Salgo del ascensor, escucho como a mis espaldas se cierran las puertas, camino hasta mi coche y suelto un fuerte y contundente suspiro al estar dentro de mi automóvil.
Espero que esta vez vaya bien y podamos volver a llevarnos bien por mucho tiempo.
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Días después, acordamos de ir a hablar a su casa, yo acepto con facilidad porque quiero zanjar este tema lo antes posible.
Al llegar la hora, salgo y llamo al timbre de su casa, tarda escasos segundos en abrir, nos sentamos en su viejo sofá.
-Tu dirás- le animo ha hablar.
-Primero, te pido perdón de nuevo por evitarte esos días- asiento dándole a entender que ya esta perdonado-. Segundo, me he dado cuenta de que tenias razón, actúo como un niño y estoy intentando no hacerlo, pero es difícil porque me cuesta saber cuando estoy haciéndolo. Sé que estas enfadado conmigo, pero te pido que pasemos tiempo juntos para que me corrijas cada vez que lo haga.
-¿Porque debería?
-Porque...- alarga las palabras.- No sé.
-George, creo que no te tomas enserio mis sentimientos.
-¡Si que...!
-Escúchame- le corto-. Somos amigos y claro que te voy a ayudar, pero tienes que pensar que me gustas y que decirme esas cosas aunque yo no te guste, va a ser muy doloroso para mi.
-Clay, me llevas gustando muchos años, creo que es algo que siempre he sabido en el fondo, aunque no lo aceptase.
Me quedo atónito, ¿Qué acaba de decir?
-La última vez no sabía como decírtelo, así que opté por enseñarte la noticia de nuestro "noviazgo secreto", no pensé que te fuese a molestar tanto.
-George, no me molestó eso, me molestó que hicieses como si este problema nunca hubiese pasado, cuando ni siquiera lo habíamos arreglado.
-No sabía como arreglarlo, tu siempre sabes como arreglar los problemas, yo soy muy malo en ello y a todo le veo algo malo.
-Me servía con un "Lo siento, he sido muy egoísta al pensar solo en mi y no informarte de que necesitaba mi tiempo" - observo como abre la boca para repetir lo que acabo de decir, pero le tapo la boca-. Me sirve con que lo sepas para la siguiente vez- me rio intentando que no este tan nervioso. Aparta mi mano de su boca.
-Esta bien- nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos, todavía agarra mi mano y yo no la aparto.
-¿Entonces le digo a la prensa que si eres mi novio?- bromeo, su cara se vuelve rojiza y yo me río a carcajadas mientras él se tapa la cara con ambas manos.
Pasamos el resto de la tarde hablando sobre tonterías, poco a poco nos vamos sintiendo más cómodos. Al llegar la noche, me voy a mi casa, aunque tardamos un buen rato en despedirnos cada uno desde la puerta de su apartamento. Al cerrarla celebro como su tuviese una fiesta en casa que hemos vuelto ha hablarnos. Pero de repente se me pasa una pregunta por el cerebro. ¿Somos o no somos pareja? Trago fuerte y resisto las ganas de ir a preguntarle, porque ya es tarde.
Me doy una ducha para olvidarme de eso y, por un rato funciona, me preparo para dormir y en cuanto apago la luz y me tumbo, vuelve a mi cerebro la misma pregunta. ¿Sí o no? Doy vueltas y vueltas en mi cama, la mitad de mi cerebro me repite una y otra vez esta pregunta, mientras que mi otra parte del cerebro intenta distraerme sin éxito.
Me levanto sudando y agobiado, salgo de mi cama y llamo a la puerta de su casa. Tarda en abrir, pero lo hace.
-¿Clay? ¿Pasa algo?
-¿Estamos saliendo?
-¿Llamas a mi casa a las...3 de la mañana para preguntar eso?- pregunta.
-Sí, no puedo dormir sin una respuesta.
-¿No lo podemos hablar mañana?- abre del todo los ojos y me analiza de pies a cabeza-. ¿O cuando lleves algo más de ropa?
Miro hacia abajo, solo estoy llevando unos calzoncillos negros.
-Es rápido, solo dime sí o no.
-Creo que es algo que deberíamos hablar con calma.
-¿Pero tu quieres? Con eso me sirve.
-Clay, no es tan fácil.
-Para mi sí- le corto.
-Sí, si quiero - dice con dificultad.
-Bien, gracias- me doy la vuelta y camino hacia mi casa, cierro la puerta detrás de mi. Tardo unos segundos en darme cuenta de lo que acaba de decir, mi temperatura corporal sube y mi respiración se entrecorta.
Voy a mi cuarto y me tumbo en mi cama, me centro en mi respiración, por fin consigo dormir por unas horas. Me despierta el ruido del timbre, salgo de mi cama con calma y abro la puerta.
-Hola- me saluda George, trago con dificultad al darme cuenta de que acabo de levantarme y que probablemente no este ni presentable ahora mismo.- ¿Te acabas de despertar?
-Ehh... No- cierro la puerta de un portazo y corro a mi cuarto, me meto a la ducha, lavo mi cuerpo y pelo, me visto lo más rápido posible y vuelvo a la puerta.
Abro de nuevo y me apoyo en el marco de esta.
-¿En que te puedo ayudar?
-Te dije que teníamos que hablar lo de ayer- dice.
-Adelante- dejo que pase a mi departamento, nos sentamos en el sofá, respiro profundamente y le miro.
-Ayer me sorprendiste mucho, así que no sabía bien como responder.
-Bueno, yo quiero estar contigo, tu decides- digo intentando no morirme de la vergüenza.
-Yo también quiero estar contigo- trago con dificultad para evitar las ganas de saltar sobre él. -Hazlo.
Me levanto y hago que se tumbe en el sofá, estando encima de él. Beso la punta de su nariz, cuando me separo, me mira confuso. Me lanzo hacia sus labios, sujeto mi peso el máximo rato posible, hasta que ya no puedo más, me separo y me pongo de rodillas.
-Oye, lo único que te pido es que no digas que estamos saliendo hasta dentro de un tiempo.
-Esta bien, tampoco pensaba hacerlo.
-¿Hoy vas a hacer algo?- pregunta sentándose y colocando su ropa.
-Tengo trabajo por la tarde. ¿Quieres venir?
-Sí- pongo mi mano en su mejilla y le beso.
Por meses, George y yo comenzamos a pasar más tiempo juntos, ya sea en casa o en lugares públicos, por todo este tiempo, pensé que todo estaba bien, hasta que George me pidió que fuese a su departamento para hablar de algo.
-Creo que deberíamos dejarlo...
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Our little trip.
FanfictionGeorge Bristol es un chico increíble, genial y agradable. Conoce a su amigo Clay Wagner, un chico popular entre mujeres y hombres, con pasión por la actuación. George duda de si quiere tener a Clay como más que un amigo, aunque le desagrade lo cariñ...