⚠️ADVERTENCIA DE CONTENIDO⚠️
Este capítulo contiene varios fragmentos sobre abuso sexual que podrían afectar a algunas personas.
Si no quieres leer este capítulo, puedes pasarte al siguiente. Recuerden priorizar su salud mental.
Si necesitan hablar, cuenten conmigo.❤✨
<< —Papá… por favor… no me gusta este juego. —suplico entre lágrimas y sollozos mientras intento zafarme de su agarre.
Él suelta una carcajada antes de darme otro beso.
— A mí me encanta. >>
— ¿Ivy? ¿Qué ocurre, pequeña?
La voz de mi padre me trae de nuevo a la realidad, pero no dura demasiado. Los recuerdos me invaden, uno tras otro, abrumándome y rompiendo mi corazón en pedazos. Las imágenes de mi cabeza son cada vez más claras, puedo distinguir los lugares y las personas que aparecen en ellos. Ahora veo con claridad.
<< — Mira pequeña, te traje un regalo.
Sonrío emocionada y corro hacia él para tomar el regalo que trae en sus manos pero lo hace a un lado cuando mis dedos están a punto de tocarlo. Frunzo el entrecejo.
— Es mi regalo ¿Me lo das?
Él sonríe y se agacha para quedar a mi altura.
— Solo si me das un beso. >>
No. Por favor. No él.
Niego con la cabeza repetidas veces y los ojos se me llenan de lágrimas. Papá intenta acercarse pero retrocedo. Cierro los ojos con fuerzas intentando alejar de mi mente aquellos recuerdos que comienzan a atormentarme y me duelen mucho. Pero no lo consigo. Cada vez son más y se reproducen uno tras otro en mi mente.
<< —Annie.
— Dime, bonita. —responde la dama de mamá.
— ¿Cuándo eras chiquita jugabas con tu papá?
— Sí, así es ¿Tú también juegas con tu papá? —dice sonriendo.
— Si ¿A tu papá también le gustaba tocarte bajo la ropa?
Annie voltea a verme de inmediato con los ojos como platos y los labios entreabiertos.
— N-no…
— ¿Y por qué al mío sí? >>
— Fuiste tú.
Él frunce el entrecejo y me mira confuso, sin entender a qué me refiero.
— ¿De qué hablas, pequeña?
Avanza hacia mí y retrocedo rápidamente, vuelve a intentar acercarse y me alejo de él otra vez. Repentinamente me invade un enorme sentimiento de miedo, me aterra estar en la misma habitación que él, me da pánico verlo y pensar que la historia puede repetirse.
El miedo me paraliza, no puedo moverme y el monstruo se acerca a mí. Su mano me toma por la muñeca y reacciono, me aparto rápidamente como si su toque quemara, corro al otro lado de la habitación y me dejo caer en el suelo. Acurrucada en un rincón del cuarto, abrazándome a mí misma mientras las lágrimas no paran de caer y el corazón me duele con demasiada intensidad.
El mundo es horrible. No puedes confiar ni en tu propia familia. Aquel que se suponía debía cuidarme y protegerme fue el mismo que abusó de mi inocencia. Era solo una niña. No tenía manera de defenderme. Era fácil de manipular. Fui una presa fácil y él arruinó mi vida.
Hay nuevas voces en la habitación, el General Zadkiel acaba de ingresar acompañado de varios guardias y soldados del ejército. Los escucho hablar con mi padre y él les dice que no tienen de qué preocuparse, que solo estoy nerviosa por la coronación. Otra vez intenta acercarse a mí y comienza a gritar mientras las lágrimas no cesan.
— ¡No me toques! ¡No te atreves a acercarte!
Todo se vuelve un caos. Él quiere acercarse y yo no quiero que lo haga. Los guardias intentan calmarme pero no les presto atención, el caos crece cada vez más y el volumen de mis gritos aumentan. Mamá y Dafne entran acompañadas de la familia Real de Sifnay. Todos preguntan qué ocurre y nadie sabe explicarlo con exactitud. Nadie sabe lo que pasa. Nadie sabe lo que siento. Nadie sabe que me estoy derrumbando.
Mientras todos discuten y hablan en voz alta mamá se acerca a mí y me levanta del suelo, inmediatamente me aferro a ella. La abrazo con fuerzas y lloro sin parar.
— Por favor… por favor, mamá —suplico entre lágrimas —. Tienes que ayudarme, por favor.
Continuo llorando y suplicando, como si fuese una niña pequeña.
Las palabras de Shane resuenan en mi cabeza.
A todos nos gusta vivir en nuestra burbuja de ilusiones y felicidad, donde todo es perfecto y no hay dolor ni sufrimiento. Pero en algún momento la burbuja explota y caemos en el agujero negro de la cruel y horrenda realidad.
— ¿Por qué? —cuestiono aún llorando. Clavo la mirada en la persona que arruinó mi vida y niego con la cabeza —¿Por qué lo hiciste? ¡Solo era una niña!
Nadie parece entender lo que digo, no saben a qué me refiero. Pero él sí. Él lo sabe. Se me forma un nudo en la garganta al ver que sonríe.
— No hice nada malo, Ivy. Solo jugábamos ¿ahora vas a decirme que no te gustaba jugar conmigo? Te encantaba, pequeña. Y si dejé de hacerlo fue solo porque creciste y te volviste consciente del bien y el mal, no necesitaba que fueses con tus aires de justiciera a contárselo a todo mundo.
Doy un paso adelante y miro a los ojos del monstruo que tengo delante.
— Me convertiré en la reina de Quaxon, y me encargaré de que sufras las consecuencias de tus actos. Pasarás el resto de tu vida en prisión.
Su expresión cambia por una de absoluta sorpresa y de pronto parece arrepentido.
Él es el único integrante de la familia que se preocupaba por mí. Dafne y mamá me odian pero papá no. Él no pudo haberme hecho eso, él no puede ser un monstruo. Es mi papá.
Niego con la cabeza repetidas veces y abandono la habitación antes de romper en llanto nuevamente. Brais y Ashia me siguen e intentan hablar conmigo pero no hago más que llorar. Al llegar a mi habitación me encierro allí y tomo asiento en la silla de mi tocador. Cierro los ojos con fuerza.
Por favor, que no sea real. Por favor, que sea una pesadilla.
Por favor, quiero despertar.
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Fuego y Cenizas ✔
FantasiLos monstruos se crean, no nacen así. Y cualquier alma abusada y torturada no tendría tiempo de sanar. ••• De niños escuchábamos historias y cuentos de hadas en los que el bueno siempre ganaba, pero nunca nos paramos a pensar en qué llevó al villano...