She ; Jibyeok

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Saebyeok se levantó con un corazón pesado y tocó su mejilla, sintiendo el dolor en su piel. Ya estaba empezando a lamentar lo que había hecho, y el remordimiento se apoderaba de ella.

Pero, ¿qué más podía hacer? Decidió que, tal vez, con el tiempo, podría olvidar a Jiyeong. Mientras no la viera, quizás los sentimientos desaparecerían.

Sin embargo, esta suposición resultaría ser un error monumental.

Saebyeok regresó a su departamento en soledad, sufriendo pensando en cómo estaría Jiyeong. Recordaba la hermosa chica que le hizo sentir mariposas en el estómago por primera vez y se preguntaba cuánto la odiaría ahora. No se perdonaría a sí misma por el daño que había causado.

Cuando llegó a su departamento, se dejó caer en la cama y lloró mientras miraba el techo. Intentó dar manotazos en la cabeza para detener sus pensamientos, pero fue en vano. La angustia en su estómago la consumía, lloraba amargamente en su almohada y deseaba desaparecer en ese mismo momento.

Mientras tanto, Jiyeong corría hacia su casa con el corazón destrozado, incapaz de creer lo que Saebyeok le había confesado. Cerró la puerta con fuerza y subió las escaleras sollozando en voz alta, agradeciendo que sus vecinos estuvieran lejos. Cerró la puerta de su habitación y se dejó caer en la cama, llorando con desesperación. La única chica a la que había empezado a amar la había decepcionado profundamente.

Todo lo que quería en ese momento era abrazar a su madre y recibir palabras de consuelo, aunque sabía que las cosas no se resolverían de esa manera. O, más precisamente, quería a Saebyeok a su lado, escuchando su tranquila respiración, sanando sus manos lastimadas y besando su mejilla.

Sin embargo, su orgullo se lo impedía. A pesar del daño que Saebyeok le había causado, Jiyeong no podía evitar que sus sentimientos hacia ella siguieran latentes, creciendo en su interior.