She ; Jibyeok

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Todo lo que había sucedido parecía una señal divina indicando que tal vez Jiyeong y Sae no debían estar juntas. Jiyeong se encontraba en su cama, con los ojos rojos de tanto llorar durante la noche.

Sabía que Sae nunca la perdonaría, porque no le daría la oportunidad de explicarse. Así era Sae, impulsiva.

A pesar de la angustia que sentía en el estómago, Jiyeong se levantó sin ganas de ir a la universidad y se dirigió al baño para ducharse y vestirse. Revisaba su teléfono cada cinco minutos esperando ver algún cambio en el contacto de Saebyeok, pero seguía igual.

Salió de su casa con lágrimas en los ojos, caminando tristemente con la cabeza gacha. La idea de cómo le explicaría a Sae que realmente no conocía al chico después de que él le dijera: "¿Vas a fingir que no me conoces?" la aterraba. Sabía que Sae no le creería.

Sus pensamientos la abrumaban, y el miedo de que Sae nunca más le hablara en su vida la atormentaba.

Al llegar a la universidad, buscó desesperadamente a Saebyeok con la mirada. En su rostro se reflejaba la desesperación, su respiración estaba agitada y le costaba respirar. Miraba a su alrededor sin tener idea de dónde podría estar Sae.

Un estudiante preocupado se acercó a ella junto a su aparente novia.

—Hola, ¿está todo bien? —preguntó la chica más baja.

La respiración de Yeong se agitó aún más y rompió a llorar nuevamente.

—¿Quieres agua? —el hombre sacó una botella de agua de su mochila, la abrió y se la ofreció. Jiyeong no podía hablar.

Aceptó la botella y tomó agua, intentando respirar profundamente, pero su respiración seguía siendo entrecortada.

—¿Ha... han visto a Saebyeok?

Los dos chicos se miraron el uno al otro en busca de una respuesta.

—Me parece haberla visto caminar por allí... —apuntó el chico hacia algunos pasillos.

—Muchísimas gracias de verdad... —agradeció la de mechas claras, devolvió la botella de agua y comenzó a caminar rápidamente en la dirección indicada.