🥀 𝒀𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒔𝒖 𝒂𝒍𝒇𝒂 𝒚 𝒆𝒍 𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂 | 𝑪𝒉𝒂𝒏𝑴𝒊𝒏

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 3

En el reino de invierno, los guardias reales buscaban a Seungmin, Minho había dicho que se había escapado de ahí lastimando su pierna, sus padres de inmediato lo mandaron buscar.

— No puedo creer que sea tan terco — Dijo su padre enojado.

— Cariño, pronto volverá, ya lo verás, creo que en parte fue nuestra culpa, lo estábamos obligando.

— Claro que no, es un príncipe, y es un Omega, debe hacer caso y casarse con un alfa de categoría, debí haberle mandado a todos los nobles y príncipes del reino — Su padre aún estaba molesto, al encontrar a su hijo, le daría una lección que jamás olvidaría.

Cuando Seungmin era muy pequeño, hizo casi lo mismo, por pena a qué descubrieran que era un Omega totalmente blanco, su padre lo obligo a pelear con el y el pequeño Seungmin sufrió varios cortes de la espada que su padre empuñaba. Esas eran las lecciones que su padre siempre le daba.

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La fiesta seguía y Cris no se veía muy alegre, quería saber que estaba pasando en su habitación, la intriga lo comió y le dijo a su madre que se sentía mal, a lo cual fue directo a su habitación.

Al entrar se dio cuenta que su hermano menor estaba dormido al igual que el lobo albino, cargo a su hermano y lo llevo a sus aposentos.

El peli blanco se despertó de golpe, el dolor de su celo se había intensificado más.

— Oh... Veo que ya despertaste — Dijo el alfa cerrando la puerta de la habitación.

— Dónde estamos? — el peli blanco lo miro confundido.

— En mi castillo, pero tranquilo, pude neutralizar tu aroma, necesito que tomes está pastilla, te ayudará — Le dio una pastilla color azul y un vaso de vidrio lleno de agua.

— Gracias... — El Omega se tomó la pastilla y miro al alfa. — Me quedaré aquí contigo?

— Emm... Solo hasta que pase tu celo, no puedes ir por ahí, es peligroso, te devolveré a casa después — El alfa no se sentía seguro diciendo eso, en el fondo no quería dejar de ver al Omega.

— Está bien... — miro los ojos del alfa, perdiéndose en el degradado verde que había en ellos. — Gracias por ayudarme, estás mejor?

El alfa se había perdido un momento en los ojos del Omega, nunca había visto ojos así de hermosos. — si, estoy mejor, gracias por no dejarme ahí.

— No lo haría, me ayudaste, era lo justo, no podía dejarte ahí — El Omega dibujo una sonrisa en su hermoso rostro, haciendo que el corazón del contrario latiera fuerte.

— Cierto... Quieres comer algo?, Se me olvido decirte, mis padres se van por unas semanas así que estaré cuidándote — no sabía el porque dijo eso, solo salió de su boca, o tal vez... De su corazón?

— Enserio?, Gracias, no quiero ser de mucha molestia, pero gracias por ayudarme — Le volvió a sonreír, emanaba una tranquilidad su sonrisa por lo cual le atraía.

— No es nada — El pelinegro se acostó a su lado.

— ¡¿Que haces?!, Vas a dormir conmigo? — El Omega se tapo con las cobijas.

— Si te sientes incómodo puedo dormir en el suelo — Se levantó mientras agarraba una almohada y la ponía en el suelo.