Our little trip.

22. Beso de tres, "pollito".

Al llegar a casa paso el resto del día volviéndome a ver "Lo que paso en realidad" solo para morirme de vergüenza cada vez que aparece Clay en la pantalla, pero sin que Daisuke, quien me abraza todo el rato, lo note. 

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A la mañana siguiente me despierto con mucha energía y mi novio lo nota. Nada más despertarme aparto las persianas, abro la ventana y voy a ducharme, disfruto del agua caliente recorriendo mi cuerpo para luego contrastarla con agua fría. Salgo de la ducha, me seco lo suficiente con la toalla, me pongo ropa interior y empiezo a lavarme la cara.

-¿Qué te has tomado para estar así? - se ríe Daisuke desde la puerta del baño. 

-Nada, ni siquiera he desayunado- él hace una mueca y camina hasta la cocina.

Me termino de vestir, una sudadera amarilla, unos vaqueros anchos azules con una luna y estrellas amarillas en la pierna izquierda, un cinturón negro ancho y unas deportivas negras que me compre hace unos días. Salgo del baño y voy a la cocina sin haberme abrochado ni el cinturón ni los pantalones. 

-Dai, -él me mira sorprendido- ¿por dentro o por fuera?- digo metiendo la sudadera en los pantalones.

-Dentro, definitivamente- luego se ríe y continua-. ¿Algún plan interesante para hoy? 

-Bueno, obviamente, ¿si no porque estaría tan ilusionado? 

-Cuenta- dice guiñándome el ojo, se apoya de espaldas en la encimera.

-He quedado con Clay.

-Bien, poco a poco volvéis a ser amigos, estoy tan orgulloso de ti- se acerca y me abraza, luego deja un beso corto en mi pelo. 

Siento como si le estuviese traicionando, a pesar de que no creo que lo este haciendo, así que decido dejar algo claro.

-Oye, Dai.

-¿Si?

-Yo... No estoy seguro de lo que siento ahora.

-Lo sé- tardo unos segundos en procesar lo que esta pasando.

-¿Lo sabes?

-Sí, era obvio que cuando volvieseis a ser amigos ibas a estar confuso, quiero decir, él te gustaba y ahora que estas empezando a pasar tiempo con él vuelves a recordar todos esos sentimientos, es normal- dice con su tono de voz comprensivo.

-¿No te enfada?

-No, sé que eres buen chico y que en cuanto sepas lo que esta pasando en ti, nos lo dejaras saber a Clay y a mi.

No sé que más responder, así que me limito a disfrutar del abrazo de Daisuke. 

-Solo tengo una pregunta, -me separo un poco y le miro expectante- ¿seguimos siendo pareja, no?

-Por mi esta bien- digo mirándole. 

Pasamos las horas haciendo cosas juntos, hasta que se hacen las nueve y media, solo me quedan treinta minutos para ver a Clay, voy al baño a terminar de prepararme, intento peinarme un poco y me hecho colonia. Me despido de Daisuke con un beso y camino hasta la ubicación que me dio Clay.

Le veo acercándose a mi junto a Alan, ambos van muy guapos. Clay va con un suéter ancho color crema y unos pantalones estilo chino marrones un poco formales. En cambio Alan va con una camisa blanca con estampado de pez koi con los primeros botones desabrochados y unos pantalones  anchos también blancos. De repente siento que voy muy informal o que me debería haber arreglado más, intento tragar esas preocupaciones, pero es casi imposible.

-Hola- digo al tenerles a escasos metros de distancia. Clay sonríe aliviado. 

Entramos al bar, bebemos copa tras copa mientras hablamos de un poco de todo. Alan se levanta y va al baño, dejándome a solas con Clay. 

-¿Te comió y te escupió el sol o que?- se ríe.

-Tu parece que vas a trabajar- intento contra atacar.

-¿Donde esta tu mama gallina? - le miro incrédulo mientras él se ríe.

-No vale, ya tienes practica en esto.

-Perdón, no lo puede evitar- dice intentando terminar de reírse-. Ya se me esta haciendo efecto el alcohol. 

-¿Enserio es demasiado amarillo? Pensaba que iba bien -digo mirando mi sudadera.

-Pareces un pollito- se ríe de nuevo-. Ahora de verdad, vas bien, solo me hace gracia, normalmente no llevas colores que resalten tanto, así que es raro. 

Continuamos hablando, Alan vuelve y horas después salimos a que a este de le un poco el aire, ya que le esta afectando más de la cuenta sus Margaritas. Nada más poner un pie en la calle comienza a dar vueltas y vueltas lentamente con los brazos extendidos hacia los lados como si fuese un avión.

-¿Siempre es así cuando se emborracha?- pregunto.

-La mayoría de veces sí, es esto o "Hey, vamos a besarnos los tres"- se ríe.

-Suena interesante.

-Sí, hasta que te agarra de los hombros y se acerca lentamente a ti- ambos nos reímos mientras miramos a Alan, quien continua dando vueltas por toda la acera.

-Tal vez deberíamos llevarle a casa.

-Sí-Clay camina hacia él-. Nos vamos a casa, venga.

Alan se acerca a la oreja de Clay y le susurra cosas, me acerco a ellos para ver si consigo oír algo sin que lo noten, táctica que no tiene éxito porque terminan antes de que yo pueda oír nada. Pasamos los brazos de nuestro amigo el borracho por nuestros hombros para ayudarle a caminar. 

Llegamos a su casa, y Clay se encarga de dejarle en la cama, mientras que yo espero fuera, ya es bastante de noche así que hace un poco de fresco. Saco el móvil de mi bolsillo y le mando un mensaje a Daisuke, informándole de que acabamos de salir del bar. 

-Ya esta en un lugar seguro- dice cerrando la puerta principal con llave.

-Menos mal- digo guardando mi móvil.

-¿Te apetece dar una vuelta o te están esperando en casa? 

-No me están esperando- digo con calma. 

-Conozco una zona en el parque donde se pueden ver las estrellas muy bien, ¿quieres verlo?

-Claro- caminamos en silencio hasta que llegamos a un banco del parque-. ¿Cómo encontraste esto? 

-Bueno, fue de pura suerte, la verdad. Alan me invito hace un tiempo a beber y con la tontería bebí de más y acabamos aquí- se ríe, pero yo noto que esta ocultando más información, ignoro eso y cambio de tema. 

-¿Desde cuando es que eres una persona de gatos?

-Desde nunca, soy de perros y lo sabes- deja que su cabeza caiga hacia atrás y observa las estrellas, no aparto mi mirada de él.

-¿Entonces porque tienes un gato?

-Porque tu si eres una persona de gatos- nos quedamos en silencio unos segundos.

-¿Que quieres decir?

-La adopte para pedirte perdón por ser un imbécil, pero cuando volví a casa con ella, ya te habías ido. 

-Así que era para mi.

-Sí- suspira y cierra los ojos. 

-Eso es muy bonito, Clay- digo de forma dulce.

-Lo sé, quería que lo fuese.