5 de abril de 1804
Mi sonrisa es inmensa y mi felicidad lo es aún más.
Camino tomada del brazo de Umi, avanzando juntos hacia el altar donde Brais se encuentra de pie esperando junto a su padre, que ha sido su acompañante, y Finn, que se ha ofrecido ha hacer de sacerdote en nuestra boda.
Ha transcurrido poco más de una semana desde que Dafne lanzó su mandato para capturarnos. Hemos conversado con el General Zadkiel y nos ha dicho que hoy mismo, luego de la boda, iniciaremos el viaje hacia un reino muy lejano en el cual tiene unos amigos que nos permiten quedarnos con ellos por un tiempo.
No se ha visto por este bosque a ningún soldado de Quaxon y en la feria nadie logra reconocernos ya que vamos cubiertos y disfrazados. Estamos fuera de peligro. Hoy nos casaremos y partiremos lejos de aquí para poder ser felices juntos, como esposo y esposa.
Solo teníamos comunicación con el padre de Brais mediante cartas, y a él le hicimos llegar unas invitaciones para nuestra boda, las cuales repartió a quienes se lo pedimos. No son muchos los que asistieron a nuestra boda, pero son los más importantes para nosotros. Nuestros únicos invitados fueron el General Zadkiel, Finn, Ashia y Umi. Y todos ellos están aquí. No puedo estar más feliz.
Brais espera de pie en el altar. Vestido con un elegante traje negro - el mismo que el señor Dewill utilizó en su boda -, el cabello ondulado parece estar un poco despeinado y sus ojos verdes no dejan de observarme maravillados.
Yo, por mi parte, visto un bonito vestido blanco con corte de hombro descubierto y falda al biés. Ashia se encargó de mi cabello, realizó una trenza en la parte superior de mi cabeza, simulando una diadema, y el resto del cabello lo dejó suelto además de dos mechones a los lados de mi rostro. Además, llevo puesto el collar que Brais me regaló en mi cumpleaños.
Al llegar al altar me ubico en mi lugar y sonrío con nerviosismo a Brais. El patio trasero de nuestra casa ha sido decorado para esta ocasión tan especial. Hay sillas de madera para cada integrante y una alfombra roja conduce al altar, grandes arreglos de flores de todos los colores y velas aromáticas. Una gran mesa en la que se servirá la cena y otra más pequeña sobre la que están las copas con vino con las que realizaremos un brindis.
Escucho a Finn aclararse la garganta antes de hablar.
— Damas y caballeros, nos hemos reunido aquí para ser testigos de la unión de Ivy Evenson y Brais Dewill —comienza a decir —. Hemos venido a compartir su gozo y celebrar que, a pesar de las adversidades, su amor a salido a flote y han salido victoriosos juntos. Ambos han decidido unirse en matrimonio y pasar el resto de sus vidas juntos.
Veo a Brais sonreírme y siento un cosquilleo en mi estómago. Sonrío.
— Si hay alguien presente que sepa alguna causa justa o impedimento por el cual esta pareja no deba unirse en santo matrimonio, dígalo ahora o calle para siempre —guarda silencio durante algunos segundos —. Si alguien se atreve a oponerse lo mato.
Sonrío divertida y escucho algunas risas.
— Sabía que en algún momento dirías una idiotez. —dice Ashia.
— Sshh —chista Finn —. No interrumpas la ceremonia. Bien, como decía… si nadie se opone a esta unión, continuamos con la boda. Delante de estos testigos, ¿afirman ustedes su deseo de entrar en este pacto matrimonial y compartir todas las alegrías y tristezas de esta relación y todo lo que el futuro les depare?
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Fuego y Cenizas ✔
FantasíaLos monstruos se crean, no nacen así. Y cualquier alma abusada y torturada no tendría tiempo de sanar. ••• De niños escuchábamos historias y cuentos de hadas en los que el bueno siempre ganaba, pero nunca nos paramos a pensar en qué llevó al villano...