Paul se pasea cerca de la cinta policial y pasa por debajo de ella. Son casi las cinco de la mañana y ha repasado la escena del crimen hasta en ocho ocasiones. Lleva un pantalón gris de chándal y la camiseta negra de manga corta con la que suele dormir. Riley se acerca a él con las manos en los bolsillos. Sus ojeras son evidentes, pues, le ha tocado hacer guardia esta noche. Estaba tan tranquila patrullando cuando la comisaría recibió una llamada. Al llegar a la escena del crimen, no dudó en llamar a Paul.
El cadáver hallado pertenecía a una joven de origen italiano. Se llamaba Antonella Serra y vivía en Venecia. Todos los datos que han podido recoger han sido gracias a su documentación que llevaba encima y que estaba intacta. Sin embargo y a pesar de su mal estado, presenta las mismas heridas que Ryan Anderson, el guardaespaldas de los Edevane que se encontró sin vida en su domicilio. La joven tiene un enorme agujero en la zona de su pecho y carece de corazón. No hay sangre y el cuerpo parece deshidratado. Aún no se le ha realizado una autopsia para revelar la causa de la muerte pero, si también coincide con un paro cardiaco, estarán ante otra víctima del asesino de Ryan.
Paul es incapaz de entender lo que está pasando. Esa herida no es normal o, al menos, no algo que pudiera hacer un ser humano sino una bestia. Sin embargo, lo más inexplicable es la falta del corazón. Es imposible extraer un corazón sin romper un pulmón o una costilla. ¿Qué sentido tiene?
—Este caso es... —Paul ni siquiera termina la frase. Se siente frustrado.
—No tiene ninguna explicación.
—¡Pues tiene que haberla! No podemos cerrar otro caso como un suicidio. Hay un asesino por ahí suelto que sigue y seguirá matando si no le atrapamos.
—¿Qué clase de asesino haría esta salvajada y después, sería tan meticuloso de extraer un corazón sin romper ni un órgano?
—No lo sé —Paul se frota las sienes—. Todo es tan... confuso...
Riley le mira y suspira. Hizo mal en llamarle. Paul se toma los casos de manera extremadamente personal. Un caso sin explicación le dejará semanas sin dormir y sabe que no parará hasta que encuentre una solución. Le admira por ser tan perseverante y, a la vez, siente tristeza porque sabe que, si no encuentra una solución, sufrirá tanto como si hubiera perdido a alguien de su familia.
—Deberías irte a casa. Tu turno no empieza hasta la tarde y debes estar cansado.
—No puedo irme a casa ahora —él se frota las sienes—. Tengo que ir a comisaría y buscar el historial de Ryan. Tengo que encontrar una conexión con esta chica.
—¿Y si no la hay?
—Debe haberla. Es más, debe haber una conexión de ambos con el asesino. Además, estoy convencido de que Pauline Edevane tiene algo que ver.
—Paul, lo único que esa mujer ha hecho ha sido contratar y despedir a un hombre. ¿Cuántas veces crees que lo habrá hecho?
—Tú también estuviste en el desfile. Alguien que no tiene nada que ocultar no se habría comportado de esa manera.
—Era un desfile de moda. No quería que la muerte de un guardaespaldas le fastidiase su exclusiva.
—Precisamente por eso —Paul se gira hacia ella—. Su mente es fría y calculadora.
—¿Y? Eso no la convierte en una asesina.
—Sé que hay algo raro en esa familia y no puedo explicarlo pero tengo una corazonada y voy a llegar hasta el final.
Toda Nueva York se ha quedado con la boca abierta al leer la prensa esta mañana. Las revistas han volado y los programas de la televisión también han hablado de la noticia. Sin embargo, las redes sociales han sido donde más se ha viralizado. Gente de todo el mundo ha leído lo sucedido y no hay otro tema de conversación: Gideon Moonchild y Valentine Edevane están juntos. Unas fotos de la fiesta tras el desfile en las que salen besándose en su habitación lo confirman. Alguien las ha filtrado y ha montado todo el revuelo. La pregunta es: ¿quién?
ESTÁS LEYENDO
Nathalie [+18]
Mystery / ThrillerTodas las familias tienen secretos y más si esas familias son las dos más adineradas de toda Nueva York. Una serie de asesinatos sin explicación parecen guardar una extraña relación con ellas y a ello se le suma la sospechosa desaparición de dos de...