12. Consecuencias.

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Mi cuerpo tiembla. Me siento frustrado y ebrio. Sabía que no debía contárselo a Clay, lloro por un rato hasta que consigo calmarme. Subo al cuarto e intento hacer el menor ruido posible, para no despertar a mi hermana. me tumbo sobre las sabanas, el vino me ha producido tanto calor que no necesito taparme.

Mañana será otro día, el día en el que vuelva a casa.

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Calor, noto calor. Siento que mi piel suda ligeramente. Un rayo de sol me da directamente en la cara haciendo que me sea difícil abrir los ojos. Levanto mi mano y tapo el rayo, una vez que me acostumbro a la luz solar, empiezo a observar mi alrededor. Sabanas blancas, paredes azules cielo, una almohada bastante más dura de lo que la recordaba y un cuerpo semi desnudo abrazándome. Intento no perder la calma, me enderezo como puedo. La "almohada" que estaba muy dura, resulta ser el brazo de Clay, lo cual tiene lógica como no es tan blando como una almohada teniendo en cuanta que tiene un hueso entre todo ese musculo. 

Él sigue dormido, así que me muevo lentamente para no despertarlo mientras rezo porque nadie esta despierto. Salgo de su cama y, a pesar de estar en mi ropa interior, corro por el pasillo sin hacer ruido hasta llegar a la puerta de mi cuarto, la abro y me tiro a la cama, me tapo con las sabanas y finjo dormir, a pesar de estar intentando hacer memoria de como acabe en la cama de mi amigo.

Ayer no me daba la sensación de estar tan borracho como para no acordarme de lo que paso... Pero tal vez mi borrachera empeoró al pasar el tiempo. Como no consigo recordar nada, pienso en las opciones que pueden haber pasado, tal vez: fui ha hablar con Clay para no dejar las cosas en mal estado y nos entretuvimos hablando, sí pero eso no tiene nada que ver con porque estábamos desnudos. Bueno, la más obvia es que el alcohol nos afecto y acabamos acostándonos... Pero dudo que sea esa y la descartaré hasta nuevo aviso. 

Continuo pensando por un rato en que paso anoche, hasta que me quedo dormido. Al despertar, Hayley ya no esta en su cama, así que me levanto, me visto y bajo a la cocina, donde ya esta todo el mundo charlando y desayunando. Todos están ya vestidos y arreglados. 

-Buenos días,- ríe mi padre- se te han pegado las sabanas , ¿eh?

Pasa uno de sus brazos sobre mi hombro y me estrecha en un abrazo cariñoso.

-¿Os vais a algún lado?- pregunto confuso.

-Hay un mercadillo y nos apetecía verlo, te puedes quedar si quieres, así descansas un poco más- dice la madre de Clay- le dedico una sonrisa, de reojo veo a Clay apoyado en la encimera de la cocina con una taza de café entre sus manos y completamente vestido para empezar su día, supongo que él también va al mercadillo. 

-Sí, mejor me quedo, tengo resaca del vino de ayer- me rio. Durante todo el desayuno noto la mirada de mi amigo en mi, lo cual me hace sentir un poco incomodo, pero hago mi mayor esfuerzo para ignorarlo.

Por fin se van, cuando oigo la puerta principal cerrarse cierro los ojos y suelto un suspiro enorme cargado de cansancio.

-Pues si que estas cansado- abro los ojos de golpe y observo a mi amigo aun apoyado en la misma encimera de antes. 

-Sí- no sé que decir así que deseo que no pretenda seguir la conversación. Me levanto y finjo seguridad mientras camino hasta el lavabo, enjuago la taza que tenia entre mis manos y la dejo para que se seque. Intento salir de la cocina, pero Clay parece tener otros planes. 

-¿No vamos a hablar de lo de ayer?- pregunta antes de que salgo.

-¿El que de ayer?- pregunto haciéndome el tonto.

-Todo, sobre lo de tu amiguito y sobre lo de haber dormido en mi cama- escucho el sonido de la arcilla ya cocinada apoyándose sobre la encimera de mármol blanco. 

Me doy la vuelta y con una sonrisa falsa, mirándole a los ojos, digo:

-No recuerdo nada de eso, probablemente sea por el alcohol- intento volver a escapar, otra vez sin conseguirlo.

-George, no podrás huir de ello por siempre, en algún momento tendremos que hablar de ello- suspira. Inspiro mucho aire y mientras lo aguanto, me giro y doy un paso hacia adelante.

-Lo de Daisuke no debí habértelo contado, sabía que no te iba a gustar y cometí el error de contártelo. Sobre lo de dormir en tu cama, enserio no recuerdo nada.

-¿Nada?

-Absolutamente nada, lo ultimo que recuerdo es subir y tumbarme en mi cama- hago énfasis en el "mi" porque es una parte importante. Clay suspira y nos quedamos en silencio unos segundos. Podría escaparme perfectamente, pero ya que hemos empezado, no lo dejemos a medias. - Si hice algo extraño, probablemente fue por el alcohol, lo siento.

-¿Que vas a hacer? ¿Saldrás con él?- pregunta con los ojos cerrados.

-No sé- suspiro.

-Él te gusta y tu le gustas a él,- dice- creo que seria lo normal.

-¿Estarás bien con eso? Sé que te molesta que pase mucho tiempo con él y si salimos...

-George, haz lo que quieras, es tu vida y yo debería estar feliz con lo que tu decidas- observo como traga salido con dificultad.

Escucho mi móvil sonar en el salón, debí dejarlo allí ayer sin darme cuenta, camino en silencio hasta tenerlo en mis manos. Es una llamada de Dai, decido salir a la calle para hablar con él, cuando ya estoy allí, acepto la llamada.

-¿Hola?- digo dudoso.

-George, ¿ha pasado algo? Estaba preocupado- pregunta nada más oír mi voz. Dudo unos segundos sobre que decir.

-Nada, todo esta bien, ¿necesitas algo?

-Sí, bueno... Más o menos. Lo del otro día, no te quiero presionar pero estaría bien que me respondieses dentro de poco.

-Cierto, he estado pensando en ello, - me acerco a la ventana y observo a lo lejos a Clay apoyando en la encimera, sus palmas sobre esta, sus brazos completamente alargados y sujetando su peso y su cabeza garcha dejando caer su pelo rubio- Dai, yo...

Our little trip.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora