23. Al menos dame eso...

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-Así que era para mi.

-Sí- suspira y cierra los ojos. 

-Eso es muy bonito, Clay- digo de forma dulce.

-Lo sé, quería que lo fuese.

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-¿Qué has estado haciendo?- pregunto con cautela.

-¿Quieres lo que saben todos o lo que solo Alan y yo sabemos? - pregunta risueño.

-Ambas.

-He estado disfrutando de un apartamento solo para mi, trabajando con mucho animo y viviendo la vida en general.

-Ahora la que solo sabes tu.

-Llorando por las esquinas, echándote de menos, sufriendo por el recuerdo de que Luka era para ti... Vamos, generalmente bastante bien- bromea aunque ninguno se ríe. Me giro y subo los pies al banco, abrazando mis piernas contra mi pecho y mirando mis deportivas. 

-Perdón...

-No pasa nada, he aprendido muchas cosas solo.

-¿Como cuales?

-Como que hacer la colada solo es mucho más aburrido y cansado de lo que era antes- ahora si nos reímos ligeramente-. ¿Y tu? ¿Qué has hecho sin mi?

-Intentaba mantenerme ocupado para no comerme la cabeza pensando en todo lo que pasaba.

-George, ¿no quieres volver a vivir conmigo, no?- levanto la mirada, él me mira expectante por mi respuesta.

-No sé que decirte, estoy bien con Daisuke y tu tienes a ese chico de tu trabajo...

-¿Chico de mi trabajo? - me interrumpe sentándose correctamente sin apartar la mirada de mi- ¿Te refieres a Peter?- asiento-.  No estoy saliendo con él, y el video ese de "beso"- exagera tanto las comillas que es casi cómico- es falso, no fue un beso, me acerque porque estaba afónico y no le oía bien. 

-Ohh... Eso tiene mucha lógica. 

Volvemos a quedarnos en silencio, aprovecho para mirar las estrellas, Clay tenia razón en este lugar las estrellas se ven preciosas y de forma muy clara. 

-Quiero que volvamos a como estábamos antes- escucho que murmulla.

-Es complicado- digo.

-Lo sé, pero quiero ser sincero contigo, así que tenia que empezar por ahí- por su expresión noto que se queda pensando unos segundos y luego continua.- No quiero que pienses que estaba actuando como un imbécil sin tener una razón- suspira. 

-Nunca he pensado eso- digo riéndome ligeramente. 

-Estaba celoso- me quedo en silencio al escucharle. 

-¿Qué?

-Estaba tan acostumbrado a tener toda tu atención y a ser tu único amigo, que cuando todo eso se fue, me empecé a sentir celoso y como nunca me ha pasado, actué de la forma incorrecta.

-Bueno, al menos ya sabes como te sientes cuando tienes celos, ahora solo tienes que aprender a controlarlo. Además tampoco es como que haya un sentimiento detrás de esos celos... 

El silencio es tan incomodo que me doy cuenta casi automáticamente de lo que estas pasando, pero no digo nada. 

-Bueno... Sobre eso...- dice Clay acariciando su nuca y girando su cabeza hacia el otro lado.

-Habla- ordeno con un poco de miedo.

-Me gustas, - hace una parada y ante mi silencio, él continua- mucho...

-No entiendo nada- me rio intentando quitarle importancia a la conversación-. ¿Te gusto de gustar? Como en...

-Como en que quiero que seamos pareja- me corta, tardo unos segundos en procesar toda la información-. ¿No lo sabias? Quiero decir, el beso de la ultima vez, pensé que eso lo había dejado claro. 

-Clay, yo...

-Tu tienes novio y estas bien con él- me vuelve a cortar-. Venga te llevo a casa que te estará esperando.

Antes de que pueda decir nada, él se levanta y comienza a caminar, con sus manos en los bolsillos y a varios metros por delante de mi, intento ponerme a su lado para no tener que hablar fuerte y así no llamar la atención de la gente, pero me lo hace casi imposible.

Al llegar a casa, Clay se despide con un simple "adiós" y sin esperar respuesta se va a paso ligero. Entro en casa, cierro la puerta detrás de mi, pero me arrepiento y salgo a la calle de nuevo, corro hasta encontrarme con él.

-¡Clay! - se gira sorprendido, observo sus mejillas rojas y con marcas de caída de lágrimas, al notarlo me detengo, pero luego sigo corriendo, me lanzo hacia él y le abrazo la cintura.

Ninguno dice nada, él apoya un poco de su peso en mi y rodea mi cabeza con sus brazos, continua llorando mientras yo acaricio su espalda, escucho su corazón acelerarse y su pecho moviéndose irregularmente por su respiración entrecortada. Me aguanto lo máximo que puedo las ganas de llorar. 

-George, no voy a pedirte que dejes a Daisuke por mi, ni que vengas a vivir conmigo, pero quiero que volvamos a ser amigos, al menos dame eso...- susurra como puede, no respondo, no soy capaz de hacerlo. Nos quedamos abrazados un buen rato.

-¿Desde cuando sabes que te gusto?- pregunto muy bajito.

-Lo sé desde hace poco, pero me empecé a dar cuenta de que algo pasaba desde el viaje con nuestras familias. 

Cuando termina de calmarse, nos separamos y cada uno se va a su respectiva casa. Daisuke ya esta en la cama, así que me acuesto a su lado bajo las sabanas blancas de la cama. Paso horas pensando en que hacer, ¿me quedo con Daisuke en su casa? ¿Vuelvo con Clay a la suya? Creo que lo primero que debo hacer es descubrir si todavía tengo sentimientos por mi amigo, y luego decidiré que hacer.

Noto un nudo en el estomago y mucha dificultad para hablar, estoy muy preocupado, no quiero hacerle daño a ninguno de los dos, pero no hay forma de que todos salgamos ilesos emocionalmente de esto.

Intento ordenar mis sentimientos y pensamientos, pero no puedo parar de sobre pensar todo, lo cual hace muy difícil tener una respuesta clara.  

Al final duermo apenas tres horas, así que me despierto con mucho sueño y sin ganas de salir de la cama.

-¿Paso algo malo ayer?- pregunta Daisuke, que esta sentado en el suelo al lado de la cama, mirándome con atención. 

-No, pero he dormido poco- me quejo.

-Intenta levantarte, si no mañana te costará aun más ponerte en marcha. ¿Quieres que hagamos algo para animarte?

-Sí, dormir- abro los brazos invitándole a abrazarme acostados en la cama, por unos segundos duda, pero al final se da por vencido y se tumba a mi lado. 

-¿Seguro que no ha pasado nada malo?

-Seguro...- digo alargando la palabra, cierro los ojos y con mi mejilla apoyada en su pecho, me quedo profundamente dormido.

Our little trip.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora