15 de septiembre del 2017
Nunca había sentido una pasión por la escritura, ya sé, escribo mucho en esta bitácora, pero solo contando mi día, nunca antes un poema porque vagamente sabía lo que era uno, pero estaba segura de que aquel que él me dijo hoy se acercaba bastante a lo que debía ser uno.
Aquel que fue tan espontaneo como lo es Jesse.
Ese día miré su perfil durante mucho tiempo, él nunca se molestó, estaba serio y tenía la mirada vacía y en dirección a la nada, me preguntaba por qué estaba así hoy, pero claramente no lo sacaría de su trance, lo que menos quería era que se fuera por tratar de averiguar más sobre su vida.
Sin embargo, no tuve que esperar mucho para que volviera su atención a mí y al verme, me sonrió.
Y les juro que no me caí solo porque estaba sentada, pero es que reposo su cabeza en el espaldar de la banca, volteo su rostro hacia mí con esa mirada angelical y sonrió, con sus hoyuelos haciéndose notar
Ahh, oficialmente podía morir.
—¿Conoces los poemas? —preguntó aún en esa posición.
Y claro, tuvo que repetir la pregunta porque yo estaba demasiado concentrada en su rostro para saber algo más.
—Elainey, ¿conoces los poemas? —repitió esta vez riendo — ¿por qué estas tan distraída hoy? —cuestiono achinando los ojos en búsqueda de una respuesta.
—Yo, ah... no ¿y tú? —lo admito no fue mi mejor respuesta, pero por lo menos hablé.
—¿Por qué crees que te pregunté? —se burló, pero ni me alarmaba aun viéndolo —, pues voy a hacerte uno —declaró cambiando de posición.
Aquí es donde agarré un poco de señal y me di cuenta que:
—¿Vas a escribirme un poema?
—Voy a decirte uno, no soy bueno escribiendo, pero veamos qué sale hablando.
Volteó completamente hacia a mí y me miró fijamente, se podría decir que me escudriñaba con la mirada, pero no me sentí incomoda, no en ese momento, no ante sus ojos.
—¿Ya te dije que mis poemas dan asco?
—¿Te estás retractando?
—Mmm no, te estoy advirtiendo y no te puedes reír —añadió con una mirada desafiante.
—No lo haré —afirmé con las manos en alto a la altura de mis hombros.
—Bien.
Bueno llevaba unos 4 minutos sin decir absolutamente nada, esperaba que fuera impactante lo que estuviera pensando.
—Cuando quieras —le dije, pero solo recibí una miraba furiosa de su parte.
—Bueno, lo tengo —hizo una pausa para respirar —. No soy muy bueno para los poemas, para ser sincero dan asco.
—Pero eso ya lo habías di...
—Shh — me interrumpió y ... ¡Madre mía! ¿acabó de poner su mano sobre mi boca? —, hace parte del poema —quitó su mano de mi boca y ¡uh! finalmente pude respirar—, pero miro a tus ojos grises —sonrió mirándome fijamente y yo probablemente morí en ese momento— y pienso ¿por qué luce tan malditamente bien algo que he visto tantas veces?
No te sonrojes— me dije a misma —, no te atrevas Elainey.
... en repetidas ocasiones me he preguntado si ¿mis ojos no se cansan de verte? o ¿por qué no puede mi mente dejar de pensarte? ni en la noche cuando la luna trata de arrebatarte y de entre mis sueños...—inclinó su cabeza hacia la derecha apoyándola en su puño —borrarte, ni siquiera puede evitar, ni por un mínimo instante que mi mente se pierda entre tus grises iris, porque tus ojitos en la vida solo se encuentran una vez y...—se detuvo —, y ya no tengo más, fue un trabajo duro —finalizó adoptando una pose relajada —¿te gustó? ¿la palabra "ojitos" fue mucho no? no se me ocurría más nada.
Que, si me había gustado, ese poema equivalía lo mismo a quedarme viendo su sonrisa, era perfecto.
Todo en él lo era.
—¿Realmente me lo preguntas?
—Te dije que eran un asco —se volvió a acomodar en la banca resignado.
—Jesse —me miró —, fue mejor que perfecto y eso es decir poco.
La sonrisa que me dio después de eso lo valía y su mano entrelazando la mía era más de lo que podía soportar en un día.
Todo parecía un sueño perfecto.
El amor, sí, es muchas veces complicado, tiene altos, bajos y cientos de dudas alrededor, estudiarlo no era cosa fácil o no lo sé, quizá con Jesse era diferente.
Porque me hacía pensar que lo valía.
¿Era esto amor?
***
Espero les guste este capítulo tanto como me gustó escribirlo.
Abrazos hasta su almita.❤
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Si tan solo te conociera
Cerita PendekSi un día te sientas en una banca a mitad de un parque y descubres el amor. ¿Te seguirías sentando en esa banca a estudiarlo? O ¿Lo ignoras por completo? Elainey Aymslowe descubre el amor un día cualquiera y no duda ni un segundo en quedarse a saber...