[ You Are Mine Until Death ] [Historia En Pausa]

∆ 19 ∆

     Realmente tenía miedo de las concecuencias si no lograba hacer un asesinato bien, estaba pensando por impulso y estaba casi seguro que entraría en pánico una vez cometa el acto, tan solo pensarlo hacía que la cabeza le dé vueltas y quisiera darse vuelta y no hacer nada.

    Había dejado ir al mocoso y a la mujer, considerando que hacerlo de día hacía más visible su acción, lo mejor era hacerlo en la noche pero una vez la oscuridad gobernó en todos lados, salió a la feria donde anteriormente estuvo pero igualmente no pudo hacer nada. Sentía que debía recibir órdenes o instrucciones del como hacer esto, de otro modo se frustraba y terminaba con ansiedad. Regreso a casa después de vagar por la ciudad, era una coincidencia enorme que no se encontrará con nadie en ese tiempo.

    Una vez en su casa miro su celular, necesitaba tanto hacer algo, pero antes de pensar en el día siguiente una llamada llegó a su teléfono sin haber sido registrado, temía que fuera esa voz que solo lo amenazaba pero acabo contestando.

— ¿Quién habla? —menciono en cuanto tomo la llamada.

— // Fred // —era la voz de Gold— // Tu tiempo límite se cumple mañana //

— Yo... — le tembló la voz.

— // Iré a tu casa a las 2 de la tarde // —

— ¿Po-podrias darme un día más? —

— // De ninguna manera // —mierda— // Fueron cinco días. Deberías tener algo ya muerto en tu sótano o yo que se... Asi que déjate de excusas. Si no tengo pruebas de que puedo confiar en ti esto se acabó y lo sabes // —

— P-Pero —

— // Hasta entonces // —

   Le colgó la llamada, sin embargo no hacía falta nada para saber que todo estaba arruinado.

(∆=∆=∆)

    Mientras tanto en la casa del albino, se apreciaba a Lilly desmayada y con algunos moretones en su piel, Anastacia estaba muy pálida por la perdida de sangre pero seguían vivas. En mal estado pero al fin y al cabo vivas. Y en el piso superior, en la sala habían dos hombres, uno llevaba un abrigo negro largo y una gorra que oculta su cabello, para su rostro le cubría un cubre bocas negro y unas gafas; y Gold por supuesto.

— Sabes que no lo hizo —menciono la voz del hombre.

— Efectivamente — el albino camino por el extremo de la habitación— No lo hara —

— ¿Entonces que esperas? —

— Quiero ver qué hará por mi —abrió y cerro una navaja— Hemos pasado por muchas cosas como para que quiera tirarlo a la basura. Además... Esta obsesionado conmigo —

— ¿No dices que le tiene fobia a la sangre? —

— Admito que pensé que sería un problema, pero mañana veremos si lo es o no —sonrió— Ya veremos... Ya veremos. —

(∆=∆=∆)

    No pudo dormir en toda la noche después de que le llamara Gold diciéndole que su tiempo se acabó, hoy era el gran día y no tenía la mínima idea de lo que sucedería o lo que tendría que hacer, debía buscar otra forma de convencerlo y decirle que podía hacerlo, que valía la pena. No había estado comiendo bien y se sentía un poco débil. Gold lo alimentaba en su casa y por eso le afectó el haberse quedado tan solo.

     Salió una última vez a ver si encontraba alguien para presentar, a los niños no quería ni tocarlos, no sentía que hubiera razón, a la gente que iba encontrando al final resultaba que alguien lo esperaba o que de repente la gente los rodeaba y no tenía la suficiente confianza para hacerlo en público de esa manera y ya no podría esperar a la noche. No era una tarea fácil. ¿Porque hacía que se viera de esa forma?... Definitivamente tendría que estar muy acostumbrado a ver muerte.