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   Ya había pasado unos meses y cuando los menores llegaron a la escuela un día, empezaron a oir rumores de que cierta chica que estaba desaparecida desde hace tiempo y que la estaban buscando, nadie sabía dónde estaba y eso es lo que preocupaba a muchos, otros simplemente creían que andaba drogada o borracha por algún lugar. Realmente no tomaron importancia al asunto.

   Fred fue a su lugar y saludo al albino como estaba haciendo últimamente, este le devolvía el saludo pero solo llegaban hasta allí, luego no entablaban alguna comunicación y realmente aún que tuvieran sus números ni se hablaban, el azabache porque no conocía el número de su contrario, y su contrario realmente no hacía un esfuerzo por contactarlo.

   Pasaron las clases y a la hora del receso cuando salió para comprar sus alimentos un chico lo empujó al suelo, al darse vuelta vio que quien lo atacaba era Deuz, ese tipo le caía muy mal. Sus amigos vinieron a respaldarlo por si se peleaban.

—Oh no, tiramos a la florecilla—se burló el de cabellos cafés.—¿Que vas a hacer ahora?, ¿Llorar?—

—Gilipollas—se levantó para encararlo.

—Si vamos a pelear vayamos a un lugar más privado, sigueme— le hizo una seña y el menor lo siguió después de indicarles a sus amigos que se quedarán.

   En cuanto llegaron al lugar Deuz se abalanzó sobre Fred le desabrochó la camiseta muy bruscamente, se acercó a morderme el cuello con mucha fuerza al punto de que le saco sangre.

—¡Maldito Imbecil, suéltame!— el menor pataleaba pero era inútil no lograba nada—¿Que diablos?—

—Jajajaja, no soy gay, pero sé que detestas esto, por eso lo hago— lo soltó y le dió dos puñetazos.

—¿Que están haciendo?— el albino llegó justo en ese momento y vio la escena que se formo—¿Te lo vas a coger?— alzó una ceja.

—Claro que no, solo le doy una lección Gold, no te metas—tomo del cuello al chico y apretó. Fred trataba de apartarlo de alguna forma.

—Creo que ya entendió, ya suéltalo— le hizo señas de que se apartará pero el otro lo ignoro—Te estoy hablando, no te atrevas a sobre pasar mi autoridad— le dió una patada al castaño quien se apartó tratando de recobrar aire —ya lárgate—

—Te salvaste está vez sabandija— se levantó, acomodo su ropa y se fue.

—G-gracias por salvarme— dijo Fred tratando de respirar y agarrando su cuello

—¿Salvarte?, No... Solo salvó a gente que me es útil, tu no me eres útil en nada— cruzo los brazos.

—¿Entonces por qué me salvaste?— acomodo su camisa.

—Porque detesto que me ignoren—murmuro sin que el otro escuchara—¿Acaso importa?, Aún vives—

—Gracias—se levantó del piso— déjame compensar tu ayuda con algo—

—No necesito nada de ti, no lo hize por ti así que no lo hagas—respondió.

   Seguido de eso se retiró, Fred suspiro y fue al baño, necesitaba cuidar esa mordida o se iba a infectar, se curó un poco pero esa zona le quedó más morada que nada, seguro y empezarían a decir que era un chupetón, que más quisiera que fuera pero no, era una simple agresión a su persona. Regreso al salón un rato después y se sentó aún lado del albino, saco un poco de dinero y lo entrego al mayor.

—Es por la ayuda, acéptalo por favor— insistió en darle algo.

—El dinero me sobra, ya te dije que no lo necesito—aparto la mano contraria— bueno... Consideraré tu oferta un día de estos—

[ You Are Mine Until Death ] [Historia En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora