Ocultismo, Arte, Ciencia y Filosofía

La danza de los arquetipos

LVX
Cansado, derrotado, deshecho, pero sobre todo con la sombra del tedio, la sombra del tedio anclada en la coronilla. Decidí perderme en el otro, en el fuego de su pasión escondida, en sus espíritus derrotados, salí a buscarlos y varias veces regresé sin nada, destruido y cabizbajo como ellos. Paciente, constante en mi búsqueda, salí a crecer, de nuevo, con ellos, salí a encontrar mis ansias en las suyas, y dejé los libros y la poesía, y
quise ser yo mismo piedra y río que corre, fuego que arde y quema.

Pistis Sophia

Gracias a sus gestos voy conociendo los míos, la verdad empieza de dos para arriba, la realidad es múltiple y no una, las voluntades se entrecruzan. Busqué categorizar la consciencia, en vibraciones múltiples, en números. Imaginé un nuevo alfabeto, que
contenga a su vez el árbol de la vida y su imagen especular en la subconsciencia, pensé en un nuevo sistema de signos, donde número palabra y ley sean uno, he pensado el símbolo y el signo.
Como respuesta a todo esto solo obtuve Silencio.

Dhyana

Soñando con el infinito, eludido de los engaños del lenguaje, lúcido, pensé, la
consciencia es una con la voluntad, así el espacio- tiempo, así la masa-energía, la
mente-realidad. Los principios se desdoblan sólo para volver a mezclarse, seducciónjuego, éxtasis que asciende poco a poco, que nos recorre, nos excita, y nos tensa-tranquiliza.

Samadhi.

Este yunque de las fuerzas, gira a tanta velocidad que al verla de lejos parece quieta, lo estático, el cero absoluto, la falta imposible de vibración, la vibración más rápida, son similares en principio más diferentes en detalle. Cruz elemental, forma que excede el
espacio, llanto, consciencia infinita,

Libertad.

Las creencias se disipan, entonces el salto, el punto en que lo continuo se cansa de sí mismo. Nos elevamos, un centímetro por encima del suelo, dos, tres, cuatro, infinito.
Esfera continua de manifestaciones, de la ceguera pasamos a contemplar el baile de las kuces, incompresibles, eternas, bailan a través nuestro y por encima nuestro, la danza
eterna de los dioses, la danza eterna del fuego, el agua, el aire y la tierra, en torno al centro de gravedad, de nuevo, a lo lejos, otros principios, otras leyes, otras dimensiones,  otros cuerpos, otras emociones, otra lujuria y otro templo.
Dicho de otra forma.
Amor y guerra se conjugan en esta danza perpetua.
La danza de los arquetipos.

Raúl Zárate