CAPITULO 28

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Hijo de puta.
Vicky.

Mientras sigo a Laura voy mirando los muebles que recuerdo a la perfección.

También se me vienen los recuerdos, cuando Julian me subió sobre la mesada y empezó algo que Laura corto tirándole una almohada, yo corriendo para no ser atrapada por Julian, yo y Julián llenándonos de pintura y riendo.

Y después vienen los malos... él secuestró, la fuerte despedida que hice con Julián, nuestra ruptura unas horas antes de que todo pase...

Conclusión: horribles recuerdos.

Julián pasa por mi lado y abraza a su papá, este se levanta del sofá y estrecha fuertemente a su hijo contra su pecho, cuando sus ojos viajan a atrás de él y me ve a mi y a Laura con la niña se sorprende demasiado.

Suelta a su hijo y viene hacia mi, me abraza con mucha fuerza.

— ¡Vicky!—me suelta, me mira la cara y luego vuelve a abrazar— no me lo creo—me suelta por fin— tantos años...

Asiento. Va hacia Laura apreciando a la niña, la toma de las manitas y le dice:

— ¿tu eres Nahir, cierto?—le pregunta con simpatía.

— si, ¿tu eres mi abuelo?—el asiente y ella me mira— ¡tengo abuelos!—salta a los brazos de Cristopher.

Se abrazan con firmeza, el le da besos por todos lados y ella se ríe contenta.

lagrimas se caen de mis ojos...

— ¿quieres conocer la casa?—le pregunta mi suegro.

— si—le responde.

— está bien, vamos—se la lleva, creo que ha hacerle ese tour por la casa.

Laura me mira a mi y viene corriendo, me abraza y me deja muchos besos.

— mi niña...—susurra— cuando te fuiste se me partió el corazón, creí que estabas enfadada con todos y me...—lo corta para soltarme y mirarme— no, mejor olvidemos las tristezas.

Asiento— te extrañe mucho Lau, tu siempre fuiste como una madre para mi—la tomo de las manos— creo que debemos hablar sobre todo... va a doler contarles, pero lo haré.

— no tienes que hacerlo niña—me dice— si te es muy difícil no lo hagas, el pasado es pasado, lo bueno es que ahora podemos ver a nuestra nieta y a nuestro hijo feliz nuevamente.

La miro con confusión.

Miro hacia atrás comprobando si Julian sigue estando, cuando veo que se fue le digo.

— ¿nuevamente feliz?—pregunto con el seño fruncido.

— ven—me toma de la mano y me lleva a la cocina.

Otro recuerdo empezó a atormentándome.

— desde que tu te fuiste dejo de ser el de siempre—traga saliva— cuando conoció a esta... ¿cómo se llamaba?—se pregunta a ella misma— Claudia, creo. Bueno, cuando la conoció creí que lo mejoraría un poco, y así fue, solo que nunca se prendió ese brillo en sus ojos, esa forma de mirar cómo lo hacía contigo, esas ganas de coger a cada rato...—me sonrojo— no te sonrojes mi vida, ustedes eran como conejos, y era normal, pero con ella estaba apagado.

Asiento para que continúe.

— y bueno... ahora puedo ver que se prendió esa llama que le faltaba.

Trago duro antes de hablar— yo... yo nunca me fui por que estaba enfadada o no quería saber más de ustedes—mi saliva se vuelve amarga ante los recuerdos— era una niña lau—le vuelvo a agarrar las manos— creí que al irme dejaría el pasado atrás, que esas pesadillas horribles se irían, que yo mejoraría, dejaría de estar traumada, podría cambiar mi vida...—vuelvo a tragar lo amargo— pero luego de años me di cuenta que fue peor. solo pensaba en mi y en la niña, lo demás me dolió, pero tuve que aceptarlo.

Deseos prohibidos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora