Capítulo 8

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Interacciones

Emma

Cuando me despierto lo primero que hago es meterme  a la ducha relajándome casi de inmediato. Mientras el agua cae por todo mi cuerpo cierro los ojos pensando en todo lo que viví ayer. No es de extrañar que diga que ayer fue un día complicado y con muchas emociones encontradas.

Aunque también no he dejado de pensar en la propuesta de Marco sobre este fin de semana, no sé lo que me espera al lado de él. Lo único que sé es que estar a solas con él me pone nerviosa, cada vez que estoy con Marco los nervios me atacan y no sé cómo controlarlos.

Salgo del baño con una toalla alrededor de mi cuerpo y me dirijo al armario. Tomo mi uniforme el cual consiste en una falda color negro, una camisa blanca completamente lisa, calcetas largas color negro y zapatos cerrados de igual forma negros. Decido no usar la corbata del uniforme y la pongo en uno de mis cajones. Por lo regular no uso la corbata, siento que me ahorca.

Una vez vestida me siento frente al tocador y tomo un poco de corrector para ojeras, me lo aplico en las partes donde lo necesito, no me gusta usar maquillaje diariamente, solo lo uso cuando lo requiero.

Y hoy es así, el golpe de mi mejilla se ve a primera vista. El hematoma que se me formo no es grande, pero resalta entre la palidez de mi rostro.

Termino de arreglarme y bajo a la cocina donde están mis padres y Maggie hablando.

—Hola cariño —me saluda mamá.

Le sonrío sentándome al lado de ella, quien ya está terminando su desayuno. Maggie va a la barra y toma un plato para mí. Cuando lo deja frente a mí le sonrío.

—¿Cómo están? —Pregunto.

—Bien, hoy es un día muy importante para la empresa —habla papá—. Por lo tanto llegaremos tarde. —Hace una mueca de disculpa.

—Está bien, no hay problema —le doy una mordida a mi tostada.

—Hoy hay una junta y presentare una nueva campaña —explica entusiasmada mamá.

—Entonces te deseo suerte, pero sé que no la necesitas porque te va a ir excelente.

Empiezan a hablar de otros temas y uno de ellos es sobre la llegada de mi primo Sam, sobrino de mi padre. Hace dos meses que no lo veo, la última vez que lo vi fue en el viaje familiar que tuvimos.

—¿Cuándo llega Sam? Le tengo que reclamar, no me dijo nada acerca de que vendría —me hago la ofendida.

Sam y yo somos unidos y el que no me dijera que vendría me desconcierta.

—Dentro de una semana cariño —me contesta papá—. Por cierto Maggie, ¿podrías comprar sabanas nuevas para la recamara de huéspedes?

—Claro, yo me encargo de eso, no se preocupen.

—¿Están seguros de que dentro de una semana llega Sam? —Vuelvo a preguntar.

—Tal vez cariño, con Sam nunca se sabe, puede llegar antes o demorarse.

—Cierto papá, con él nunca se sabe —me encojo de hombros—. Fue buena la conversación, pero tengo que irme, todavía tengo que pasar por Sasha —aviso.

—¿Pasaras por Sasha? —Pregunta confundido, por lo regular Sasha es la que viene por mí.

—Sí papá, ayer fuimos a comer hamburguesas y yo me traje su auto, ahora tengo que pasar por ella para ir al instituto.

—Entonces nos vemos más tarde.

—Sí, nos vemos luego —me despido.

—Cuídate y no choques con nadie, no quiero pagar ningún daño por tu imprudencia.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora