Capítulo 4

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Segunda Impresión

Emma

Para el cumpleaños de mamá fuimos a cenar a su restaurante favorito, estuvo con nosotros la familia de Sasha. A decir verdad me divertí mucho y cuando llego el momento de abrir los regalos a mamá le encanto el mío. Sabía que pasaría eso.

Al día siguiente aún con la desvelada de la cena asistí a la escuela, realmente mis días escolares transcurren con normalidad, nada fuera de lo normal.

Trate de que a partir del domingo luego de irme de la plaza tuviera mi mente ocupada. Fue fácil en estos dos días escolares, me encargaba de hacer mis deberes y así lograba tener mi mente en otra parte.

El problema llegaba cuando no tenía nada que hacer, porque pensaba en el día miércoles.

Hasta que llego el día y todavía no tenía una respuesta, ¿qué debería de hacer? Ni siquiera conozco a Marco. Podría ser un tipo peligroso y yo como tonta iría hacia a él.

Aunque por otra parte me daba curiosidad el ir, ¿que podría pasar? Existía la probabilidad de que me divirtiera y al final me llegaba a gustar su compañía.

Estaba sentada en mi cama con la mirada en el armario, faltaban dos horas para las seis de la tarde. Me mordí el labio mientras seguía pensando.

Me volví a hacer la misma pregunta de nuevo. ¿Qué podría pasar? La plaza es un lugar público, además si me quisiera hacer algo ya lo hubiera hecho, tuvo la oportunidad y no ocurrió nada.

Me paro frente al espejo observándome, tenía unas ojeras ligeras, producto de que ayer me desvele, mi cabello estaba amarrado en una coleta baja, el rímel lo tenía un poco corrido ¿Debería arreglarme? No le veo el caso cuando no es una cita. ¿O, sí?

Resoplo antes de abrir mi armario y sacar algo cómodo. Al final decidí retocarme mi maquillaje, en realidad es algo natural. No acostumbro a usar mucho maquillaje a menos que la ocasión lo amerite.

Una vez lista tomo un pequeño bolso bandolera y salgo de mi habitación. Cuando bajo Maggie está ordenando la sala. Por lo regular mis padres llegan a casa en el horario de siete a ocho de la noche.

Ambos trabajan en la misma empresa, papá trabaja en las relaciones públicas y mamá trabaja en el área del marketing.

—Saldré un rato —le aviso a Maggie—, no me esperen para la cena.

—Bien, ¿quieres que les diga algo a tus padres?

—No, yo les aviso, gracias Maggie.

Me despido de ella con un beso en la mejilla.

El centro comercial quedaba algo cerca, pero prefiero prevenir y por ello decido tomar un taxi cuando llego a la avenida.

Cuando estoy en el taxi me aseguro de ver la hora. Son pasadas las cinco y media. Bien, el clima ahora es algo caluroso, pero en la noche podría hacer algo de frío. Por ello siempre me aseguro de cargar conmigo una chaqueta.

No había mucho tráfico, por lo que llegue a tiempo. Pero cuando estoy en la entrada de la plaza una pregunta se me viene a la mente. ¿Dónde me veré con él? Marco solo dijo que nos veríamos aquí en la plaza, pero nunca menciono un lugar en específico. Decido tentar mi suerte y entro a la plaza, hay mucha gente y será difícil encontrar a Marco. Si es que lo encuentro.


Marco

Mis días siempre son los mismos, las mismas cosas, las mismas miradas, las mismas personas. No ocurría nada interesante para tener mi intención.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora