58

896 146 64
                                    

—Pero sigo sintiendo frío... — Jiyeong aún estaba ebria, tanto que comenzó a tener arcadas.

—Por favor, no me vomites encima. Este pantalón lo compré con mi primer sueldo.

A lo lejos, divisaron a una figura femenina acercándose.

—Vómitale a Sae, no a mí, por favor. — pidió Tae, alejándose.

—Cállate, idiota... — se rió Jiyeong y volvió a tener arcadas.

Kang se acercó lo suficiente.

Taeyang temía por su vida, así que ajustó su chaqueta y evitó mirar para no ser reconocible.

—¡Sae! — exclamó Yeong, sonriendo.

—Gracias, me la llevaré. — anunció Saebyeok y se agachó para que Ji, la surcoreana ebria, se subiera a su espalda. Ella lo hizo mientras abrazaba su cuello.

—Genial, buenas tardes y adiós. — Taeyang fingió una voz y salió corriendo del lugar.

Sae comenzó a caminar de vuelta, sosteniendo bien a la rubiecita.

—Sae, te extrañé...

Saebyeok no respondió.

—Oye... ¿Por qué nunca me dejas explicarte nada? — le reclamó la menor.

—¿Tienes algo que explicar? — preguntó con seriedad.

—Maldición, yo no conozco a ese idiota...

Hizo una arcada y, sin previo aviso, vomitó. Saebyeok la bajó rápidamente y la llevó a un rincón.

La agachó y le dio palmaditas en la espalda, mientras pensaba en lo que le había dicho y sujetaba su suave cabello claro.

—¿Por qué diablos te emborrachas con gente que ni siquiera conoces?

—Esto no habría pasado si en las escaleras no me hubieras igno-

Vomitó nuevamente.

...

Sae caminaba con Jiyeong dormida en su espalda como un koala, pesaba como un muerto.

Llegó a su apartamento, abrió la puerta, entró y la cerró tras de sí.

Se dirigió a su pequeña habitación y la recostó ahí.

Abrió el armario y sacó una camiseta negra.

Luego, se acercó de nuevo a Jiyeong, le quitó la camisa sucia y le puso la que había sacado recientemente. Por último, sacó sus pantalones y zapatos, abrió las sábanas y la acostó.

—Tú y el alcohol, ¿verdad?

She ; JibyeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora