Deseos prohibidos (+18)

CAPITULO 6

Julián:

- ¿este es Romina?

- si, señor-responde agarrando el mouse.

Después de mi fracaso amoroso, soltero por 48 horas y erecciones crecientes, vine a ver si Romina tenía preparado lo que le pedí. Lo tenia.

- bien-Toco por ella la tecla- agéndalo en mi MacBook-me meto en mi despacho.

- si, ya se lo envió señor-se sienta y hace lo que le pido.

Me quito la chaqueta, aflojo mi corbata, pongo mi móvil en vibrador y me siento. Abro el archivo que me mando Romina por gmail, lo adjunto a donde necesito, lo abro y manos a la obra.

Tecleo en donde dice "presione para rastrear" y comienzo mi mejor trabajo, rastreo de donde viene ese número, vecindario, país, provincia, código y casa, más, unas cámaras. Amo mi trabajo, lo desarrollé hace años cuando...

Bien. Me tira toda la información junta y pegada. Tardaré mucho hoy.

- ¡Romina!-grito

Entra corriendo.

- ¿si?-se adentra.

- ¿puedes traerme un café?-me desabrocho las mangas y las doblo hasta mis codos.

- si..s...si-tartamudea- ya..v...vuelvo-sale.

Se que tengo un gran dominio y atracción sobre las mujeres, pero no creí que fuese para tanto, hasta el punto de dejarlas temblando. Genial, nací con un poder, hacer temblar a la gente.

Vuelvo mi atención a la MacBook.

Esta ves logro ver algo más que días anteriores, es de una cámara que está afuera. Es...

Entra corriendo la secretaria.

- señor-se viene tan rápido que tira el café en mi entrepierna- ¡no! ¡Perdón!

Gritó

- ¡joder!-me levanto con todo mi sector ardiendo- ¡mierda! ¡Puta madre!

No se ni en que momento pero parece E a apreciar la escena con una sonrisa más abierta que un cocodrilo.

- ¡jajaja!-se sostiene el estómago del dolor.

- ¿de que Carajo te ríes?-pregunto yendo a buscar alguna crema. Arde.

- ¡te quedará chiquitita!-grita

- señor Ethan..-dice Romina tratando de ayudarme.

- ¡¿que?!-pregunta acercándose- ¿me vas a decir que no te da una pizca de gracia?-nos mira a ambos- ¡JAJAJA!-grita más fuerte.

- ¡imbecil!-grito

Se ríe nomas.

Me arde. solo me quema la piel, el líquido se esparció, pero el ardor solo queda en un lugar. Romina agarra una crema y se la unta en la mano, se sus intenciones.

- ¿Romina?-me siento en el sofá.

- ¿si señor?-se arrodilla entre mis piernas.

- te recuerdo que no deberías aprovechar esta ocasión para verme la polla-sostengo el hielo que agarre de la nevera.

- No...yo...no..n-tartamudea levantándose- señor Ethan, pásele la crema.

Nos miramos entre nosotros.

- ¡no dejare que me toque un hombre la polla!-grito

- ¡y yo no le tocaré la polla a un hombre! ¡Antes muerto que ver esa cosa achicharrada!-la mira a Romina.