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     Ya ha pasado una semana, para este punto todo es menos confuso, porque la pareja tiene momentos románticos y a la vez momentos de pelea por lo que significa el amor entre ellos, Gold no quiere ser novio de Fred a pesar de que esté se lo ha pedido miles de veces, insiste en que aún no está listo y no es útil, por su parte Fred ya se cansó de esa maldita palabra, solo hace lo que puede, trata de seguir las instrucciones dadas por el mayor lo más que puede.

— Al menos explícame para qué quieres que sea util— exigió dando un saltito en forma de berrinche.

—¡Con una mierda Fred, te dije que todo a su tiempo!— lo empujó, ya lo tenía molesto— Sigues insistiendo y eso me molesta, por eso no eres útil, solo te la pasas molestando, ya te dije, controla tus malditos impulsos—

—Pero agh... Ya he intentado de todo y aún no soy nada de ti— apretó los puños—Dime de una vez que quieres que haga y lo haré ahora, te seré util—

—Ven—lo jalo para abrazarlo— Aún no, se paciente, aún falta, todo valdrá la pena despues—

—No me dejes, no soy nada sin ti— correspondió el abrazo.

—Tus palabras indican que vamos bien—sonrió.

—Besame de nuevo, quiero sentir que me amas—alzo el rostro mirando al contrario— Solo así me motivas a seguir—

   Se acercaron hasta besarse, sus labios eran cálidos y terriblemente suaves... Eran perfectos para el y para su corazón, lo sentía la mejor cosa del mundo, esos besos solo le indicaban que siguiera, que no le importará nada, ni cuánto lástimara su cuerpo, ni cuánto dejara al otro manipularlo, si podía obtener esos besos o esas palabras bonitas valía la pena.

   Tal vez eso era lo que Gold quería, que dependiera de el para que luego no importa lo que pase, no se separaran por ningún motivo ya que la dependencia sería tanta que solo se dejarían llevar por sus corazones.

   Al separarse se miraron a los ojos, veían el paraíso en el otro, era un sentimiento más allá de lo sentimental, entre él y Gold, Fred creía que había más que amor, algo que los uniría por siempre, quería creer que el mayor también dependía de el, que sería capaz de morir por el tal y como el decía, quería entenderlo o amarlo, se estaba volviendo loco tan solo con una maldita palabra, tan solo con ese maldito "serme útil" que le repetía diario.

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      La pareja iba caminando hacia la cafetería, últimamente pasaban juntos cada receso, muy rara vez se distanciaban e iban con sus propios amigos. Pero regresando al momento, los chicos se sentaron en una mesa vacía casi al fondo, empezaron a platicar de sus cosas y Gold le daba algunas instrucciones a Fred para que lo quisiera, curiosamente llegó una amiga del albino, una tipa de cabellos azules, ojos lilas y unos lentes del mismo color, llevaba la falda más arriba de lo usual y su blusa estaba algo ajustada mostrando sus redondos y grandes pechos.

—Hola chicos—se sentó aún lado de Gold—los ví muy solitos y quise acompañarlos, ahora veo que entre chicos guapos se juntan—soltó una risita.

—Si, eso parece Lilly—dijo Gold con un tono amable y hasta podría decirse que coqueto.

—"Tu solo puedes hablarme así a mi"— pensó el azabache mientras golpeaba mentalmente a la chica—¿A qué veniste?—

—Como dije los vi solos, y bueno había traído este domino y pensé que podrían jugar conmigo— saco su dichoso juego y lo puso en la mesa—Pero apostemos algo, para que no sea aburrido—lo pensó un momento—¿Que tal si el que pierda paga el almuerzo de los tres?—

[ You Are Mine Until Death ] [Historia En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora