Capítulo 13

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Complicaciones

Emma

La ultima vez que vi a Sam fue en el viaje familiar que organizo mi abuelo paterno. Fuimos de turistas a una montaña en donde pase una de las mejores semanas de mi vida.

Y ahora, aquí estamos. A punto de entrar a casa en donde mis padres y Maggie esperan a nuestro invitado estrella.

Giro tan solo un poco para ver como Sam mueve sus dedos. Es obvio que esta nervioso. En el auto de Sasha no estaba así. Cabe mencionar que ella tan solo nos dejó en la acera y luego se fue prometiéndonos que mañana los tres saldríamos a comer.

—Tranquilo Sam.

—Lo estaré después de que salude a todos.

Vuelvo mi atención a la puerta y respiro hondo antes de introducir la llave a la cerradura de la puerta, después de girar la llave escucho el clic de cuando esta se abre.

Le hecho un vistazo rápido a Sam antes de empujar la puerta dejando ver el interior de la casa. En la sala están mis padres y Maggie quienes gritan un ¡Bienvenido a casa Sam!

Observo a Sam quien mira a todos con una gran sonrisa. Y al igual que él, tanto mis padres como Maggie también sonríen. La primera en extender sus brazos para abrazar a Sam es mamá. Y Sam, quien no tarda ni dos segundos va a abrazar a mamá olvidándose por completo de sus maletas en la entrada.

Después de abrazar a mamá camina hasta cada uno de los presentes para de igual forma abrazarlos.

Y mientras ellos comparten un momento lindo yo hago una mueca al ver las maletas que están junto a mí. Y ya que todos tienen su atención en Sam, me veo obligada a meter las maletas.

Así que como puedo agarro las maletas y las trato de meter, con la más pequeña no tengo problemas ya que no es tan pesada.

Con la que si tengo problemas es con la segunda ya que pesa demasiado. Y es que, ¿qué diablos trae Sam? Solo se quedará unas semanas, no años. La intento meter y en mi intento termino fallando cuando me tropiezo y caigo encima de ella.

Cabe aclarar que antes de entrar a casa hay un pequeño escalón y con ese mismo escalón fue con el que me tropecé.

Escucho los murmullos de mis padres y de Sam quien se acerca a ayudarme, cuando me levanto mi papá se está riendo de mí a carcajadas. Entrecierro mis ojos en su dirección y lo miro mal. En cambio mamá y Maggie lucen preocupadas por mí.

—Tranquilos no me paso nada —ironizo—, por cierto Sam ¿Qué mierda traes en la maleta?

—Nada que te importe —entrecierra sus ojos cuando me mira y yo hago lo mismo.

Papá interrumpe nuestra extraña visualización y ayuda a Sam con las maletas. Mamá dice que las dejen junto al sillón lateral y es justo lo que hacen.

Después de conversar por un rato más en la sala pasamos a la mesa en donde admito que Maggie se lucio con toda la comida que hay. Mientras cenamos Sam nos cuenta de todo lo que ha pasado en Florida que es en donde vive con el abuelo.

Papá y mamá también le cuentan sus cosas y el cómo les va en su trabajo, mientras que yo, le cuento algunas cosas de mí, no entro en detalles sobre todo lo que sucede en mi vida, lo cual no es mucho.

Aunque a decir verdad, es mentira. Porque cuando menos lo espero recuerdo una mirada de color verde. Cuando eso sucede trato de omitir una sonrisa tomando un poco de mi bebida.

Giro hacia Maggie cuando también comienza a contarle algunas anécdotas logrando que todos en la mesa comencemos a reír. Y así pasamos el resto de la noche, divirtiéndonos y cenando en familia.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora