Hunter baja las escaleras corriendo con la camisa blanca a medio abrochar y los pantalones de vestir azules algo arrugados. Tiene algo importante que preguntarle a Nathalie y, por esta vez, tiene que aparcar sus sentimientos a un lado y buscar respuestas.
Sale de su casa y se dirige a la de los Edevane. Va corriendo, no le importa si alguien le ve. Quiere llegar cuanto antes a la fiesta. Apenas es medianoche, por lo que, la fiesta sigue en pleno auge. Consigue plantarse en la puerta de los Edevane y se topa con los vigilantes de seguridad. Hay dos en la puerta, controlando las entradas. Uno alto, fuerte y con el pelo rapado y otro con un moño y un poco más bajo que el compañero. Van completamente vestidos de negro y, con la oscuridad y las gafas de sol, apenas se distinguen rasgos en sus caras.
—Nombre, por favor.
—Hunter Moonchild
El más bajito de los dos busca el nombre del chico entre los de la lista. Parece que no está.
—No estás en lista, lo siento.
—Por favor, solo será un momento. Solo necesito hablar con Nathalie.
—En ese caso, podrá hacerlo mañana. Ahora, lárguese.
El chico no ha venido para quedarse en la calle así que intenta colarse, pasando por en medio a los dos guardaespaldas. Sin embargo, son capaces de agarrarle a tiempo y apenas llega a cruzar el umbral de la puerta.
—¡No podéis echarme! ¡Ella me invitó! —chilla, mientras le empujan hacia atrás.
—Dejadle pasar —interviene una nueva voz.
Michael Edevane se acerca por el jardín hacia la puerta, caminando lentamente y apoyándose en su bastón para hacerlo. El hombre lleva un traje en color verdoso con una pajarita negra y una camisa blanca. A diferencia de otras fiestas, su aspecto se ve impecable.
—Le he invitado yo —añade, dirigiéndose a los guardias.
Ambos sueltan al chico, que tiene que recolocarse la camisa, ahora, bastante más arrugada que antes. Hunter cruza la puerta, dedicándole una mirada desafiante a los que le han tenido retenido, y se dirige a Michael. El hombre le pasa un brazo por el hombro.
—Ya era hora de que vinieras. Nathalie lleva esperándote desde que ha empezado la fiesta —le dice en un tono suave, casi paternal—. ¿Ha pasado algo?
—No, nada, señor. Me quedé dormido —miente.
—Sé que discutisteis el otro día. No se lo tengas en cuenta. Nat es muy impulsiva a veces. Estoy seguro de que estará encantada de verte.
—¿Sabe dónde está?
—Supongo que habrá ido a su habitación —le responde y sonríe—. Ya sabes dónde está.
Hunter le da las gracias y cruza el jardín a toda prisa. En el recibidor hay tanta gente que nadie se percata de que él está allí. Sube las escaleras y pasa por delante de la habitación de Rennè, cuya puerta está entrecerrada. Entra en la habitación de Nathalie y se la encuentra vacía. La llama varias veces mientras busca en el baño y en el balcón. No está allí. Como último recurso, acude al vestidor. Tampoco está allí. Sale de la habitación, decepcionado. Quizá esté en otra parte de la casa. Puede que esté pasándoselo bien y se haya olvidado de que le había invitado.
Entonces, observa que la puerta de la habitación de Rennè está un poco más abierta. No le da demasiada importancia, ya que no ve a nadie y puede que solo se trate de corriente pero, de pronto, ve a Nathalie tirada en el suelo. Ha logrado abrir la puerta, a pesar de que es incapaz de levantarse. Tiene una brecha en la frente de la que no para de brotar sangre, las mejillas cubiertas de magulladuras y el labio partido.
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Nathalie [+18]
Mystery / ThrillerTodas las familias tienen secretos y más si esas familias son las dos más adineradas de toda Nueva York. Una serie de asesinatos sin explicación parecen guardar una extraña relación con ellas y a ello se le suma la sospechosa desaparición de dos de...