18. Sin pensar.

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Trago saliva y respiro con profundidad mientras Alan me mira extrañado unos pasos por delante de mi.

Camino con una falsa confianza que se derrumba y me deja indefenso en el momento en el que conecta miradas conmigo.

-George...- digo casi en un susurro, ambos se detienen.

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La chica con la que va es Brooke, su jefa en la cafetería, quien me mira confusa.

-¿Que...?- corto a George antes de que diga nada.

-¿Podemos hablar?-él asiente como respuesta-. En privado si puede ser.

Alan me oye y acude a mi ayuda, pasa su brazo por la cintura de Brooke y la ayuda a caminar hacia una tienda de 24h que tiene una pequeña terraza.

-Yo me encargo de ella- informa mi amigo. Cuando esta lo suficientemente lejos, comienzo a hablar.

-Yo... Te quería decir que lo siento, actúe como un imbécil y me merezco que te enfades conmigo y no quieras volver a verme.

-Yo no...- dice él.

-Espera, deja que termine y luego hablas, ¿vale?- asiente, así que inspiro mucho aire y sigo hablando. - Cuando volví a casa te busque para que hablásemos, pero ya te habías ido, leí tu carta y no pude evitar llorar, acepte muy rápido que te habías ido y que no había forma de que volvieras conmigo, así que me rendí, por eso no te he llamado ni nada. Si dejas que volvamos a ser amigos, te prometo que trataré a Daisuke mejor y que no seré muy pesado, te he echado de menos, mucho- digo bajando la mirada a sus pies. Espero a que diga algo, pero lo único que oigo son unos sollozos, levanto mi cabeza con rapidez y observo por unos milisegundos como llora.

Agarro sus hombros y lo acerco a mi pecho, dejo que llore en mi camiseta mientras la abrazo, acaricio su pelo e intento no llorar. Pasamos unos minutos así, hasta que él me empuja con suavidad, le suelto y me aparto un poco.

-Ahora me toca a mi- dice aun con dificultad para respirar. Pasa un segundo que se me hace eterno, temo lo peor, un "ya no quiero ser tu amigo" o un "vete al diablo"- . No actuaste bien, me trataste muy mal, pero eso no quiere decir que hayamos dejado de ser amigos. Entiendo que te molestaba que pasase tiempo con otra gente, pero el tiempo que pasábamos tu y yo siempre acababa mal, así que me la pasaba queriendo salir de casa. Supongo que entenderás que no quiera volver inmediatamente a tu piso, estoy bien con Daisuke y no quiero dejar de vivir con él. Pero podemos volver a quedar como siempre lo hacíamos antes de vivir juntos- sus ojos me penetran y me es casi imposible no llorar, pero me aguanto.

-Eso me encantaría- digo sonriendo amablemente, él también sonríe y mi interior se llena de calor y no me siento tan mal como antes. 

Supongo que me he quedado observando sus ojos mucho rato, porque él habla nervioso:

-Bueno, creo que debería llevar a Brooke a casa.

-Ah, si, claro- caminamos hasta donde están Alan y Brooke, quienes charlan como si su conversación tuviese sentido.

Ella balbucea cosas inentendibles y él asiente y sonríe mientras finge que ella habla en una lengua que hablamos todos. Miro de lejos como George camina tirando de su jefa, hasta que Alan me empuja.

-Venga, que ya casi es la una de la mañana.

-¿Cuando se hizo tan tarde?- pregunto alegre.

-A ti no te lo parecerá, pero habéis estado hablando un buen rato.

-¿Sí? Pues me da la sensación de que no le he dicho nada- me rio suavemente. 

Alan se queda en mi casa para dormir, así que como no quiero que duerma en la cama de George, yo duermo en ella y Alan en la mía. De cierto modo me cuesta dormirme, pero me relaja mucho estar rodeado de su olor.

Cuando me despierto me da la sensación de que he dormido por horas, pero aun sigo cansado. Me auto obligo a levantarme de la cama, me estiro y, tras mirar mi zapatilla por unos treinta minutos, voy a la cocina ha hacerme el desayuno. Alan todavía esta dormido, así que procuro no hacer ruido, me preparo un café y me siento en el cheslong de mi sofá, al lado de la ventana, doy pequeños sorbos a mi taza mientras observo a la gente pasar. 

Me percato de George, sale de la cafetería y comienza a colocar sillas y mesas para la terraza, paro un segundo y le observo con atención. Es raro que este trabajando cuándo es domingo, normalmente no trabajaba los domingos. 

Miro mi taza, me levanto y la dejo en la encimera de la cocina, corro hasta mi cuarto, lo más silenciosamente que puedo, saco ropa y voy al baño a cambiarme. Unos pantalones color crema, una camiseta marrón en la que pone Oh L'amour  y unas deportivas blancas. Me mojo ligeramente el pelo e intento peinarlo de forma decente, aunque es bastante difícil. 

Sin pensarlo, salgo de mi piso, con el móvil en la mano y mi cartera en el bolsillo trasero de mis pantalones, sin querer doy un portazo y rezo por no haber despertado a Alan, bajo las escaleras corriendo, antes de abrir la puerta a la calle me quedo pensando. ¿Para que he bajado? ¿Siquiera tengo algo que decirle? 

-¿A donde vas tan corriendo?- me asusto al escuchar la voz de Alan detrás de mi. 

-A ningún sitio... - respondo soltando el pomo de la puerta, él observa a través de la calle y se ríe. 

-¿Piensas hablarle?- me quedo callado- . Bueno, hoy toca grabar y necesito un café.

Se aproxima a la puerta, con una mano abre y con la otra agarra mi muñeca y tira de mi. Sin darme cuenta ya hemos cruzado la calle y estamos a metros de la puerta de la cafetería, a través de las ventanas veo a George detrás de la barra, limpiando esta con un paño ligeramente mojado. 

Paro en seco.

-¿Que haces?- pregunto.

-Vamos a por un café, así le hablas- ordena Alan, lo dice con una sonrisa pero sé que si me niego me va a ir muy mal, camino a su lado intentando no tener una crisis nerviosa. Decidido camina a la barra, George levanta la mirada- .Hola, ¿me pones un café doble, por favor? -Luego se gira hacia mi- . ¿Un americano?

Asiento, George lo apunta.

-¿Para llevar? -pregunta con su voz calmada, no puedo dejar de observarle. 

Nah, gente, se viene fuerte, primer aviso 😂😂

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