Capítulo 14

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Paso a paso

Emma

Dos semanas, han pasado dos semanas en donde me la he pasado en compañía de personas que me hacen sentir feliz. En la primera semana me dedique a visitar lugares o sitios de la ciudad con Sam, Sasha se nos unía algunas veces alegando que también quería divertirse.

Y aunque Sam ya ha venido muchas veces a los Ángeles, es una ciudad tan grande que jamás la terminas de conocer.

Tener a Sam en casa resulto ser de lo más cómodo, mis padres todos los días tratan de llegar más temprano a casa para estar con nosotros.

Lo único incómodo es tener a Sam pegado como ponzoñosa a mí cuando estoy con Marco. Sé que lo hace solo para molestar. Descubrí que a Sam le encanta molestar a Marco hasta hacerlo enfadar.

Y admito que es divertido ver como Marco trata de controlarse con Sam.

Marco y yo hemos salido varias veces. Cuando estoy con él me divierto y me siento feliz. Al principio Sam intentaba colarse en nuestras salidas, pero Sasha se encargaba de retenerlo con ella y con Will.

Al parecer la relación entre Will y Sasha va bien, veo a mi amiga más feliz y eso me hace sentir tranquila. Ahora comparto más tiempo con Will. Es un chico grandioso, aunque también muy idiota.

El sábado por la noche fuimos todos a cenar hamburguesas, me di cuenta de que Marco y Will hablaban animadamente, bueno Will se veía animado, en cambio. Marco se veía... cómodo. Sí, cómodo es la palabra correcta.

Cuando conocí a Marco era muy reservado y, lo sigue siendo, pero ahora convive más con mis amigos. También sé que no le desagradan, aunque traté de mostrar todo lo contrario.

—¿En qué tanto piensas? —Inquiere Marco.

Es lunes por la tarde y Marco me invito a salir, ya no me pongo nerviosa cuando estoy con él, todo lo contrario, me entusiasma.

—En que pronto viene el cumpleaños de mi padre, falta menos de un mes y pronto entrare en colapso porque no sé qué regalarle.

—Todavía tienes tiempo para pensar.

—Lo sé, es solo que todos los años me sucede lo mismo, mi padre es alguien difícil de comprender —hago una mueca.

—Tienes que pensar en algo que sea insignificante para ti, pero que para él sea importante. Recuerda, todo está en las pequeñas cosas —termina de hablar con una sonrisa.

—¿Insignificante? —Pregunto confundida.

—Sí, suena raro, lo sé, es solo que muchas veces lo que para nosotros no tiene ningún valor para la otra persona sí.

—Tiene sentido —murmuro dándole la razón.

—Lo sé —asiente—, ven.

Me toma de la mano y nos conduce hasta sentarnos en una banca. Decidimos venir a caminar a un parque y llevamos aquí cerca de quince minutos.

—¿Cómo está David? —Tiene más de una semana que no lo veo.

—Frustrado, su última cita no resulto como el esperaba.

—Entonces deberías de darle un consejo amoroso, ¿no crees? —Sugiero.

—No soy bueno dando consejos —se encoje de hombros.

—¿Seguro? —Asiente volteando a otra parte, ahora sé que cuando Marco aparta la mirada es porque se siente nervioso o quiere evitarte.

—Seguro —contesta sin mirarme y puedo notar que está nervioso, adorable.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora