✟ Capítulo 07 ✟

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Con el tiempo nos volvemos esclavos de lo monótono.

Siento cada parte de mi cuerpo estuviera entumecida, quiero abrir los ojos pero los siento pesados como si estuviera dormida por mucho tiempo.

Intento mover mi mano izquierda pero de solo hacerlo me duele, lo primero que noto es que el lugar en que estoy está muy frío lo cual provoca el parálisis en mi cuerpo.

—Oye despierta —alguien me habla.

Abro y cierro los ojos viendo cómo todo me da vueltas, mi mente me dice que me levante pero mis extremidades no cooperan.

—Descansa, yo te voy a cuidar —abraza mi cuerpo y de algún modo pese a que no lo reconozco me siento segura pero eso no impide que siga insistiendo en despertar.

Lo peor que le puede pasar a alguien es estar vivo más no vivir como se debe, es como una muerte en vida y es como me siento en este momento.

Abro los de repente y está vez lucho por acostumbrarme a la luz para ponerme de pie, no logro reconocer el lugar en que estoy por lo que lo evalúo rápidamente, es algo estrecho y nada amueblado, las paredes son grises y solo consta de dos cama y una puerta al fondo.

Volteo a ver a mi acompañante el cual se mantiene expectante a la espera de mi reacción.

—¿Qué diablos hacemos aquí? —lo empujo.

Se mantiene en la misma posición con una cara de idiota que me dan ganas de golpear.

—No lo sé —responde Max alejándose de mi.

Ante su estúpida e inservible respuesta lo miro mal y me cruzo de brazos, recuesto mi cuerpo de la pared para así estar un poco más cómoda, estoy mucho mejor pero eso no evita que aún me sienta un tanto débil.

—Esto no tiene sentido —murmuro luego de varios segundos— ¿Por qué nos tienen aquí? ¿Qué quieren con nosotros?

Me pongo de pie y camino hacia la única puerta que hay.

—Ahí solo está el baño y algo de ropa —indica antes de que pueda decir algo—, ya revisé y la ropa parece ser un uniforme.

—Dios mío —me cruzo de brazos—, no soporto los espacios pequeños y necesito con urgencia ver a Maya a Asima y saber que todo está bien.

—Tendremos que esperar —susurra.

Volteo a verlo sin saber que más hacer, luce cansado como si no hubiera dormido hace mucho, su cabello está descuidado tiene un rastro se barba casi imperceptible y dado que aún traemos las mismas ropas con la que vinimos puedo ver qué está sucia y desgastada; entrecierro los ojos en su dirección y no hace más que huir de mi mirada.

—¿Qué te pasó? —vuelvo a tomar asiento en la cama que estaba—, no mientas que te conozco.

—No es asunto tuyo.

—Claro que...

Atención ciudadanos del futuro —se escucha una voz en medio de la habitación—, bienvenidos a las instalaciones de Ryche dónde estaremos preparando sus mentes para un futuro mejor.

—¿Ciudadanos del futuro? —alega el idiota que tengo de compañero—, ¿Qué demonios creen que somos? ¿Extraterrestres?

—Cállate, quiero escuchar.

Cada parte de mi cuerpo se mantiene expectante a lo que está diciendo mientras con la mirada busco el origen de esa voz.

Ryche. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora