre vana ser unos bebés— dije riendo, seguido me levanté a saludar a los chicos que estaban entrando a la cocina
—Y ¿Cómo están los bebés de mamá? dije dándoles un beso en la mejilla a cada uno
—Jum bebés y ya te pasan— dijo Armando entrando detrás de ellos
—Bueno vamos a hacer ¿galletas?— dijo mi madre, así que los chicos se miraron y salieron de la cocina ¡Que hueva les da ayudar!
—Nos tocó a nosotras— le dije a mi madre sonriendo. Estuvimos haciendo la pasta, poniéndole chips y dulces a las galletas
—Hija y ¿Cómo vas con Armando?— dijo mi madre poniendo la bandeja en el horno —Veo que han mejorado las cosas— 'si supiera doña', pensé
—Si mamá, ya hablamos y arreglamos un poco las cosas— dije, tomé algunos bowls que habíamos ensuciado y empecé a lavarlos.
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Yo soy amor de verdad
FanfictieGloria Trevi y J Balvin se encontrarán envueltos en una serie de aventuras y situaciones que harán que duden acerca de su relación, lo suyo es más que una amistad. Personas, historias y aventuras harán que su amor se desenvuelva, pero ¿Lograrán mant...