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Después de esa extraña y alocada conversación con Son Haneul, Jiyeong se sentía tensa y desconcertada. Se preguntaba cómo se atrevía a hablar mal de Sae estando presente, y comenzó a cuestionar con quiénes se relacionaba. Decidió guardar el papelito que Haneul le había dado, pero tenía la intención de quemarlo o desecharlo más tarde en casa.

Sin embargo, las acciones de Haneul hoy la dejaron perpleja. Ayer parecía simpática y por un momento, Jiyeong había pensado que podrían llevarse bien, aunque nunca pudo apartar a Sae de sus pensamientos, por lo que nada había sucedido.

Jiyeong se perdió en sus pensamientos, reflexionando sobre las advertencias de Haneul, pero estaba segura de que solo intentaba alejarla de Sae.

—¿En qué piensas, linda?— Saebyeok despertó y levantó la cabeza ligeramente mientras estiraba su cuello debido a la incómoda posición en la que había dormido.

Yeong le sonrió, aunque se notaba que algo la preocupaba.

—¡Despertaste!— sonrió Jiyeong.— Mmm, nada, solo estaba pensando en algunas cosas de la universidad.

Sae la observó detenidamente, notando su tensión y las manos frías, como si hubiera vivido una situación nerviosa.

—No te preocupes por la universidad hoy, es sábado y estarás conmigo. Relájate.— le dijo Saebyeok, arreglando el cabello de Jiyeong, que tenía algunos mechones en su rostro.

—Oh... eres muy bonita...— admiró Saebyeok mirando a Jiyeong encantada.

Jiyeong se sonrojó.

—¿Y tú? ¿Qué te ha pasado?— preguntó Jiyeong, notando un cambio en su comportamiento.

—El mosquito del amor me picó, es una enfermedad tan fuerte...— sonrió y la rodeó con los brazos.

—Estás actuando de manera extraña. Siempre dices que soy cursi, ¿tienes fiebre o te afecta la resaca?

Sae frunció el ceño.

—Luego no te quejes si no te digo cosas lindas.— entrecerró los ojos.

Jiyeong rió, pero en su mente seguía rondando su encuentro con Haneul. Decidió que no la llamaría en absoluto.

She ; JibyeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora