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— Amor ahí estás —

   La voz de una mujer resonó entre sus tímpanos para alzar la mirada, Fred vio como la mujer abrazaba al infante y este le correspondía, su mamá había llegado siendo seguida por un hombre que posiblemente era su padre.

— Gracias por encontrar a mi hijo — menciono la señora— ¿Le leyó su tarjeta? —

— Oh... — seguía algo conmocionado— Oh si... Supuse que estarían cerca y por eso no nos movimos —sonrio ligeramente.

    Esta de más decir que estaba avergonzado de pensar en asesinar a un niño chiquito que ningún mal había hecho, al contrario, se veía educado y obediente, se disculpo con la familia quien insistió en darle unos billetes, por lo que tuvo que acceder para que lo dejarán en paz. Posteriormente la familia se fue feliz como si nada, pero Fred no estaba feliz, estaba molesto por su actitud tan miserable, ¿De verdad pensaba matar a un niño?, Era un pobre niño con una larga vida que vivir y él ahí pensando en hacer una mierda. Sujeto con fuerza los billetes de la señora.

    Se apresuro a volver a casa corriendo, estaba tan molesto de sus acciones y lo que le había impulsado a ello, no pudo hacer nada por Gold o por esos padres. Sentía unas terribles ganas de desaparecer, de golpearse contra un muro, y ahí empezaron las voces a reclamarle "¿No pudiste con un niño?", "Eres tan débil", "Perdiste tu oportunidad idiota". Tapo sus oídos tratando de no escuchar pero gritaban más y más, hasta que por fin llegó a casa y cerro de golpe la puerta, con dificultad llegó a la cocina.

— ¡¿Que quieren de mi!? —grito apoyándose en la mesa.

    "Castigo"

    "Necesitas un castigo por ser débil".

    "Cortate"

    "Sangre"

    "Débil"

— ¿Castigo?... —murmuro— ¿Eso quieren? —las voces afirmaron su petición sin dudar.

    Tomo el cuchillo de la cocina, lo coloco en su brazo, no quería hacer esto para ser honesto pero tenía que parar la voces de algún modo, y si cumplía simplemente se cayaban. Presiono su mandíbula antes de cortar de manera horizontal su brazo, cerro los ojos con fuerza solo sintiendo el dolor. Al abrirlos miro la herida y toda la sangre que escurría. Las voces empezaban a exigir más cortes, más heridas, más dolor.

— Ahí tienen —alzo el brazo mostrando la sangre escurri— Ahí.... Tienen... —su vista empezó a nublarse de nuevo— Sangre... Lo que querían... Lo que... —

    Su vista termino de nublarse dándose de bruces contra el suelo, el cuchillo quedó en la mesa goteando hacía el suelo, era como su infierno personalizado, sonrió, en su mente Gold lo felicitaba por su azaña, estaba siendo un buen chico y el estaba orgulloso de el.

(...)

    Al día siguiente abrió los ojos, miro su costado y su brazo había parado de sangrar, solo tenía la sangre seca del anterior arrebato de locura, se levantó con dificultad, le dolía mucho la cabeza, pero tenía que seguir su búsqueda, cada vez era menos el tiempo que le quedaba para poder hacer lo que su novio lo pidió. Salió afuera con su sudadera puesta ya que sabía que el periódico que leía su papá lo dejaban temprano en la mañana y al revisar la hora se percató que eran casi las 8 de la mañana. Ahora que lo pensaba, tenía hambre, no había probado bocado desde hace tiempo pero sin Gold quien le preparaba sus comidas, realmente no tenía apetito.

    Una vez fuera, tomo el papel del periódico que ya había sido dejado.

— Hola Fred —una voz familiar le llamo captando su atención, con su mano indico un saludo— ¿Cuánto tiempo?... Ya van meses desde que no te veo... ¿Dónde anda tu familia? —

[ You Are Mine Until Death ] [Historia En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora