C13. La enfermedad del corazón roto.

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Regla de vida número uno; nunca le digas “Te lo dije” a una persona que padece de la enfermedad del corazón roto

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Regla de vida número uno; nunca le digas “Te lo dije” a una persona que padece de la enfermedad del corazón roto.

Apoyo mis manos en el volante del auto y luego anclo mis ojos en la pequeña figura de Yan que camina directamente a nosotros. Sus hombros caídos y cabeza baja me deja saber que las cosas no resultaron tan bien como ella esperaba.

—Oh…—susurra Bel a mi lado.

—¿Y bien…?—murmuro cuando entra en la parte trasera del auto. La miro a través del espejo retrovisor y niega lentamente.

—He pasado ocho horas sentada en la playa y no ha pasado nada.—responde lentamente.—La he recorrido de arriba-abajo y tampoco…

—Bueno, Yannie…—comienza mi cuñada pero ella niega.

—Perdí ocho horas de mi vida esperando a alguien que sólo vi una vez y es una jodida mierda porque…no sé que era lo que quería lograr o que era lo que quería demostrar pero todo salió mal. Todo.

—Hay otras playas en California…—le recuerdo y ella niega.—¿Por qué no? Si este chico, Jamie, en serio te gustó, ¿por qué no?

—Porque no quiero ni voy a convertir las vacaciones de nuestra familia en una especie de cacería de un surfista o cómo sea.—susurra sin más.—Además…tiene mi número de teléfono; creo que si quisiera hablar conmigo ya lo habría hecho ¿no?

—Tal vez es tímido…—murmura Bel encogiéndose de hombros.—Yo creo que no puedes darte por vencido, Yan…

—Sólo voy a dejar de intentarlo y ya.—decide.—Además… ¿tenemos planes, no?—repone sonriéndonos lentamente.

Llevo mi mirada hasta Bel y ella asiente lentamente.—Sí, Yan.—anuncia lanzándole una pequeña sonrisa.—Y mira…dejemos de pensar en el chico de la playa y concentrémonos, en unos días volveremos a Westfield y tenemos que disfrutar en familia de Los Ángeles porque es el primer viaje que hacemos todos juntos…—pausa.—y bueno…si te llama va a ser increíble, pero si no lo hace…es un tonto, porque se estará perdiendo de una chica increíble… ¿sabes?

—Me vas a hacer llorar.—se queja en medio de una risita que de un momento a otro se vuelve llanto.

—Hey…no llores.—musito lentamente.—Bel tiene razón. Si te envía un mensaje o si te llama va a ser genial pero si no lo hace, se estará perdiendo a la niña más increíble y dulce del mundo entero porque eso es lo que eres…

—Y si no es él, pues será otro chico.—anuncia mi cuñada.—Y tal vez es algo complicado pero, corazón, eres realmente hermosa y llegará alguien que verá eso…que te verá a ti y va a ser increíble…—inquiere sin dejar de mirarla.—Ahora quitemos esas lágrimas y vamos por un helado porque los helados siempre ayudan para alejar las tristezas del corazón…

—¡Eso es muy cierto, Yan!—la secundo.—Sólo tengamos un día de chicas y listo. Nada de hablar de hombres ¿de acuerdo?
Yanelis se ríe en voz baja mientras se limpia las lágrimas.—¡Y compras, por supuesto!

ALWAYS YOURS #3 (Saga STARVING)|Christopher Vélez(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora