✟ Capítulo 21 ✟

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Vivimos en el precipicio de sentimientos donde solo palabras nos pueden derrumbar.

—El plan es simple —miro a Adrián cuando el avión despega—, tenemos que rescatar a Aitana ya que los que van por tierra se encargan de los niños los cuales están en la selva.

Asiente un tanto preocupado y vuelve la vista a la laptop, es la que me dejó Arel la última vez que lo ví y por loco que parezca aún está en buen estado, Athan la encontró y se la presté a Adrián para que intente rastrear a mi hermana.

Todos acordamos hacer las cosas rápidas pues según Andreus, Rinaldo tuvo un accidente y Hugo tomó control lo malo es que su primera acción es atentar contra los niños para hacerme volver.

Es un enfermo.

Es una peste desde el primer día que apareció y odio a mi mamá por dejarlo entrar a nuestras vidas.

El teléfono que me prestó Arturo suena en mi mano, lo miro insegura pero contesto ya que al ser nuevo el número puede ser de cualquiera.

—¿Hola?

—Lo siento —se escucha un alboroto en la línea.

Miro a Adrián quien está a mi lado antes de contestar.

—¿Qué está pasando allá? —intento parecer tranquila.

—Todo se salió de control, Rinaldo está muriendo y por lo tanto Hugo tiene todo el control —solloza.

Suspiro, cierro los ojos por la impotencia que poco a poco me arropa.

—¿Dónde estás?

Se escucha un silencio de su parte antes de que gritos de dolor ahoguen la línea.

—Los niño están a salvo, saqué a todos de los alcances de Ryche  —solloza— lamento no poder verte una última vez.

—¿De qué mierda hablas? —esta vez si llamo la atención de Adrián quien deja teclear en la computadora—, ¿Aitana qué estás tratando de decir?

—No quiero parecer egoísta porqué se que tanto tú cómo muchos han pasado cosas que los han destrozado —su voz se escucha cada vez más apagada—, pero esta es mi guerra y yo decido rendirme —hay un silencio— seni seviyorum, Eloísa.

seni seviyorum, Eloísa: Te amo Eloísa.

Y luego el momento justo en que cuelga se escucha una explosión a lo lejos.

—¡¿Cuanto falta para llegar?! —grito alarmada olvidando por un momento que estoy en un avión.

No soy consciente de lo que pasa a mi alrededor pues el dolor que estruja mi cuerpo es más fuerte.

—¡Mírame! —grita Adrián pero solo siento que caigo más y más al vacío— ¡¿Qué demonios le pasó a Aitana?!

—Nos salvó —susurro mirando sus ojos por breves segundos.

—Eso no es justo —deja ir mi cuerpo para darme la espalda— ¿Y como hago para salvar mi corazón otra vez?

Quisiera decirle algo que lo consuele pero ni ni siquiera yo encuentro palabras. Marco con urgencia el número de Andreus quien decidió ir con Maya y Athan a recoger a los niños.

—¿Ya llegaron? —pregunta de inmediato.

—Creo que no lo vamos a lograr —susurro intentando retener las lágrimas de mis ojos—, Aitana llamó y...

Ryche. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora