Ocultismo, Arte, Ciencia y Filosofía

Poesía y Prosa. (III)

Arcano 0 

Con una daga te arrancas la piel y la cordura,
para calmar esas ansías de fuego,

que aún no cesan. 

Tus recuerdos se desgajaroncomo ramas secas,

tus pensamientos se fueron mezclando, congelando,pudriendo, quemando.

Vertiente sinuosa, vuelo sin orillas.

 Pasabas tus días susurrando: En esta clínica me dopanpor miedo a que les corte la cabeza,de un tajo limpio y certero.Ja! Por miedo a mi perpectiva. 

Te vi acabar con tu vida de todas las formas posibles y resucitar sólo para repetir el proceso,

por puro masoquismo,por puro aburrimiento.

Fuiste única, doble, triple. Iracunda y pacífica. 

Bestia, dios y ser humano. 

Hombre, mujer, hermafrodita.

 Anunciabas el fin de la tierra vestida de mendigo, 

en noches heladas, 

en callejones hediondos. 

Viajabas al pasado para hablar con reyes y sacerdotes,

Tú eras su duda, su temor y su excitación,

su alba y su ocaso. 

Tú el minotauro, Alpha Tauri, Bacante, 

tú la sacerdotisa, 

eres la danza que no se detiene,

 energía inagotable, Typhon, Loki, 

más allá de la historia,

 tú inspirabas la visión de un pasado demasiado lejano y oculto,

 tú eras la luna roja y su reflejo en el río,

tú eres la fogata, la leña y el sacrificio,

Alucinaste día y noche, 

con este universo y otros, 

con salamandras, gnomos, faunos, dríades. Y el Mago realizó tus sueños en su Palabra. 

De la Teodicea fuiste el vientre, de los poetas su fiel amante. 

Bestias ignotas y olvidadas, 

Te perdías en tus creaciones. 

Prolífica naturaleza la tuya, Anima Mundi, 

Loca alma de todo lo que existe,

loca alma del viento, 

que inspira al artista y a todos los que aúllan de noche a la luna, 

lobos y gatos encelo que sólo saben beber de tí.

 Recuerdo aquella noche ancestral

esa noche decidiste observar tu reflejo.

Inmóvil, atónita, perpleja ante tu mirada, observaste las mil revelaciones. 

Tu sangre, tu bendita sangre regresó al fuego, 

al fuego que quema toda creencia,

que destruye y maldice toda palabra vacía.

El abismo se convirtió en tu morada.

Desde esa noche, Locura, oh Sagrada Locura, Madre de toda Iniciación,