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Después del abrazo, encontraron un rincón apartado y solitario en la universidad y se sentaron en el suelo.

—Sae.

Saebyeok la miró indicando que estaba escuchando.

—Gracias... —Jiyeong dijo con una sonrisa sincera.

—No me agradezcas, es algo que cualquiera habría hecho.

—Pero lo hiciste tú... —Jiyeong se acercó aún más a ella, Sae evadió la mirada.

La más alta tomó la mano de Yeong y la acarició.

—Oye... ¿Hoy puedo volver a quedarme en tu casa?

Jiyeong la miró confundida.

—Mm, claro, no tengo problema. Puedes venir las veces que quieras. Eres bienvenida allí.

—Gracias.

Jiyeong la miró a los ojos de nuevo.

—¿No vives con nadie en tu casa? —preguntó con preocupación.

Sae se quedó en silencio por un momento y luego respondió.

—Mi madre está en Corea del Norte, mi padre falleció y mi hermano está en un hogar de niños... se supone que ayer debí visitarlo por la tarde, pero se me olvidó por completo...

La más baja la miró sorprendida y con pena en los ojos.

—Lo siento tanto... debe ser horrible para ti...

Ella asintió.

—Cuando tenga el dinero, traeré a mi mamá de vuelta y sacaré a mi hermano de ese lugar...

—Uh, ¿Y dónde quieres vivir?

Byeok bajó la mirada y sonrió.

—En la isla Jeju...

—¿En la Isla Jeju? Deberías pensar en grande. Voy a ayudarte a hacer todo eso. ¿Pero por qué la isla Jeju?

—No lo sé, me parece bonita —respondió indiferente.

—¡Bien! Ambas iremos a la Isla, y nos tomaremos un Mojito —dijo Jiyeong mirando al cielo imaginando su futuro.

Sae la miró pensativa.

—¿Mojito?

—Sí, es una bebida que se toma por allá —sonrió.

Sae también sonrió y se enjugó algunas lágrimas que caían.

—¿Quieres ir a visitar a tu hermano ahora? —preguntó Jiyeong levantándose.

Saebyeok la miró desde abajo.

—¿Ahora? Todavía hay clases después del receso.

—No importa, vamos de todos modos —dijo Jiyeong extendiendo la mano, Saebyeok la tomó y ambas salieron corriendo de la universidad. Saebyeok estaba radiante de alegría ante la perspectiva de ver a su hermano de nuevo.

—¿Cuántos años tiene tu hermano?

—Tiene 10 años —respondió Saebyeok sonriendo mientras se recogía el pelo.

—Oh, es pequeño, qué lindo —sonrió Jiyeong.

Saebyeok llevó a Jiyeong hasta el hogar de niños.

—Hemos llegado —ambas entraron, y en el patio había varios niños corriendo y jugando. Los ojos de Sae se iluminaron al ver a la persona que buscaba con la mirada.

Jiyeong se acercó a ellos, sonriendo ante el conmovedor reencuentro entre Saebyeok y su hermano. El pequeño corrió hacia Saebyeok y ambos se abrazaron con fuerza.

—Sae, ¿quién es ella? —preguntó el niño.

—Oh, es una persona especial para mí —dijo Saebyeok sonriendo.

—Bien —sonrió el pequeño, y ambos se sentaron a conversar. El niño hacía preguntas sobre todo.

Mientras tanto, Jiyeong observaba lo feliz que se veía Saebyeok estando con su hermano y en lo mucho que se parecían.

Después de salir del hogar, Saebyeok estaba de muy buen humor. Como ya no querían ir a la universidad ese día, se dirigieron a un parque cercano. Compraron dos helados y se sentaron en un banco al sol para conversar.

—Tu hermano me cae muy bien, es muy simpático —dijo Jiyeong mientras tomaba su helado de chocolate.

Saebyeok la miró y suspiró.

—Yeong, ¿no tienes dinero para tus útiles? —preguntó con tristeza en la voz.

Jiyeong negó con la cabeza, con una expresión apenada.

—Voy a comprarte útiles, y vas a cuidarlos como si fuera tu vida —dijo Sae de manera amenazante y luego tomó un poco de su helado.

—¿Harías eso por mí? —rió Jiyeong.

—Si eso te ayuda a prestar atención en biología y tomar apuntes, claro que sí.

—¡No lo hagas por biología, hazlo por mí!

Sae rió.

—Está bien, lo hago por ti.— dijo sonriente,—Ahora dime la verdad. ¿En qué pensabas tanto en biología?

Jiyeong se sonrojó y desvió la mirada.

—Oye, te estoy hablando.

Yeong no respondió.

—¡No me ignores! —dijo Sae, girando el rostro de Jiyeong para que la mirara a los ojos—. Acepta que estabas pensando en mí, no es tan complicado.

La más baja frunció el ceño, sonrojada.

—Sí, estaba pensando en ti.

Admitió Jiyeong, y antes de que pudiera terminar su frase, Saebyeok la calló con un beso en los labios.

She ; JibyeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora