7. Humor De Perros.

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-Te puedo llevar si quieres-dice mirándome ilusionado.

-Clay, eres famoso, no me apetece que un grupo de adolescentes me persiga por todas las tiendas- bromeó.

-Muy gracioso- finje una risa. - Bueno, me voy a la cama ya, no tardes en acostarte.

-¿No cenas? - pregunto mientras se levanta.

-La verdad es que no me apetece - toca su estómago y luego camina a su cuarto.

Ceno algo ligero y voy a dormir, es temprano pero ha sido un día intenso y me apetece descansar bien.

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En las dos semanas siguientes no pasa nada interesante, la casera me asegura que mi piso es más seguro que antes y que a puesto una alarma, pero yo ya me he asentado en casa de Clay, así que le digo que me quedaré con él. Mi amigo está de acuerdo y vivimos con mucha calma.

Hace unos días que me reuní con Dai, todo salió bien y seguimos hablando. Resulta que si estudio veterinaria y trabaja en una cerca de mi edificio, tiene un golden retriever de apenas unos meses y un apartamento grande.
Esta misma mañana he pensado en ir a verle al trabajo, ya que en su veterinaria también tienen una zona de perrera y la gente puede ir a jugar con los animales para relajarse o divertirse un rato.

Ya me he puesto una camisa de manga larga, la derecha es amarilla y la izquierda roja, como el pequeño bolsillo a la altura de mi pecho, el resto de la camisa es negra, meto la parte de abajo de esta en unos vaqueros largos azules, un cinturón negro, unos calcetines con dibujos de grobos, unas converse negras y blancas y una boina que me regalo mi hermana hace muchos años.

-Clay, me voy un rato-digo agarrando mis llaves dispuesto a salir. Veo a mi amigo tirado en el sofá, levanta la cabeza cuando me ve a punto de salir.

-¿A donde vas? - pregunta con expresión confusa.

-Voy a... - no le puedo decir que voy a ver a Dai porque no se lo toma tan bien, hace unos días tuvimos un problema por eso. - A hacer unas cuantas cosas que quería hacer desde hace un tiempo.

-¿Puedo acompañarte? Es que no tengo nada que hacer y me aburro- se queja.

-¿Me prometes que no te enfadas y que lo vas a disfrutar? - pregunto muy serio.

-¿Porque me enfadaría?

-Voy a ir a la veterinaria de Dai, hay un servicio para jugar con animales sin dueño-digo, esperando que se lo tome lo mejor posible.

-Vale, intentaré no enfadarme - se levanta del sofá, se pone unos zapatos y vamos caminando a donde trabaja Dai.

Tardamos apenas unos minutos en llegar, a través del cristal veo a mi amigo apoyado en la recepción hablando con una mujer que lleva un chihuahua en brazos, empujó la puerta, la cual toca una campanita para avisar de que ha llegado un cliente. Dai levanta la vista rápido y sonríe como un tonto al verme.

-Ahora les atiendo, sientense allí - con la mano completa indica unos sillones a mi izquierda.

Tarda un rato en terminar de atender a la señora. Clay inspecciona el lugar muy serio y, aunque él no lo vaya a admitir, mira de vez en cuando a Dai, tal vez demasiadas veces.

Según Clay, le hago menos caso desde que me reuní con Dai, y tal vez sea verdad, pero porque son diferentes. Con Clay me siento diferente a como me siento con Dai. Y, por mucho que lo intente, le tengo que tratar diferente.
La señora sale y me apresuró hacia el mostrador, seguido de Clay quien mira a Dai sin apartar la mirada.

-Decidme-sonríe mientras alterna la mirada de uno a otro.

-Venimos a lo de jugar con animales- le digo sonriente, él asiente y saca de abajo del mostrador unos papeles.- Por cierto, este es Clay, mi amigo del que siempre te hablo.

-Gusto conocerte - dice Dai mientras estrechan sus manos.

-Igual- responde Clay, aunque suena más a un gruñido que a una respuesta.

-Tenéis que ponerme vuestros datos aquí - nos tiende a cada uno un papel y un bolígrafo. - Solo es para controlar un poco con quienes están los animales, por seguridad.

Rellenamos las hojas y seguimos a Dai por unos pasillos hasta llegar a una zona cubierta simulando un jardín, incluso tiene césped de mentira y unas rocas falsas, me recuerda a una zona de juegos de niños pequeños.

-Aquí tenéis un libro donde tenemos todos los animales para que elijáis mientras traigo las llaves del recinto, vais a tener que quitaros los zapatos al entrar - me tiende el libro, lo agarro y lo abro por una página aleatoria.

-Bien- Dai sale de la sala, Clay y yo ojemos fichas personales de los animales. - Wow, hasta sale donde los encontraron...-comento emocionado.

-Sí, que genial-dice con ironía, ignoro su comentario.

-¿Que prefieres? Hay gatos, perros, conejos, chinchillas...

-¿Peces hay? - pregunta malhumorado, le pego un codazo en las costillas de Roma suave.

-¿Picis ihi? - me burlo. - Te dije que sin enfadarte, intenta disfrutar al menos.

-Joder, es que...

-Si quieres irte, vete, pero enserio me apetece hacer esto contigo-suspiro y sigo pasando hojas.

-¿Gatos, no? - pregunta, le miro, esta cruzado de brazos y tiene cara de arrepentido.

-Si es lo que te apetece, a mi me sirve cualquier cosa.

-Dile que traiga el que has visto antes que te ha gustado tanto- se de que gato habla, así que me ilusiono de poder jugar con él.

Para los que lean esto, tardaré un poco en escribir la siguiente parte, estoy teniendo un bloqueo de escritor 😔

Our little trip.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora