CAPITULO 32. Parte 2/2

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Vick.

Me sorprendió y me dio una gran felicidad saber que Julian había practicado algo que no le gusta para nada solo por mi, y, casi lloro de él hermoso gesto que tuvo.

Pone una mano en mi cintura, la otra la usa para agarrar mi mano, y yo pongo mis manos en sus hombros, esperando que arranque de nuevo para bailar.

Él me lleva hacia atrás y hace que mi columna se doble, tirando mi cabeza hacia atrás y dejándole una buena vista de mis pechos.

Me levanta y empezamos a bailar en círculos por lo que sería nuestro escenario.

En el momento que la música pega la sacudida que da inicio a lo que tiene más ritmo, Julian me hace sacudirme sobre su cuerpo para que podamos bailar más rápido.

Damos vueltas y cuando dice "donde yo te hice mujer" levanta mi pierna derecha y la pone sobre su cadera, inclinándose y inclinándome. Luego levanta mi otra pierna y hace que lo abrace con ambas piernas para, dar la vuelta conmigo encima.

Me baja y lleva sus manos a mi cintura para hacer el ritmo que él quiera, mientras que yo me aferro a su sedoso cabello y enredo mis dedos en el.

Así está un rato hasta que dice "si en verdad eres la original demuéstramelo ahora" cuando dice eso, vuelve a inclinarme pero esta vez sin levantar piernas, solo me deja inclinada y hace movimientos de pelvis haciendo que sienta su amigo en la parte más sensible de mi ser. 

Cuando termina de hacer eso me da la vuelta dejando mi culo sobre su miembro, y así pasa sus manos junto las mías a mi cadera para apoyarme más en él y que su cuerpo me lleve a ritmo. Aprovecha, y besa mi hombro desnudo dando cosquillas en mi estómago y erizándome la piel.

Me suelta y me hace dar una vuelta para el, me trae hacia el, frente a frente, dejando sus labios y nariz junto la mía.

Susurra con su cálido aliento:

— eres perfecta—besa mis labios— te amo.

Agarra mi mano y com su otra mano sostiene un muslo mío para terminar la canción inclinados, con mis manos en su pelo revuelto, sus manos en mis lugares favoritos, su cara frente la mía y su lindo iris verde que me mira y vuelve loca.

Todos estallan en aplausos.

No aguanto así que traigo su cabeza hacia la mía y lo beso en un ardiente beso que estaba esperando hace mucho.

— ¡encara Messi!—grita Marcus.

Sonrió sobre sus labios.

— ¡eso!—le gritan las chicas a Julian.

Me levanta y sus brazos abrazan mi cintura, haciendo que mis brazos se agarren de su cuello para darnos un beso más largo, y estemos más cómodos.

Volvemos a la mesa con las manos entrelazadas, a la vista de todos. Aunque, todos están sonriendo o riendo y es algo que me dice que lo que está pasando está bien.

Todos nos sentamos donde corresponde. Max se sienta con E, Marcus y Romina. Ginny se sienta con Redrick y Robert. Y yo me siento con mi familia.

Las chicas que trabajan acá traen todo lo que tienen preparado. Todos comienzan a comer, menos yo por que solo estoy antojada de algo.

Hay algo que debo contar... pero dejare para el final.

— ¡Andrea!—llamo

— si, señora, que necesita—se acerca sacudiendo su delantal y mirándome.

— por casualidad... ¿no tienen papas fritas?

Julian me mira raro, jamás me gustaron las papas fritas.

Deseos prohibidos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora